El presidente de la República Gustavo Petro volvió a agitar su discurso este miércoles 20 de marzo, en medio de una agenda regional que adelantó en Tierralta, en el departamento de Córdoba.
Desde allí, el jefe de Estado denunció que empresarios se estarían reuniendo en Barranquilla, en una especie de recolecta para reunir 100.000 millones de pesos y comprar los votos de su polémica constituyente con el objetivo de sacarlo de la Presidencia de la República.
“Allá hacen reuniones con algunos empresarios en Barranquilla para ver si se reúnen 100.000 millones de pesos para comprar votos para tumbar a Petro, si es que hay constituyente ya”, sostuvo Petro.
Y agregó: “Los berracos ya están pensando en comprar los votos para ver cómo se saca a Petro, no en ver cómo se hace aquí un acuerdo para salir. Yo lo que propongo en Córdoba es que lo hagamos en Córdoba. Lo hagamos, la verdad sí, pero la verdad para reconciliarnos”.
Más temprano, el mandatario colombiano hizo referencia a su polémica propuesta de una asamblea nacional constituyente, que ha desatado revuelo en varios sectores políticos del país.
En su cuenta personal de X, el jefe de Estado indicó: “Un gigante dormido está despertando”. Según él, “la gente grita que no eche atrás el proceso constituyente”.
“La llamaban la capital paramilitar de Córdoba. Nunca pude estar en Tierralta. Hoy, el pueblo de Tierralta y el presidente de la República están juntos”, sostuvo Gustavo Petro.
Le dijeron al presidente Gustavo Petro “dictador” y se armó ‘la de Troya’: “Le quedó grande concertar y ahora amenaza”
El debate alrededor de la propuesta de asamblea nacional constituyente subió de tono. Los congresistas Hernán Cadavid, representante a la Cámara por el Centro Democrático; Christian Garcés, también representante a la Cámara por el Centro Democrático; Carolina Arbeláez, representante a la Cámara por Cambio Radical, y Heráclito Landínez, representante a la Cámara por el Pacto Histórico, terminaron en un fuerte debate cuando Arbeláez decidió calificar de “dictador” al presidente Gustavo Petro.
“El presidente Gustavo Petro, siendo candidato, prometió no convocar a una asamblea nacional constituyente. Lo que vemos es que Gustavo Petro es un populista, es un misógino, es un dictador”, declaración que le valió el reclamo de Landínez. “Así es, Heráclito, y esa es mi percepción”, insistió ella.
“Gracias a él hay más mujeres en el Congreso”, insistió Heráclito Landínez.
“Si no fuera un dictador, no estaría amenazando con una asamblea nacional constituyente”, replicó Arbeláez al recordar que desde el Legislativo se intentó concertar con el presidente Gustavo Petro asuntos como la reforma a la salud y el mandatario no quiso. “Él quiere imponer las reformas, es un dictador que ahora nos amenaza con una asamblea nacional constituyente porque ahora le quedó grande concertar”, señaló la congresista.
“Sí actúa como dictador, con tiranía, el país no puede creerle a Gustavo Petro”, apuntó Christian Garcés al entrar en el debate y recordar cómo, ante los escándalos del Gobierno, él hace unos anuncios de engaños. Por ejemplo, dijo, hoy tiene de embajador en la FAO, en Italia, a Armando Benedetti y al tiempo tiene en Presidencia de la República a Laura Sarabia con todo y que ya los había sacado por los diversos escándalos conocidos por la opinión pública. “¿Quién le va a creer?”, se preguntó.
Landínez señaló que el país de ahora es un país diferente al de hace una década y de ahí que la constituyente sea válida. Además, pidió que no le digan “ni dictador ni monarca”, al señalar que el debate debe ser con altura. En contraste, Arbeláez señaló que el “dictador” buscará agitar las masas para convocar la constituyente “activando sus fuerzas delincuenciales para incendiar al país. Yo sí creo que no podemos permitir chantajes por parte del señor presidente”.
“Quieren es destruir todo lo que funciona y venimos a imponer un modelo socialista”, agregó la congresista de Cambio Radical.
El presidente Petro negó el lunes anterior tener intenciones de ampliar su mandato ante los temores que generó en la oposición su propuesta de reformar la Constitución. En medio de un choque de poderes con el Congreso, el mandatario aseguró la semana pasada que Colombia “tiene que ir a una asamblea nacional constituyente” que, según sus adversarios, es una ventana para ampliar su mandato de cuatro años más allá de agosto de 2026.