SEMANA: ¿Por qué Gustavo Petro ya está hablando de 2026?
HERNÁN ANDRADE (H. A.): Porque él es un activista político. Más que administrar –está demostrado que no sabe hacerlo– es político y nunca se despojó de su condición. Entonces, es auténtica su preocupación por el 2026, trata de motivar sus huestes y de demostrar que está en el juego político.
SEMANA: ¿Usted no lo ve con ganas de reelegirse?
H. A.: No, no hay la más mínima posibilidad de que Gustavo Petro se reelija. Colombia es un país institucional, conservador, en el amplio sentido de la palabra. No hay manera de que se reelija. No tiene lo más importante que se necesita: el apoyo popular para reelegirse. Él tendría que cambiar la Constitución, porque acuérdese de que hay una sentencia que prohíbe la reelección. Reitero, no tiene apoyo popular, la fuerza pública es garante del orden y la institucionalidad. Él tiene un margen de maniobra en la segunda vuelta. Él logró fidelizar, como ocurrió en la Alcaldía de Bogotá, el mismo 30 %. En Colombia esa cifra, aproximadamente, son seis millones de personas, un factor decisivo en la segunda vuelta. Él sabe perfectamente que no tiene chance con sus alfiles en primera vuelta, pero trata de mantener sus huestes unidas.
SEMANA: ¿Petro sabe que no será un jugador fuerte en 2026?
H. A.: Por el contrario, Petro sabe que es un jugador fuerte para incidir en la segunda vuelta dependiendo de quienes pasen. No, está muerto para reelegirse y elegir a alguien de la izquierda radical. Pero sigue siendo un actor primordial y principal, no de reparto sino de primer orden en la política nacional. Falta mucha agua debajo del puente. La política se está moviendo, Petro sigue vivo con un regular gobierno tirando a malo. O ¿cómo explica que a estas alturas del partido, con esas cifras económicas tan malas, con la inseguridad tan difícil en el país, mantenga el 30 % de favorabilidad?
SEMANA: Si no es Petro, ¿quién podría ser el sucesor?
H. A.: Él aspira que quien sea el candidato no pertenezca a una izquierda radical, sino un personaje de centroizquierda. Petro es político; es mal administrador, pero no mal político.
SEMANA: ¿No ve a los personajes cercanos a Petro como posibles presidenciables, por ejemplo, Francia Márquez?
H. A.: ¡Pero perdón! Los que nos movemos en este medio sabemos que en política no se puede descalificar a la gente, pero nadie del círculo cercano a Petro, menos la vicepresidente, va a pasar a segunda vuelta. Y si llegara a pasar, será claramente vulnerable en la segunda vuelta, porque lo ligan con el hoy presidente. El antipetrismo es muy fuerte, es muy grande. Lo que le queda a Petro es salvar la papeleta con alguien que no sea de derecha radical y que él le pueda apoyar en segunda vuelta.
SEMANA: ¿Daniel Quintero?
H. A.: No tiene la más absoluta posibilidad de pasar, porque salió en medio de un desprestigio total y lo ligan con Gustavo Petro. El tema del presidente es grave, el antipetrismo es cierto, salió a marchar esta semana en Colombia y se va a manifestar en 2026. Petro quiere jugar, pero buscando que no sea Germán Vargas Lleras, María Fernanda Cabal, alguien que no sea de derecha radical. Por supuesto que Quintero no llega -por cierto, tiene un origen conservador-, fue un desastre como alcalde y su popularidad es la de Upegui en las elecciones en Medellín. Nadie que tenga un rótulo cercano a Petro pasará a segunda vuelta.
SEMANA: Ahí se está alistando Roy Barreras...
H. A.: Roy, en otras circunstancias, tendría opciones, él es una persona capaz, inteligente, pero él, María José Pizarro, no tienen opciones. Yo veía, posiblemente, a Luis Gilberto Murillo, pero con este episodio de los pasaportes, le quitan el buen aire con el que se empezó a cocinar su precandidatura. Estimando y admirando a Roy, le quedará muy difícil desmarcarse de la línea del Gobierno Petro.
SEMANA: ¿Cómo vio las marchas contra el Gobierno Petro?
H. A.: Son una realidad, es una expresión popular que se está encubando; lo de Cali, lo de Bogotá, nadie puede decir que estas marchas no fueron espontáneas. Eso va a crecer a medida que avanza el debate electoral. Que a dos años de campaña, usted logre movilizar sin agua, sin buses, a miles de ciudadanos. Comienza a cocinarse una expresión popular muy fuerte contra el Gobierno Petro.
SEMANA: ¿Cómo le parecieron los últimos nombramientos de Gustavo Petro? Me refiero a Gustavo Bolívar, Alexander López, Carlos Carrillo.
H. A.: A Gustavo Petro no le interesa entregar un país saneado fiscalmente, él mete su primera línea política, abandona la tecnocracia. Él no abandona la regla fiscal, no porque no quiera, es que el ministro Ricardo Bonilla, de alguna manera, es un dique. Y la regla fiscal tiene que pasar por otros estamentos, pero los intentos de manejar el presupuesto a bolígrafo, el hueco de los 13 billones de pesos, eso no fue un yerro, fue a propósito. Todos los movimientos de Gustavo Petro son fríamente calculados. Por eso, meter en el Gobierno a Bolívar, su primera línea política, a Alexander López, corresponde a una clara decisión política de no importarle el éxito administrativo, sino el éxito político en 2026.
SEMANA: Usted hizo unos vaticinios sobre las reformas estructurales en el Congreso...
H. A.: Pues usted lo tiene ahí. Yo le pido que traiga ese mismo titular: ‘Las reformas pueden pasar en la Cámara, pero tienen muchas dificultades en el Senado’. Yo no soy politólogo graduado, pero la experiencia de 30 años de política habla, simplemente lo invito a que mire ese titular. En Cámara -reitero- pueden pasar porque las mayorías no las tienen los partidos, las maneja Petro; en el Senado, las mayorías son de los partidos. Un petrista caracterizado, un petrólogo, cuyo nombre no puedo divulgar, me dijo hace un año que a ellos no les interesaba que pasaran las reformas, sino quedarse con las banderas. A mí me quedó sonando esa frase. Finalmente las reformas no van a pasar y si pasan estarán muy peluqueadas, pero les interesa el discurso de que las oligarquías, las élites y los partidos retrógrados no les dejaron pasar los proyectos.
SEMANA: ¿Cómo ve el ambiente en el Congreso? La salud y la pensional tienen que correr.
H. A.: Las reformas están sin votos. La pensional se puede concertar, con algo de flexibilidad, la ponencia de la senadora Norma Hurtado es buena, la única reforma seria fiscalmente es la pensional, concertando, bajando del 3,5 al 1,5. Es una reforma fácilmente concertable y de impacto para el país. La de salud ya no le interesa a Petro, ya logró lo que era su propósito: ahogar las EPS, quebrarlas. Y la reforma laboral la dejaron relegada por tiempo, falta de votos y trámite.