El proyecto de ley de la reforma a la salud se convertirá en la papa caliente del próximo período legislativo, que arrancará en febrero de este año. La iniciativa, que está en revisión en el despacho del presidente Gustavo Petro, ni siquiera se ha conocido oficialmente y ya levanta las primeras ronchas entre los amigos y contradictores de la actual administración.
La ministra de Salud, Carolina Corcho, guarda prudencia frente al tema, mientras distintos sectores políticos le hacen llamados al Gobierno. El senador de Verde Oxígeno, Humberto de la Calle, un hombre que ha aplaudido y criticado al Gobierno, le envió un mensaje al presidente Gustavo Petro.
“El anuncio es que vamos a comenzar a discutir la reforma a la salud en el Congreso. Estamos listos para trabajar en esto, siempre pensando en la mejoría del sistema en beneficio de la gente, la gente de a pie”, dijo a través de un video que publicó a través de su cuenta personal de Twitter.
De la Calle manifestó que “esto hay que hacerlo seriamente. No se trata de atacar ideológicamente el sistema que tiene defectos, que hay que mejorar. Tampoco utilizar cifras equivocadas y falsas. La ministra Carolina Corcho habló, por ejemplo, de las deudas de las EPS a las prestadoras de salud por 50 billones. Y resulta que no son 50, es mucho menos de la mitad”.
Esta –según De la Calle– “no es la manera de asumir esta discusión. Lo haremos con mente abierta, pensando en la gente, pero sobre todo con fundamento en realidades y no en situaciones ficticias como las que acaban de aparecer, tal como lo he descrito. Vamos a pensar en la gente y hacerlo con toda claridad, precisión y transparencia”.
El exjefe negociador de paz enfatizó en que con la reforma a la salud que propone el Gobierno de Gustavo Petro “está en juego la salud de 50 millones de colombianos”.
Además de De la Calle, al interior de la Casa de Nariño ya se conoce oposición a la iniciativa. El propio ministro de Educación, Alejandro Gaviria, ya le dejó saber a la administración que no está de acuerdo con la iniciativa, al menos como está redactada hasta el momento. Mucho menos con acabar las EPS. Lo hizo en un consejo de ministros el 11 de enero pasado y recibió el respaldo de la ministra de Agricultura, Cecilia López, entre otros.
Gaviria está inconforme porque conoce como pocos el tema en Colombia. Durante el gobierno del presidente Juan Manuel Santos se convirtió en su ministro de Salud y fue uno de los funcionarios más sobresalientes de esa administración.
Además de Gaviria, hay otras voces en el Pacto Histórico que tampoco están de acuerdo en hacer una reforma drástica al sistema de salud, entre ellos el presidente del Senado, Roy Barreras.
En diálogo con SEMANA, Barreras aseguró que la Ocde, la Organización Mundial de la Salud y las calificadoras internacionales “catalogan el sistema de salud de Colombia como uno de los modelos de aseguramiento más exitosos de América Latina. Invito a la ministra de Salud a un debate amplio, abierto y tranquilo en los próximos 90 días para que la reforma a la salud que se presente sea una reforma que construya sobre lo construido, que corrija los errores, termine los abusos de algunos sectores del capital privado, pero que no destruya el modelo de aseguramiento”.
La advertencia que hace Barreras es muy profunda. “Empezar de cero le generaría un traumatismo enorme a la sociedad colombiana. Y advierto un riesgo: así como se empieza a aliviar la incertidumbre económica y petrolera, aún crece la incertidumbre entre los actores del sector de salud. Si se asfixian las EPS más grandes, las que mejor funcionan, se van del país, y habría unos 14 millones de colombianos desamparados. ¿Quién los va a atender? Los hospitales públicos o la Nueva EPS colapsarían en 15 días porque no pueden asumir toda la red de prestación”, concluyó.