Algunos de los más importantes medios de comunicación paraguayos hicieron eco en las últimas horas de la exclusiva revelada por SEMANA sobre cómo fue el atroz asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci.

Esta revista reveló en exclusiva el video completo de la investigación que realizaron la Policía y la Fiscalía, en el cual se ve minuto a minuto lo que ocurrió el 10 de mayo pasado, y cómo el fiscal Pecci y su esposa, la periodista Claudia Aguilera, eran seguidos incluso en el mismo hotel donde se hospedaban en Barú, en Cartagena, por los criminales que les respiraban en la nuca.

Por estos hechos ya fueron condenados por homicidio y porte ilegal de armas Wendret Carrillo, Eiverson Zabaleta, Marisol Londoño y Cristian Camilo Monsalve Londoño.

El quinto acusado, Francisco Luis Correa, a quien la Fiscalía considera articulador del crimen, se declaró inocente.

El material divulgado ha generado tanta conmoción en Paraguay que el medio de ese país Radio Monumental 1080 AM consultó al periodista de SEMANA Jairo Lozano, quien ha hecho seguimiento al tema, para conocer cómo avanzan las investigaciones en Colombia.

“Varios países sí están adelantando investigaciones para llegar a la autoría (del crimen) y tengan presente esta palabra extradición, va a ser muy importante en los próximos días”, expresó Lozano durante la entrevista.

Los medios resaltan la contundencia del video al revelar cómo Pecci y su esposa eran vigilados por dos personas durante varios días en el hotel en el que se hospedaban, y los pasos previos al homicidio.

El minuto a minuto

Esa mañana, el reloj marca las 7:19 cuando aparece la pareja en las cámaras. La primera en llegar es Claudia, quien vestida de rosado llega al restaurante del hotel a desayunar, seis minutos después aparece Pecci con una bermuda oscura y una camiseta negra. Toman el desayuno tipo bufete y se ubican en una mesa al fondo del lugar. Desde ese momento, los miembros de la banda, Marisol Londoño y su hijo Cristian Camilo Monsalve, hoy capturados y condenados, los observan y siguen sin perderlos de vista.

El fiscal Pecci y su esposa eran permanentemente vigilados por dos personas | Foto: Montaje Semana

Llegan minutos después al mismo restaurante, él vestido con pantaloneta amarilla y camiseta negra; su mamá con vestido de baño y una gorra negra. Cumplen su función de campaneros, no comen, pero tampoco les quitan la mirada de encima. Merodean por el restaurante hasta que se ubican en una mesa donde los pueden ver de frente sin levantar sospechas.

Cuando Pecci y su esposa terminan el desayuno, se levantan y toman camino hacia la playa, en el video se ve cómo, al mismo tiempo, a las 8:03 de la mañana, los criminales, madre e hijo, hacen lo mismo, se retiran, pero se dirigen al lobby del hotel. Cristian se sienta en una silla y empieza a hablar por celular, la investigación demostró que estaba llamando a sus cómplices para informar los últimos movimientos del fiscal y disponer todo para el crimen.

El reloj marca las 8:10 cuando los recién casados van cogidos de la mano, salen del restaurante y se dirigen rumbo al lugar donde minutos más tarde Pecci encontraría la muerte. Se ubican muy cerca a la orilla, él se quita la camiseta, pone las toallas e incluso mueve la silla playera para estar más cerca al mar. El campanero no se les despega, se ubica a las 8:39 cerca de las piscinas, en un mirador desde donde no les pierde el rastro.

Van pasando los minutos y a las 8:56 el fiscal Pecci se levanta y deja a su esposa sola. Se pone las gafas y camina lentamente hacia un quiosco, momento que aprovecha el criminal para pasar apenas a unos metros de donde se encuentra Claudia Aguilera, la observa y pasa de largo, su mamá lo sigue unos metros atrás.

Hay un momento que resulta impactante. En el video se ve cómo Pecci, antes de regresar al lugar, se pone sus gafas, lleva las manos a la cintura, hace una pausa mirando hacia donde está su esposa. Parecen unos segundos de reflexión, de un hombre feliz, recién casado y que va a ser papá. La ironía se da de inmediato, cuando empieza a caminar y se cruza con Marisol, la otra campanera. En esa imagen se ven los tres.

Marcelo Pecci y su esposa se encontraban de vacaciones en Cartagena

La llegada de los asesinos Mientras Pecci y su esposa toman el sol, la pareja de campaneros, madre e hijo, no pierden el tiempo, caminan hacia el final de la playa. En el video en poder de SEMANA se ve a Cristian a las 9:02 de la mañana hablando por teléfono y entregando información detallada a sus cómplices, que ya habían alquilado la moto acuática en la que cometen el homicidio.

El reloj marcaba las 9:44 de la mañana cuando sonaron los disparos, Claudia se cubre la cara y de inmediato se lanza al piso y abraza de rodillas en la arena a su esposo, el fiscal Pecci. El sicario corre a pocos metros, rumbo a la orilla del mar, donde lo espera su compinche en la moto acuática que parece encallada y no arranca, tiene que empujarla y finalmente se va colgado de ella. En esa maniobra, según los investigadores, se le cayó el arma y el proveedor fue recuperado en la escena.

Se escuchan gritos, los turistas están confundidos, asustados y apenas toman sus cosas para resguardarse. Al mismo tiempo, exactamente a las 9:45:15, en otra cámara se ve cómo los dos sicarios huyen con rumbo desconocido.

La pareja, que se había acabado de enterar de que iban a ser padres, dormía con el enemigo. Así lo hicieron durante varios días en los que fueron seguidos sigilosamente hasta el momento del homicidio, justamente cuando Pecci y Aguilera terminaban su luna de miel y estaban a pocas horas de tomar un avión que los llevaría nuevamente a Paraguay.