Por varios días, la cita entre Claudia López y Gustavo Petro era muy esperada. La relación entre ambos, que llegó a ser muy tensa, se volvió muy amable por cuenta de un tema clave tanto para la Alcaldía como para la Presidencia: el metro de Bogotá. Se trata de un tema del corazón de ambos, pero en el que Gustavo Petro tiene unos puntos inamovibles. El principal, que el metro sea subterráneo.
Se trata de una pelea larga y que vale muchos billones de pesos. También que implica cambiar puntos estructurales de la propuesta que ya está en curso. El presidente le había pedido al consorcio chino evaluar lo que eso significaba y las primeras conclusiones fueron entregadas por la alcaldesa de Bogotá, en compañía del ministro de Transporte, Guillermo Reyes.
En términos sencillos, lo que explicó Claudia López es que el consorcio chino aseguró dos cosas: que costaría 12 billones más y extendería el periodo de las obras por seis años. Y que el primer escollo de hacer ese cambio, no es la plata ni el tiempo, sino el alto riesgo jurídico que implica y que el contratista no está dispuesto a asumir.
La alcaldesa también dio un parte de tranquilidad a los bogotanos: que se adelantarán las obras, mientras se define el asunto. “La primera línea del metro está en construcción. El contrato está vigente. Hay 4.200 personas trabajando. El contrato va a continuar ejecutándose. Tranquilidad”, señaló al final de la rueda de prensa.
En entrevista con Vicky Dávila, la alcaldesa había dado varias puntadas de lo que pasaría. “La idea central de la construcción de la primera línea del sistema de transporte son 24 estaciones y ya va en 18 % de ejecución, aclaró la mandataria. No obstante, recalcó que el presidente Gustavo Petro hizo una solicitud, pasando sobre ella, acerca de la posibilidad de hacer un tramo subterráneo”, dijo.
“Veremos qué instrucciones nos da, pero el metro es una realidad. Si algo necesita Bogotá es un metro. Después de la inseguridad, todos estamos atormentados por el trancón y la congestión y la contaminación. No vamos a salir de eso, por mucho pico y placa que tengamos, todo eso son cosas temporales. Lo que tenemos que hacer, la verdadera solución, es tener un sistema de transporte público basado en metro”, precisó López.
En la rueda de prensa también aclaró un punto clave: que el problema no es de plata y que ese dinero no saldrá de los bogotanos. “Bogotá no tiene cómo poner plata adicional. La plata es para la regiotram del norte”.
“Ya estamos construyendo la primera línea, ya tenemos los recursos. Estoy justamente al frente del Ministerio de Hacienda, que vengo a una reunión, porque ya estamos sacando los recursos para la licitación de la segunda línea del metro, que va a ser subterránea, como queríamos con el presidente y la mayoría de bogotanos”, agregó la alcaldesa del Distrito.
En ese sentido, Claudia López dijo en Vicky en Semana que la que sería la segunda línea del metro de Bogotá va a ser subterránea desde la calle 72 con Caracas, hasta Suba-Engativá.
Luego de esto, enfatizó que “el metro no es de Peñalosa, ni de Petro, es de los bogotanos”, ya que se paga con los impuestos de la ciudadanía. Eso sí admitió que lo que está pasando ha generado descoordinación y que así lo ha hablado con el presidente. “Yo sí le dije -a Gustavo Petro-, cuente conmigo para atender toda solicitud que usted tenga, con todo respeto, por supuesto, cualquier solicitud que usted tenga es una prioridad para mí, pero no me salte, presidente. No se reúna directamente con mis contratistas. Que tal que yo llamara al contratista de la ruta del Sol, me reuniera con él y le diera instrucciones aparte, cuando este contratista es del Gobierno nacional, entonces sí les hice esa solicitud y ellos la han tenido en cuenta”, indicó la alcaldesa de la capital en Vicky en Semana.
Así fue la reunión
Más de cuatro horas duró la reunión en la Casa de Nariño entre el presidente Gustavo Petro y la alcaldesa Claudia López, en la que se abordó a profundidad el futuro del metro de Bogotá. La mandataria distrital reveló que el consorcio chino encargado de la megaobra le advirtió al jefe de Estado que cualquier cambio en el objeto del contrato “no es viable” y traería consigo un “alto riesgo jurídico”.
