SEMANA: ¿Cada cuánto lo sacan del Congreso?

MIGUEL POLO POLO: Cada tres días los mamertos me están sacando del Congreso.

SEMANA: ¿Por qué lo quieren ver por fuera del Congreso?

M.G.: Porque soy una de las pocas voces de la oposición en la Cámara de Representantes y porque soy el peor enemigo de la izquierda porque soy negro y pobre. Yo nazco del discurso de ellos. Tengo todo el perfil de las personas que ellos defienden, pero no soy de ellos. Yo contrarresto su discurso e invalido sus argumentos. Por ejemplo: un congresista del Pacto Histórico dijo que los jóvenes de la primera línea merecían el indulto porque eran jóvenes sin oportunidades, que habían vandalizado, que no tenían empleo, no tenían oportunidad de ingresar a la universidad. Entonces, yo me levanté y dije que también era de estrato 2, que venía de un pueblo, soy negro, no quemé policías y jamás les saqué los ojos simplemente porque no tenía condiciones económicas. Estoy en el Congreso con votos reales, sin derramar sangre, sin haber hecho terrorismo y sin curules regalas.

SEMANA: ¿Cuántas demandas tiene hoy en su contra?

M.P.: Hay 12, pero 10 fueron admitidas. Hay unas demandas donde piden mi salida. En una de ellas porque, supuestamente, me habían reconocido como indígena. Eso es cierto, en parte. A mí me incluyen como indígena cuando yo era menor de edad, me incluye mi papá como núcleo familiar. Nunca adquirí un beneficio por parte de los indígenas, nunca una beca de estudio como ellos decían. Entré a mi universidad porque presenté un examen de admisión igual a todo el mundo, lo pasé con el cuarto mejor puntaje y me destaqué por ser el mejor estudiante en mi carrera. A mí me sacaron del censo indígena en 2019- yo nunca fui a reuniones, al cabildo, nada porque nunca me interesó-, yo en el 2021 me autorreconozco como mayor de edad, como afro.

SEMANA: ¿Las otras demandas qué argumentan?

M.P.: Otra porque, supuestamente, no cumplía con los requisitos a la hora de inscribirme a la Cámara y una más porque a la otra candidata le encontraron, según ellos, unos votos más. Esos votos no son válidos porque la instancia donde se debía reclamar era el Consejo Nacional Electoral y no el Consejo de Estado. Todas las demandas no tienen sustento, hay unas que parecen más una especie de columna de opinión donde dicen por qué no debo ser representante por los afros y no utilizan un sustento jurídico, sino discurso mamerto.

SEMANA: ¿Es decir, no le preocupa ninguna demanda en su contra?

M.P.: La verdad, ninguna.

SEMANA: ¿Cuántos abogados tiene? ¿Cómo los paga?

M.P.: La verdad, mi abogado es Abelardo de la Espriella y otros que se han prestado a ayudarme porque se sienten representados ideológicamente conmigo. Lo han hecho sin cobrar.

SEMANA: Pero Abelardo de la Espriella llegará el momento en que le cobrará porque ya son varias las demandas.

M.P.: No creo. Abelardo es una persona de convicciones, fue una de las personas que más me apoyó en campaña, del 100% pudo haber representado el 50% del apoyo que una persona me haya dado en campaña. No hablo en lo económico, me ayudó con amigos, conocidos. Él, fue una persona que sin conocerme, se acercó a mí y me apoyó y lo sigue haciendo.

SEMANA: ¿No pensó en hacer un vaki?

M.P.: Una vez lo pensé, pero no sé por qué hasta ahora mis abogados no me han cobrado. Lo hacen por convicción, no por algún interés.

SEMANA: Sus opositores se metieron hasta con la relación de sus padres, primos -hermanos…

M.P: Sí, esa gente es hipócrita, hablan de tolerar el amor, del love love, que no importan si dos hombres, dos mujeres se enamoran, si una mujer se enamora de un puente, para ellos eso es amor, pero se aterran porque mis papás son primos. Eso es una incoherencia.

SEMANA: ¿A su mamá le dolió que se metieran con ella cuando nada tiene que ver con la política?

M.P.: Mami ni revisa nada de eso. Ni twitter ni nada de eso. Seguro alguien le dice, pero a ella no le afecta. Nosotros tenemos una autoestima bien chévere. Nos burlamos hasta de los comentarios negativos que nos hacen.

SEMANA: ¿A usted le duele lo que dicen de usted?

M.P.: No, me da risa, me lo gozo.

SEMANA: Pero usted también es fuerte, es duro con sus opositores…

M.P.: Sí, porque yo también ataco duro. Yo sé que si yo ataco duro, también me van a dar duro. Yo siempre estoy dispuesto a esperar cualquier cosa.

SEMANA: Lo más duro que le han dicho…

M.P.: Nada me ha afectado. Yo soy de los que dicen que mientras hablan un favor me hacen. La mitad de la responsabilidad de que yo esté en el Congreso es gracias a los mamertos quienes más me hacen memes, quienes más me critican y me hacen más visible. Mucha gente ha llegado a mí por un mal comentario y cuando me escuchan dicen ‘ay no, no eres lo que dicen los malos comentarios’.

SEMANA: Lleva tres meses en el Congreso. Lo mejor de la Cámara.

M.P.: Enfrentarme con los mamertos, verlos frente a frente y ver que muchos de ellos son cobardes.

SEMANA: Deme nombres de los cobardes…

M.P.: La representante (Luz María) Munera, del Pacto Histórico por Antioquia, siempre que pide la palabra habla de mí, pero no pronuncia mi nombre. Ella sabe que si me menciona, yo tengo derecho a réplica y la reviento con argumentos. Mafe Carrascal es igual. Ella, mucha veces, habla sin mencionarme. El Pacto Histórico siempre habla en el Congreso, sé que se refieren a mí, pero nunca dicen mi nombre, pero no me dan la oportunidad para no replicar. Si les contesto, los parto.

SEMANA: Cuando usted los ve de frente, en los pasillos del Congreso, ¿qué le dicen?

M.P.: Ni siquiera me miran, me huyen.

SEMANA: ¿Lo peor del Congreso?

M.P.: El congreso te da una voz fuerte, es una bocina más grande, tu voz se oye más fuerte. Todo me gusta. Es el trabajo de mis sueños.

SEMANA: Es decir, trabajaría muchos años más…

M.P.: Hasta gratis trabajaría ahí. Me encanta.

SEMANA: Por último, ¿ya se vio cara a cara con Gustavo Petro?

M.P.: Nunca lo he visto, pero sí me he encontrado con sus mamertos. Con muchos de ellos me he vuelto amigo, entre ellos, Juan Carlos Losada del Partido Liberal, el representante Carlos Ardila, de la misma casa política; Catherine Juvinao, es una muchacha inteligente, mamerta, pero bacana; de Alejandro Ocampo, del Pacto Histórico. De hecho, en el Congreso ando más con los mamertos que con los de derecha. De la derecha estoy cercano a Hernán Cadavid, Óscar Villamizar y Marelen Castillo.