SEMANA: ¿Cómo va el diálogo entre el Gobierno y el Partido Conservador en torno a la reforma a la salud?
Felipe Jiménez (F. J.): Tuvimos una reunión de bancada el martes y un encuentro en Presidencia el jueves, con Gustavo Petro y la ministra Carolina Corcho. Se tocaron las líneas azules y lo que espera el partido de la reforma a la salud. En primer lugar, lo que no queremos es que se burocratice el sistema de salud y que dejarlo en manos de alcaldes y gobernadores sería politizar el servicio. Es perverso para el sistema. Sí creemos que el sistema de aseguramiento tiene que ser mixto, no lo vemos como lo plantea la ministra Corcho. Además, otra de las diferencias entre la bancada y la ministra fue la libre escogencia como derecho fundamental del usuario. Como está la reforma a la salud en este momento, el derecho a la libre escogencia sería afectado. De esta forma, debería ser tramitada como ley estatutaria y por Comisión Primera.
SEMANA: ¿Creen que debe ser ley estatutaria?
F. J.: En la reunión de bancada se vieron dos posturas, unos que decían que era ley ordinaria y otros pensamos que es ley estatutaria, precisamente por eso que le cuento.
SEMANA: ¿Cómo le parece a la bancada conservadora la reforma al Código Penal que propone el ministro de Justicia, Néstor Osuna?
F. J.: No estuvimos de acuerdo, inicialmente, con el mensaje de urgencia. Radicamos una proposición para que el Gobierno lo levante y que adicionalmente se realizaran una serie de audiencias públicas para poder discutir más a fondo el proyecto. Creo que una de las grandes falencias del Gobierno, que también ocurrió con el proyecto de ley de reforma a la salud, es la falta de socialización y de discusión pública. No queremos que nos pase exactamente lo mismo con este proyecto.
SEMANA: ¿Con qué puntos están en desacuerdo?
F. J.: Tenemos diferencias en casi todos los proyectos. El ministro Osuna, en la audiencia pública en Comisión Primera, decía que había unos delitos que debían ser suprimidos del Código Penal porque la criminalidad en estos era muy baja. Sin embargo, concordamos muchos con lo que decía el fiscal Francisco Barbosa. Las penas en estos delitos son un disuasor para que no se cometieran. Un ejemplo es el tema de la cuota alimentaria, creo que, en muchos casos, lo que lleva a pagar a quien está fallando con la cuota es el temor a la pena.
El ministro decía que no porque una persona en la cárcel no puede pagar la pena y se debe resolver por la vía civil. A mí, en este punto, me parece demasiado complicado. Se vulneran los derechos a los menores y la lógica del ministro es que el hacinamiento carcelario se resuelve con la eliminación de las penas. Realmente lo que necesitamos es una intervención del sistema carcelario, para mí no se resuelve el problema con la propuesta del Gobierno. Igual pasa con el incesto, ¿qué pasa con los menores a quienes se les vulneran los derechos? Otro asunto que nos preocupa es el tratamiento a los pequeños cultivadores de cultivos ilícitos, creo que en vez de eliminar el delito, el Gobierno debe intervenir con incentivos y programas.
SEMANA: ¿Cómo está la permanencia del Partido Conservador en la bancada de Gobierno?
F. J.: El Partido Conservador decidió acompañar al Gobierno, pero eso no implica que el partido será condescendiente y que apruebe absolutamente todo. Es un partido de centroderecha y se expondrán las ideas de cada uno de nosotros, en beneficio, sobre todo, de la sociedad civil. El partido está para poner líneas azules, como lo estamos haciendo hoy, en torno a la reforma a la salud. Estoy seguro de que lo haremos en torno a la reforma laboral y pensional para mejorar los proyectos de ley.
SEMANA: Ustedes aún tienen la oportunidad para cambiar su postura frente al Gobierno. ¿Contemplan la independencia?
F. J.: No veo distante la posibilidad de ser partido independiente. No lo veo tan distante. Hoy veo una posición abierta al diálogo y a acompañar al Gobierno. Creo que hay condiciones para sentarnos y acordar en ciertas posiciones como partido, como las líneas azules. Sin embargo, creo que en el transcurso del año el partido y la bancada harán un análisis sobre qué le conviene más a los colombianos. El ahora presidente del partido lo ha dejado muy claro. Está para representar a los conservadores, no solo a los congresistas, sino a la sociedad civil.
SEMANA: ¿Qué pide el Partido Conservador para seguir acompañando al presidente?
F. J.: Un diálogo abierto con el Gobierno. Para mí, el Gobierno debe estar abierto a conversar con los partidos. El hecho de que un partido sea de Gobierno no quiere decir que aprobará sin ninguna revisión los proyectos de ley. Llegar a ese punto medio es lo que necesitamos como partido. Si con las propuestas que planteamos se mejoran los proyectos, el Gobierno siempre será bienvenido. Inicialmente, es un Gobierno abierto al diálogo, veo un presidente abierto.
SEMANA: ¿Qué opina sobre el diálogo con la ministra Carolina Corcho?
F. J.: Con la ministra no pasa igual. La veo más cerrada frente a los puntos de la reforma. Tiene unos puntos de acuerdo a su ideología y trayectoria. La ministra debe ser consciente y ceder en los puntos que exigen los partidos. No es una reforma para una población reducida, sino para todos los colombianos. En mi posición, la ministra debe abrirse.
SEMANA: ¿Cree que habrá alianza entre el Pacto Histórico y los conservadores en las elecciones regionales?
F. J.: No, es una negativa completa. El partido es fiel a sus bases. En Antioquia, que es la región que yo conozco, es una negativa total. Jamás haremos campaña con el Pacto Histórico. Tenemos muchas diferencias.