El presidente Gustavo Petro tiene claro que la única forma de darle el último empujón a la reforma pensional en el Senado y de revivir, eventualmente, su reforma a la salud, cuyo archivo será apelado en la Comisión Séptima, es tratar de recomponer la unidad nacional que él voló en mil pedazos a finales de 2023.
Mientras habla de una constituyente que no es clara sobre el terreno y, que según dijo en RCN, saltaría la Constitución, el jefe de Estado está tratando de recoger las cenizas que quedaron de su unidad para intentar salvar algunas de sus reformas.
Este lunes 15 de diciembre, Petro recibirá en su despacho privado en la Casa de Nariño a algunos senadores del Partido Liberal.
SEMANA conoció que asistirá el grueso de la bancada menos los senadores Miguel Ángel Pinto, Juan Pablo Gallo y Mauricio Gómez Amín. Por su parte, el senador Lidio García no asistirá porque tiene un compromiso personal. El ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, llamó directamente a los congresistas a hacerles la invitación.
Pinto –por ejemplo– no fue invitado al almuerzo porque él fue uno de los cerebros detrás del archivo de la controvertida reforma a la salud en la Comisión Séptima del Senado y aún hay molestia desde el palacio presidencial.
Por su parte, Gallo ha manifestado abiertamente sus diferencias con el Gobierno Petro.
De hecho, en más de una oportunidad no ha ahorrado argumentos para pedirle al expresidente César Gaviria, jefe del Partido Liberal, que la casa política deje de ser de gobierno y se convierta en independiente a la Casa de Nariño. Por su parte, Mauricio Gómez Amín ha sido crítico con las reformas y ha agudizado sus discursos por las alzas en las tarifas de energía eléctrica en la Costa.
Gustavo Petro quiere coger el toro por los cachos y hablarles directamente a los senadores liberales.
En más de una oportunidad ha reconocido en voz baja que su principal error fue que su gobierno adelantó conversaciones durante el primer año legislativo con los directores de los partidos políticos y no recogió mayores réditos políticos. Por eso, después de intentar llegar a acuerdos y el hundimiento de su reforma laboral, voló la coalición en mil pedazos.
En el almuerzo de este 15 de abril, Gustavo Petro quiere pedirles directamente a los liberales que le respalden su reforma pensional que amaga con hundirse por falta de tiempo. Es más, el presidente está dispuesto a ceder terreno y hacerle modificaciones al proyecto de ley para que se salve. Una nueva derrota legislativa, después del archivo de la reforma a la salud, supondría una grave crisis en la Casa de Nariño.
Del almuerzo está enterado el expresidente César Gaviria, quien ha reiterado que está de acuerdo en la reforma pensional, pero con ajustes, un tema que quedará planteado sobre la mesa este lunes.
Petro también se encontró el miércoles 10 de abril con el partido de La U.
Ocurrió alrededor de una cena organizada por el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, donde asistieron los senadores Julio Elías, Antonio Correa, José Name, Juan Garcés, John Besaile, Julio Chagüi, Alfredo Gnneco y Antonio Correa. En el encuentro también estuvo la directora del Dapre, Laura Sarabia; el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, y la ministra de Medio Ambiente, Susana Mohammad.
SEMANA conoció que no hicieron presencia Alfredo Deluque y la senadora Norma Hurtado, quien empujó el archivo de la reforma a la salud en la Comisión Séptima del Senado.
Petro –quien desconoció a los codirectores de La U, Alexander Vega y Clara Luz Roldán–, escuchó las quejas de los senadores contra el ministro de las TIC, Mauricio Lizcano. Todos coincidieron en que el alto funcionario no los representa. Una fuente que asistió a la reunión le contó a SEMANA que el presidente quedó sorprendido.
En ese encuentro, ese grupo le anunció al jefe de Estado que respaldará la reforma pensional.
Según fuentes de la Casa de Nariño, el presidente estaría contemplando una reunión privada con los sectores cristianos del Congreso en los próximos días.