Iván Márquez y todos los integrantes de la llamada ‘Segunda Marquetalia’ estuvieron participando de los diálogos de paz en La Habana (Cuba). Pese a ello, todos traicionaron lo pactado, se rearmaron y volvieron a las montañas de Colombia y Venezuela.
Lo último que se ha sabido de Márquez es que, después de firmar dos veces el acuerdo, no estuvo de acuerdo con la negociación y volvió a delinquir justificándose en un entrampamiento. Aunque varios sectores lo han defendido, olvidan que hay más de 10.000 excombatientes que siguen cumpliendo al pie de la letra lo firmado con el Estado colombiano.
La implementación de lo pactado ha sido lenta, pero no por ello quienes dejaron las armas han vuelto a la delincuencia en el país. A pesar de toda la polémica que se ha generado por la llamada ‘paz total’, este martes 21 de febrero se conoció que el Gobierno del presidente Gustavo Petro le daría estatus político a la Segunda Marquetalia y se abriría una mesa de negociación.
Así lo confirmó el comisionado de paz, Danilo Rueda, en una entrevista con Reuters, donde contó que la negociación también incluiría a las disidencias de Iván Mordisco.
“Creemos que en las próximas semanas esta fase inicial de acercamiento y construcción de niveles de confianza nos llevará a una segunda fase, que es el inicio de la fase de diálogo. La fase de diálogo complementará los diálogos del ELN, iniciando dos mesas de negociación: una con el Estado Mayor Central de las Farc y otra con las Farc de Segunda Marquetalia”, dijo Rueda a Reuters.
No entregó mayores detalles sobre los avances de los acercamientos, pero está claro que, si se abre una mesa de diálogo, no habrá sometimiento a la justicia para Iván Márquez y todo su combo, sino una segunda oportunidad política para conocer si ahora sí les gusta la paz.
Sobre Márquez, que sufrió un atentado en julio de 2022, el comisionado indicó que se ha reunido en dos ocasiones con él y que “tiene todas sus facultades mentales en buen uso y hay manifestaciones claras, y precisas, de que toda su organización quiere participar en escenarios de diálogos”.
Para Rueda está claro que la etapa de negociación con las disidencias servirá como complemento al diálogo que se está adelantando con la guerrilla del ELN y habría mesas paralelas. No obstante, no entregó mayores detalles sobre negociadores, lugares o dinámicas de la misma.
“Esto es lo que esperamos: el inicio de la desescalada y el alto al fuego bilateral con el Ejército de Liberación Nacional. La paz es de todos, cualquier grupo que quede excluido de la construcción de la paz hará inviable una paz estable, duradera y definitiva en Colombia”, reiteró Rueda.
Para quienes pensaban que el único camino que le quedaba a Márquez era el sometimiento a la justicia se equivocaron, porque el Gobierno Petro ―según lo dicho por Rueda― le dará una nueva oportunidad y se desconoce bajo qué criterios se negociaría, ya que todo lo pactado está en marcha y el resultado del diálogo sería finalmente que se acogieran a lo firmado en La Habana (Cuba).
Estas declaraciones seguramente generarán bastante polémica en Colombia, ya que muchos sectores consideran que Márquez y la ‘Segunda Marquetalia’ traicionaron el Acuerdo de Paz y, contrario a sus excompañeros que se mantienen en la legalidad, tomaron el rumbo de la delincuencia y el narcotráfico.
Llama la atención que las declaraciones de Rueda se dan un día después de que se conociera un concepto de la Casa de Nariño, donde se explica que, tal como está la ley actualmente, Iván Márquez y su combo no podrían beneficiarse de negociaciones políticas justamente por haber perdido la oportunidad que les brindó la firma del mismo con el Estado colombiano. Al parecer, Rueda no conoce la postura del Ejecutivo.
Sobre este particular, el senador Iván Cepeda, negociador del Gobierno en los diálogos con el ELN, dijo estar en contra de esa postura. “Expreso mi total desacuerdo con el concepto de la oficina jurídica de la Presidencia que impide el tratamiento político del grupo Segunda Marquetalia. He denunciado que en este caso se presentó un entrampamiento judicial que no justifica el rearme, pero sí un diálogo político”, dijo Cepeda.
En un concepto enviado por el Ministerio del Interior, como representante del Gobierno, se advierte que Luciano Marín Arango, alias Iván Márquez, traicionó ―con su regreso a la vida armada― el Acuerdo de Paz que se firmó en septiembre de 2016, situación por la cual debe ser catalogado como un desertor. Esta figura le quita cualquier tipo de posibilidad para que se llegue con él y los otros integrantes de la Segunda Marquetalia un proceso de paz.
En el extenso concepto, que ya está en poder del magistrado Jorge Enrique Ibáñez, se señala que en el caso de los desertores, como Márquez, solamente se puede aplicar la figura de sometimiento a la justicia, puesto que ya en una oportunidad le dieron la espalda a un Acuerdo que fue avalado y puesto en marcha, por lo que no se puede aprobar una nueva negociación de paz para que entreguen las armas y regresen a la vida civil.
Siendo desertores, se deben acoger a las reglas del sometimiento, lo que tiene como consecuencia que se emita en su contra una condena privativa de la libertad. Teniendo en cuenta la jurisprudencia, este grupo conocido como la Segunda Marquetalia, el cual fue conformado en 2018 por varios exintegrantes de las Farc, tampoco podrán pedir cupo en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), puesto que esta justicia transicional solamente investiga, juzga y sanciona hechos relacionados con el conflicto armado antes de diciembre de 2016.
“(...) su proceso no va por medio de diálogos, negociación y acuerdo de paz, sino de acercamientos, conversaciones y sometimiento a la justicia”, precisa uno de los apartes del concepto. En otro punto se señala que con estos grupos solamente se puede fijar la forma en cómo se someterán y no más. Frente a este tema, el senador Iván Cepeda manifestó que no está de acuerdo con lo dicho por el Ministerio del Interior, advirtiendo que “en este caso ―en referencia a Márquez y compañía― se presentó un entrampamiento judicial, que no justifica el rearme, pero sí un diálogo político”.
Este concepto fue enviado en el marco de la demanda presentada por el abogado Jorge Enrique Pava Quiceno, quien asegura que dentro de la Ley 2272 de 2022, que puso en marcha la creación de la ‘paz total’, hay varios artículos que dejan vacíos a la interpretación y desconocen varios pronunciamientos de la Corte Constitucional.
La demanda apunta directamente al artículo 2 de la mencionada ley que permite la negociación para firmar un proceso/acuerdo de paz con grupos armados organizados al margen de la ley. “Se entenderá por grupo armado organizado al margen de la ley, aquel que, bajo la dirección de un mando responsable, ejerza sobre una parte del territorio un control tal que permita realizar operaciones militares sostenidas y concertadas”.
Esto permite, entre otras cosas, abrir una negociación con Luciano Marín Arango, más conocido como Iván Márquez, en su calidad de comandante y jefe de la Segunda Marquetalia, esto pese a que renunció al Acuerdo de Paz firmado en 2016 con la guerrilla de las Farc. En otro de los apartes del artículo 2 se cobija además a “los exmiembros de grupos armados al margen de la ley, desmovilizados mediante acuerdos pactados con el Estado colombiano, que contribuyan con su desmantelamiento”.