En una nueva y extensa publicación realizada en su cuenta oficial de X, el presidente de la República, Gustavo Petro, reavivó el debate sobre los hechos ocurridos en la Comuna 13 de Medellín durante la denominada Operación Orión, liderada en octubre de 2002 bajo el primer gobierno de Álvaro Uribe Vélez, calificándola como “el peor crimen contra la humanidad”, tras las labores de búsqueda de cuerpos desaparecidos en La Escombrera que llevan a cabo antropólogos forenses, bajo la dirección de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
Según el mandatario, esta operación militar, que fue presentada oficialmente como un esfuerzo por desalojar a guerrilleros y restablecer el control estatal en la comuna, derivó en una masiva violación de derechos humanos, afirmando que el líder del Centro Democrático tomó “a sangre y fuego” la zona, en hechos en los que habrían muerto, según sus declaraciones, más de 500 personas.
“La primera acción del primer gobierno de Uribe fue tomar a sangre y fuego la Comuna 13, expulsando milicias guerrilleras para entregar el control de la zona a Don Berna y los grupos paramilitares”, anotó Petro en su publicación.
Posteriormente, señaló que el Ejército y la Policía “solo transfirieron el mando de la zona de unos grupos ilegales, que la élite del Poblado consideraba enemigos, a otros grupos ilegales que esa misma élite consideraba amigos, e incluso, dirigía”.
Del mismo modo, precisó que “bajo el control paramilitar desaparecieron más de 500 jóvenes y líderes sociales”, hecho al que “el resto de la ciudad, no reaccionó, sino que vio la acción, llamada Operación Orión, como una acción liberadora y plausible”.
En el mismo post, Petro también denunció un incremento significativo del desplazamiento forzado en Medellín, señalando que “mientras se aplaudía a Uribe, los paramilitares sacaban todas las familias que consideraban enemigas de los barrios de la comuna. Creció el desplazamiento interno de Medellín en decenas de miles de personas. Se ‘blanqueo’ la comuna”.
El testimonio con el que Petro recordó la Operación Orión
Como parte de su extenso mensaje en esta red social, donde suele ser bastante activo, Petro recordó el testimonio de Juan Carlos Tanus, un taxista que, según relató, fue secuestrado junto con otros jóvenes durante la operación militar y llevado a La Escombrera: ubicada en la zona rural de la comuna.
Una vez allí, de acuerdo con las palabras del jefe de Estado, Tanus fue testigo de ejecuciones extrajudiciales llevadas a cabo por hombres que portaban brazaletes del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía: “Ejecutaban jóvenes y los arrojaban a las fosas donde depositaban escombros”, agregó.
Debido a esto, denunció que dicha institución, que en ese momento era dirigida por Luis Camilo Osorio, colaboraba con los paramilitares entregándoles listas de sospechosos a través del extinto Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), bajo la dirección de Jorge Noguera: condenado en septiembre de 2011 a 25 años de prisión, e insistió que “por decisión de Uribe”.
Enseguida, detalló que pese a que Tanus resultó herido, logró escapar y llegar a Bogotá, donde lo contactó cuando era congresista. “Lo cuidamos y cité el debate sobre la Operación Orión donde me gané el odio de muchos habitantes de Medellín. Pensé que Juan Carlos me dejaría plantado el día del debate y que preferiría no ir y no hablar en público con una información tan peligrosa”.
“Le prometí sacarlo del país si lo hacía. Juan Carlos cumplió con su palabra y con su pueblo, habló ante la Cámara de Representantes, sin saber yo mismo que muchos de sus oyentes en ese recinto, eran colaboradores del narcoparamilitarismo”, añadió el mandatario.
Por lo anterior, Petro apuntó que “el voto popular de Medellín nunca fue para mí”, señalando la división política y social que generaron estas denuncias.
En su publicación, también vinculó la Operación Orión con el fenómeno de los mal llamados falsos positivos, ejecuciones extrajudiciales de jóvenes presentados como guerrilleros abatidos en combate, una práctica que, según Petro, se originó en la directriz del gobierno de Álvaro Uribe de priorizar las bajas como criterio para medir el desempeño militar.