Desde el 18 de febrero pasado, las autoridades y la ciudadanía empezaron a buscar a Daisy Marileidy Naucil, una mujer oriunda de Putumayo. El representante a la Cámara por el Pacto Histórico, Andrés Cancimance, reportó desde sus redes sociales que la mujer había desaparecido desde el 16 de febrero. “Fue vista por última vez en la vereda La Y, en San Francisco, Putumayo. Deisy había denunciado ante la Policía que se encontraba en riesgo. Su familia alerta del riesgo de feminicidio”, informó en su momento el dirigente.
Aunque la publicación fue ampliamente compartida, no se tuvo rastro de la mujer hasta este fin de semana, cuando las autoridades confirmaron que estaba muerta. Y que pese a las advertencias, no se encontró eco.
El representante Cancimance, visiblemente molesto, confirmó la muerte de la mujer, que fue vista por última vez de jean, tenis blancos y chaqueta rosada, e hizo sus propias denuncias.
“Dolor e impotencia es lo que sentimos hoy en Putumayo, Deisy fue asesinada. Mi solidaridad con su familia, que había denunciado su desaparición desde el jueves 16 de febrero alertando a la Policía sobre el riesgo de feminicidio”, dijo.
“Pese a que existían denuncias previas de violencia intrafamiliar y a que se reportó de inmediato, los protocolos oficiales de búsqueda tardaron en activarse. La historia de Deisy es la de cientos de mujeres que se enfrentan a sus agresores y no reciben la protección necesaria”, dijo el congresista.
Ahora- según él- “inicia la investigación para judicializar al agresor. ¿Pero qué está pasando? Sabemos que la mayoría de las veces el desenlace de casos como el de Deisy es el feminicidio. Sin embargo, no se previene”.
Y se preguntó: “¿cuántas mujeres que vencen el miedo a las agresiones verbales, psicológicas y físicas se atreven a denunciar para encontrarse con un sistema ineficiente y revictimizante?
De acuerdo con el reporte de Cancimance, el presunto homicida se entregó ante las autoridades indígenas, mientras que familiares y miembros de la comunidad exigen que este caso pase a la justicia ordinaria, para garantizar que se aplique el rigor de la ley y se brinden medidas de protección a los menores que luego de vivir la violencia de su padre, se enfrentan a la dolorosa perdida de su mamá.
“También esperan que la historia de Deisy no se invisibilice por tratarse de una mujer indígena del sur del país y que este caso se quede en medio del silencio y la impunidad como tantos otros que suceden a diario, sumando estadísticas sin que nada cambie”, manifestó.
En 2022 se registraron 614 feminicidios en el país, según cifras del Observatorio Colombiano de Feminicidios de la Red Feminista Antimilitarista y de acuerdo a informes de Fiscalía General de la Nación, se interpusieron 565 denuncias por este delito, de las que se calcula solo el 9 % llegaron a una condena. “La pregunta hoy es ¿Cuántas mujeres más tienen que morir?”, preguntó el representante del Pacto Histórico.
La Organización Nacional Indígena de Colombia se pronunció al respecto: “Al mediodía de hoy 19 de febrero fue encontrado el cuerpo sin vida de nuestra compañera del pueblo indígena Inga, Deisy Mileidy Naucil, quien se encontraba desaparecida desde el pasado 16 de febrero en el municipio de Santiago, Putumayo”.
Magnolia Naucil, tía de la víctima, habló sobre la última vez que la vio con vida y contó que quien fue la pareja sentimental de su sobrina sería el primer sospechoso del crimen.
“Pase por su casa, ella estaba ahí con sus hijitos normal, al otro día mi hija en la mañana bajé y Deisy no estaba, estaban los niños solos y la casa estaba destrozada (...) Deisy había demandado a su expareja por maltrato intrafamiliar y lo había demandado en Bogotá, lo había demandado en Nariño”, dijo a Blu Radio.