SEMANA: ¿Qué opina sobre el difícil momento que atraviesa el sector de la construcción?
PALOMA VALENCIA (P.V.): El sector de la construcción es muy importante para Colombia. Pesa más o menos 5,7 % del PIB, pero además es un generador de empleo supremamente importante. Normalmente son 1,4 millones de empleos. Cuando hay una crisis en el sector construcción, hay una crisis social que viene amarrada, porque el empleo es mayoritariamente obrero, población que queda totalmente desempleada, sin ingresos y en pobreza. ¿Qué es lo que preocupa? Colombia venía haciéndolo bien en materia de construcción, porque habíamos logrado perfeccionar, durante el gobierno Santos se creó y durante el gobierno Duque se mejoró, el programa de Mi Casa Ya, que llegó a entregar 380.000 subsidios.
¿Qué preocupa? El Gobierno le introdujo una serie de modificaciones con un buen espíritu, que es tratar de llegar a una población más pobre y de incluir municipios más pobres, que no habían recibido el subsidio. Pero lo hizo sin crear las condiciones de transición, porque quienes ya tenían preaprobado Mi Casa Ya estaban esperando que se terminara la casa. Tenían la expectativa de recibir ese subsidio. Son 65.000 familias colombianas, y cuando el Gobierno dice que solo le va a entregar a 50.000, algunos perdieron la cuota inicial. Terminan perdiéndolo todo. Entonces eso es un drama, porque faltan 15.000 subsidios que valdrían 450.000 millones.
SEMANA: De acuerdo con Camacol, la venta de casas se desplomó. ¿A qué se debe?
P.V.: Hay un problema, porque tenemos unas tasas de interés muy altas, las más altas de la historia reciente, causadas precisamente por el Banco de la República, que ha venido tratando de controlar la inflación. Sin embargo, el Gobierno podía hacer cosas sobre eso, que es subsidiar la tasa de interés para que la gente no pierda la cuota inicial y para que se incentive el empleo. Cuando el Gobierno le quita recursos a los 65.000 subsidios que se necesitaban para este año, dejando 15.000 por fuera, pues ahí vamos a tener la tragedia de 15.000 hogares. Eso es una crisis social anunciada. A eso súmele que los indicadores de confianza para comprar vivienda están cayendo. Eso se empieza a reflejar, como lo decíamos, en que las viviendas se están construyendo un 50 % menos. Lo que me parece más doloroso es que se hayan disparado las renuncias de los ciudadanos.
SEMANA: ¿El presupuesto para 2024 romperá la regla fiscal?
P.V.: Evidentemente este es un presupuesto que va a romper la regla fiscal, porque supone unos recursos que no son ciertos. Dicen que por eficiencia de la Dian van a recaudar 15 billones de pesos. Una nueva reforma tributaria, porque crearon 10.000 cargos adicionales. Yo eso no lo veo. Creo que eso es un sueño, una quimera. Pero además suponen que la economía va a crecer 1,7 %, cuando los estudiosos hablan de que lo máximo que vamos a crecer puede ser 1,3 %. Incluso, hay gente que dice que podemos crecer uno o menos de uno. Vamos a terminar con la deuda pública convertida en bonos basura.
SEMANA: ¿Qué piensa sobre la forma en la que quedó distribuido el presupuesto?
P.V.: En materia de salud el panorama es absolutamente dramático, porque el Estado le debe a las EPS más o menos 8,8 billones de pesos entre deudas anteriores al 2019, deudas de 2022 y 2023 por presupuestos máximos. Y sin contar los sueños del presidente, que era construir Caps por todo Colombia, comprar equipos para dotar a las regiones más apartadas. Eso costaba 5,5 billones de pesos y esa plata tampoco apareció. Entonces, en total faltan 13 billones de pesos. Pero si usted quiere quitar los sueños de la nueva salud, pues nos siguen faltando 8 billones de pesos. Al sector de Ciencia, Tecnología e Innovación le disminuyeron el presupuesto. Presentamos una proposición para adicionar 150.000 millones de pesos y ni siquiera eso quiso votar el Pacto Histórico.
También hay un gasto desmedido en burocracia. La Dian aumenta su gasto de funcionamiento en un 67 %, como lo hace el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, como lo hacen varias entidades. Tal vez la más impresionante es el Ministerio de la Igualdad. Se supone que con el Ministerio los más pobres iban a recibir inversión. Se destinó una partida de 1,3 billones de pesos. Uno dice que se pueden hacer los acueductos, los alcantarillados, los mejoramientos de vivienda. Resulta que 900.000 millones de pesos son para burocracia. Solo habrá 400.000 millones de pesos para los colombianos más pobres. Mejor dicho, es un presupuesto que muestra la necesidad de muchos puestos para los amigos del Pacto.
SEMANA: Se viene el impuesto a los ultraprocesados. ¿Qué implicaciones tendrá para los colombianos?
P.V.: Es un impuesto que es altamente regresivo. El presidente Petro organizó un paro nacional, porque el presidente Duque propuso ponerle IVA a la canasta familiar, devolviéndole ese IVA a los colombianos más pobres. Lo que el actual presidente hizo fue ponerle impuestos sin devolución a los colombianos más pobres. Cuando vas a un mercado en un pueblo o en un barrio pobre, lo que encuentras son precisamente todos esos productos que se llaman ultraprocesados. Ahí están las tortas, los panes, las margarinas, los quesitos y el pollo con adobo. Esos se terminan cobrando más alto. Y eso impacta precisamente la alimentación de la población más pobre. Ellos dicen que entonces coman mejor, pero es que no les alcanza para más. Lo que usted está haciendo es restringiendo la posibilidad de alimentarse con lo que ellos se estaban alimentando. Preocupa que en México, el impuesto provocó que la calidad de los alimentos desmejorara.