En los últimos días se ha generado todo un revuelo porque desde el Centro Democrático anunciaron que presentarán un informe paralelo al de la Comisión de la Verdad, ya que no están de acuerdo con ese documento en varios puntos. Así lo dijo el expresidente Álvaro Uribe.
Desde otros sectores han criticado la iniciativa porque supuestamente sería un documento del uribismo. En entrevista con SEMANA, el mayor (r) Carlos Ospina explicó que no es así y aclaró que aunque desde ese sector publicarán una cartilla alternativa, su investigación es independiente y rigurosa y no quiere que se suscriba a ninguna colectividad. Su objetivo es tener a otros expertos y plasmar la investigación que tiene cuando hizo parte de la Comisión de la Verdad y que no fue tenida en cuenta por ese grupo.
SEMANA: ¿Qué contendrá este informe que usted está liderando?
CARLOS OSPINA: Se trata de un análisis de contenido de lo que presentó la Comisión de la Verdad y lo que presenté yo como comisionado. Estamos analizando qué hay a favor, en contra, qué está faltando y qué falacias hay. Las víctimas han tenido una gran inquietud, no se sienten representadas, y no se trata solo de una sino de muchos grupos de todos lados que se preguntan ¿por qué no registraron algunas victimizaciones especialmente en los territorios?
SEMANA: ¿De dónde surgió la idea de hacer este informe?
C.O.: Surge ante el vacío que se presenta y que fue catalizado por el presidente (Álvaro) Uribe como líder nacional, que le llegan de distintos lados y le comentan. Él puso un grupo de análisis y encontró que hay unas fallas estructurales del informe porque falta una pedagogía para haberlo hecho y falta rigurosidad académica para presentar las citas. Las referencias no están de acuerdo con las normas y da para malas interpretaciones. Ante esto, el presidente Uribe me llamó y me apoyó para que yo lidere unos grupos de universidades, organizaciones de víctimas y empresarios que quieran sumarse, y sobre todo con diferentes grupos políticos del país, no de una sola vertiente, pluralista, para organizar un informe complementario o adicional de lo que falta del informe final.
SEMANA: Eso es clave, ¿entonces no se trata de un informe del Centro Democrático como se ha dicho?
C.O.: Claro que no. La verdad es un derecho de todo el pueblo colombiano pero sobre todo de las víctimas y de las personas vulnerables. Si un informe se suscribe a un partido político, que es lo que estamos criticando en el informe que presentó la Comisión en sus sesgos, en su forma de hablar y presentar, estaríamos incurriendo en ese mismo sesgo y estaríamos en la batalla por la verdad. No vamos a competir, no vamos a presentar un contra informe, vamos a presentar lo que consideramos que fue lo que pasó en el conflicto armado.
La base son los 8 tomos que presenté, 2.800 páginas bien estructuradas con rigurosidad académica, más lo que vemos que es verdad, mentira, que hace falta o que no se tocó inicialmente. Con estos documentos vamos a presentar un informe final pronto porque ya tenemos muchos datos y víctimas que han hablado, pero sobre todo, la forma de cómo lo hacemos pedagógico. Vamos a pedir la libertad de cátedra de los colegios y que puedan escoger cualquiera de los informes que están sobre la mesa. El mío como comisionado está enmarcado dentro de esa ley como un salvamento de voto, como un disenso que se hizo por un comisionado, para que sea tenido en cuenta, para que sea la versión que algunos colegios presenten si lo consideran así.
SEMANA: ¿Qué expertos hacen parte de esta investigación?
C.O.: Inicialmente el equipo con el que venía trabajando. Estoy agregando algunas otras personas que ya conocen los informes de un lado y de otro, que sean académicos y rigurosos y para eso hemos invitado a dos universidades, ya me confirmó la Sergio Arboleda, y estamos confirmando una en Medellín; y el Instituto de Ciencias Políticas, que estamos en conversaciones con ellos como centro de pensamiento independiente. Por eso no es del uribismo, sino que ellos nos van a apoyar, sobre todo en los recursos económicos, pueden ayudar para que quienes nos puedan colaborar, se necesita apoyar a los académicos.
SEMANA: ¿De dónde saldrá la financiación?
C.O.: A mí no me gusta pedir plata y nunca la he pedido. Subí mis libros hasta donde pude porque la Comisión no me dio financiamiento para el proceso de edición y corrección de estilo, entonces lo subí a las redes y cree una página, pero viendo que era lento y que no estaba llegando a mucha gente, vamos a buscar con los empresarios, voluntarios, aportantes, para que haya un dinero que alguien lo maneje.
Vamos a traducirlo al inglés y al francés, tiene que ser una persona muy rigurosa, un experto para que quede correctamente traducido. Tenemos que llevarlo a muchas partes del mundo, inclusive, la comunidad europea, países aportantes que ayuden y que deberían comprometerse por la universalidad de opiniones y el derecho a la participación. Reitero, no es de un sector ni un grupo. No le pedimos al Gobierno porque la verdad no puede ser financiada por el Estado, por eso son las grandes críticas al ministro de Educación (Alejandro Gaviria) que diga que lo va a llevar a los colegios para convertirse al servicio de un Gobierno, eso no puede ser.
SEMANA: ¿Qué considera que le faltó al informe de la Comisión de la Verdad?
C.O.: Uno, la rigurosidad académica, cuando uno entrevista a una persona se debe mirar a quién se le pregunta, quién pregunta y qué se le pregunta porque a un conductor de taxis le puedo preguntar “¿y usted qué sabe de cómo se hace pan?” y de pronto me da una respuesta adecuada, pero se supone que si debo saber cómo se hace pan tengo que ir a un panadero. Se puede inducir la pregunta y esa es una de las grandes fallas que tienen.
Si hablamos de números, la Comisión dice que tiene 28.000 testimonios, ¿pero quienes son? ¿saben la jerga militar? ¿sabe cómo hablan los campesinos? Es importante porque como no hubo esa apertura y el informe se hizo desde Bogotá, con jóvenes experimentados, que pueden tener maestría, doctorados, pero que nunca han pisado el campo, ¿cómo le va a preguntar a un campesino cómo fue que vivió la guerra si lo hace desde Bogotá? Eso le faltó a la Comisión de la Verdad, como dicen, untarse de pueblo.
SEMANA: ¿Siente que las fuerzas militares terminan desprestigiadas en ese informe?
C.O.: Cuando uno coge un capítulo y dice, voy a mirar cuántos falsos positivos hubo, encuentra que hay en un capítulo 30 referencias y cuando miro en otro temas de secuestro a militares, esclavitud en el secuestro, violencia sexual en el secuestro, o el secuestro mismo, encuentro una o dos referencias, o sea que se tocó tangencialmente. No hubo la rigurosidad de profundizar, por ejemplo, en las víctimas militares que son 680.000, pero sobre todo, del pueblo colombiano, a esos jóvenes que perdieron su vida, sus hermanos, en este conflicto defendiendo la democracia, que sienten que el pueblo colombiano está en deuda con ellos, no se sienten representados en ese informe. Hace dos días la organización citó algunas personas para escucharlas, pero cómo lo va a hacer si ya terminó el informe, ¿en dónde las van a incluir?, ellos dicen “fuimos maltratados”, porque, además, a veces los reciben despóticamente.
SEMANA: ¿Para cuando tienen proyectado publicar el informe?
C.O.: En una semana tenemos que tener el plan de manejo, un plan de medios, de investigación, de índice y yo creo que en octubre, por tardar en noviembre, tiene que estar listo.