La resaca de la aprobación a la Reforma a la Justicia apenas está empezando y sociedad civil, ONG y medios de comunicación se movilizan para esclarecer las responsabilidades de cada uno de los implicados en todo el proceso de la aprobación de esta ley, cuyo calificativo más suave es el de "engendro". En una entrevista concedida a la W Radio, Simón Gaviria, director del partido Liberal, presidente de la Cámara de Representantes e hijo del expresidente César Gaviria, admitió su error por haber votado a favor de una ley que no leyó a fondo y en la que sólo el día siguiente entendió la dimensión de sus consecuencias. Lo primero que explicó Gaviria fueron los criterios con los que eligió a los congresistas de la Cámara que estuvieron al frente de la conciliación. "Los dos coordinadores, que los nombré porque habían sido ponentes de la ley, fueron Roosvelt Rodríguez Rengifo y Orlando Velandia. Después tuve que elegir a otros para completar el número de conciliadores que definió el Senado. Entregué un cupo a cada partido miembro de la unidad nacional de la siguiente forma: a Germán Varón, de Cambio Radical; Alejandro Carlos Chacón, del Partido Liberal; Gustavo Puente, del Partido Conservador, y Carlos Edward Osorio, del Partido de la U". Sobre el papel de los conciliadores, el director del Partido Liberal dijo que ellos tienen la función de conciliar los textos, "es decir, escoger el documento aprobado por el Senado o el texto de la Cámara. Lo que vimos fue claramente un error mayúsculo en la conciliación donde se cometieron errores nefastos. De un lado se introdujeron temas que no habían sido debatidos, eso no se puede hacer en una conciliación; y segundo, que juntaron lo peor de uno y lo peor del otro. Por estos errores de forma esto se va a caer en la Corte Constitucional, no tiene manera de que se apruebe", subrayó. El presidente de la Cámara dijo que sintió mucha "extrañeza" cuando escuchó al ministro de Justicia, Juan Carlos Esguerra, porque él está muy equivocado. "El ministro no participó cuando empezaron los conciliadores, pero él después entró y revisaron por cinco horas el texto, artículo por artículo. Después fue su secretaria privada quien en la Oficina de Leyes hizo la redacción del texto final de conciliación". El congresista explicó que se retiró esa noche a las 11.30 p. m. y que al día siguiente acudió a votar las conciliaciones. "Esa mañana apareció el ministro y me dijo: Simón, hay errores, yo le dije, listo, ministro, ¿cómo las arreglamos?, y él me dijo que hiciéramos una Fe de Erratas, que significa que la conciliación quedó mal y se puede enmendar. Sobre ese tema el Gobierno va y redacta esa Fe de Erratas con los conciliadores. Entonces se suspendió la votación para que el Gobierno pudiera hacer los cambios, se enmendaron una variedad de artículos, y después de eso se procedió a votar". En su relato, Gaviria también dijo que antes de votar le preguntó al ministro de Justicia que si se encontraba cómodo con esa conciliación y que el ministro procedió a pararse en el atril, se dirigió a los congresistas y les dijo: "El Gobierno le pide a la Unidad Nacional votar a favor de la conciliación". ¿En qué nos equivocamos? Se preguntó el representante. "En creer en el Gobierno y en el afán que hubo que no nos permitió ver la minucia de la ley ni revisar artículo por artículo". Gaviria repitió que había confiado en el ministro de Justicia, "quien revisó y redactó la ley y que además realizó una Fe de Erratas para hacer las enmienda y después nos pidió que votáramos". "El Gobierno se está lavando las manos olímpicamente" "El hecho de que (el Gobierno) se estén lavando las manos tan olímpicamente lo encuentro abiertamente inaceptable", señaló Gaviria. A pesar de mostrarse engañado por el Gobierno, Gaviria dijo que iba a respaldar la sugerencia del presidente Santos y que "aunque no tenga precedentes, nos parece muy oportuno que no se promulgue esta iniciativa. Y el 20 de julio (cuando se retomen las sesiones en el Congreso) se reabre esa conciliación para que quede bien y si toca hundir la reforma, pues se hace". Gaviria admitió su responsabilidad por haber votado a favor, pero no contempló la idea de renunciar, tal y como se lo sugirieron los periodistas de W Radio. "Fue una comedia de errores, y en las urnas es donde asumimos las responsabilidades políticas. Yo no hago parte de ningún entuerto, ni soy un bandido, ni una rata, y no tengo ningún interés de blindarme de nada. Acá unos legisladores se extralimitaron en sus funciones, no sé si lo hicieron de buena o mala fe, pero el Gobierno estaba ahí, y ellos fueron los que redactaron la conciliación y la Fe de Erratas. El error fue mío por firmar la iniciativa, no sabía que tenía micos ni orangutanes", concluyó Gaviria.