Al término del encuentro de alto nivel, la alcaldesa Claudia López fue enfática en manifestar que la administración distrital no tiene más recursos económicos para soportar una adición presupuestal al megaproyecto del metro.
De la misma manera, López anunció que se instalará, con carácter urgente, una mesa jurídica con el Gobierno nacional, para analizar a profundidad los alcances de aplicar una modificación al diseño original contratado para el metro. La alcaldesa reveló que el presidente Gustavo Petro tiene dos conceptos, pero no quiso entregar detalles de los mismos.
“El consorcio chino le entregó el informe al presidente Petro con cinco opciones que analizó de las cuales recomendó una, tengo por viabilidad técnica, económica y financiera, que es la extensión de la primera línea del metro de la calle 72 a la 100 subterránea en tres estaciones adicionales y 3.9 kilómetros adicionales”, sostuvo Claudia López.
Y agregó: “Esa opción la recomienda el concesionario por razones jurídicas y porque considera que no modifica el objeto del contrato y no superaría el 50 % del valor original del contrato e integraría mayor demanda de pasajeros”.
“El presidente Petro escuchó las cinco opciones e hizo una contrapropuesta, nos ha pedido que continuemos con las mesas de trabajo, las cuales vamos a continuar, el presidente solicitó dos conceptos jurídicos, según los cuales sí se podría modificar el objeto del contrato”.
Pero advirtió: “El análisis que hace el consorcio chino es que no se puede o que sería muy riesgoso modificar el objeto del contrato, como hay dos versiones jurídicas contrapuestas y como no conocemos los conceptos jurídicos, hemos acordado continuar la conversación con mesas de trabajo”.
“El concesionario insistió que no es jurídicamente viable cambiar el objeto del contrato, que de hacerlo se cambiaría las reglas de selección de la licitación y que eso genera muchos riesgos jurídicos y hay dos conceptos del presidente que dicen lo contrario”, recalcó la alcaldesa de Bogotá.
¿Cuáles eran las cinco opciones?
La primera es que el tramo subterráneo inicie desde la avenida Primero de Mayo y vaya hasta la calle 72. Esta posibilidad permitiría que ocho estaciones de esta primera línea del metro sean subterráneas.
Como segunda alternativa está que el trazado subterráneo comience en la calle primera y culmine en la calle 72, en donde hoy en día se avanza con la construcción del intercambiador vial. En esta opción serían seis las estaciones subterráneas.
La tercera opción que planteará el consorcio Metro Línea 1 es la que consiste en soterrar el trazado desde la calle primera, pero que exista una extensión hasta la calle 100. De esta manera, serían nueve las estaciones subterráneas.
Una cuarta posibilidad es que el tramo subterráneo empiece en la calle 53 y vaya hasta la calle 100. Así las cosas, la primera línea del metro de Bogotá contaría con siete estaciones subterráneas.
También, dentro de la baraja de posibilidades, está la opción de extender el metro desde la calle 72 hasta la calle 100, extensión que sería completamente subterránea, con tres estaciones adicionales. Lo anterior le permitiría a la primera línea del metro contar con otros 3,9 kilómetros.
El riesgo jurídico es alto
Ómar Oróstegui, director de Futuros Urbanos, cuestionó que, irónicamente, dentro de las propuestas planteadas al Gobierno, no haya una sexta posibilidad: la continuación del proyecto como adjudicado y firmado. Así mismo, el experto señaló que jurídicamente va a ser casi que imposible la modificación del contrato y, de hacerse, la nación y el Distrito estarían expuestos a demandas millonarias.
“Se crea más incertidumbre sobre el proyecto metro y abre la puerta a demandas jurídicas, toda vez que detrás de la financiación de la primera línea del Metro de Bogotá está la banca multilateral”, dijo Oróstegui.
Este detalló, además, que los proponentes que salieron perdedores de la licitación pública y que sí tenían experiencia en metro subterráneo pueden presentar sus demandas por el cambio en las reglas de juego.