El día llegó. Este martes 24 de septiembre, el presidente de la República Gustavo Petro, realizó su discurso ante el pleno de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en donde aprovechó ese escenario, para lanzar un sablazo en contra del libre mercado y el capitalismo.
En su intervención, el jefe de Estado, sin mencionar directamente al presidente de Argentina Javier Milei, criticó su slogan más popular, “viva la libertad carajo”, señalando que los que lo pronuncian a viva voz son desde una orilla de poder de prohibición y censura.
“Ellos pagan las campañas, ellos son los dueños de los medios de comunicación, ellos son los que ocultan la verdad de la ciencia, como en la película “No mires arriba”, ellos son los que dicen qué se piensa, qué se dice y qué debe ser prohibido y silenciado”, dijo Petro.
Y avanzó en su discurso desde Nueva York: “En su poder de prohibición y censura gritan “viva la libertad carajo”, pero es solo la libertad del 1% más rico de la población mundial que en su sentir mercantil y libre nos lleva a la destrucción de la atmósfera y de la vida. El libre mercado no era la libertad sino la maximización de la muerte”.
“Ese 1% más rico de la humanidad, la poderosa oligarquía global, es la que permite que se tiren bombas a las mujeres, ancianos y niños de Gaza, o de Sudán, o se bloqueen económicamente los países rebeldes que no encajan en su dominio, porque necesitan mostrar su poder de destrucción al 99% restante de la humanidad para que los dejen seguir dirigiendo el poder del mundo y apropiándose y acumulando cada vez más su riqueza”, anotó el mandatario colombiano.
También expresó en el atril de la ONU: “La oligarquía global lleva a la humanidad a su propia extinción. Y la política le rinde pleitesía abandonando por completo la idea de la libertad y del poder de los pueblos, la idea de la democracia”.
“La pregunta que hay que hacer desde esta tribuna es si los pueblos se dejarán. Ya no hay más tiempo, los gobiernos son incapaces de detener la extinción de la vida. Hoy hay que escoger si es la vida o es la codicia, si es la humanidad o es el capital”, detalló el presidente Petro.
Continúo en su tesis: “No puedo más que decirles a los pueblos del mundo desde la voz débil de un país sin armas de destrucción masiva, pero hermoso por su diversidad natural y cultural, el país de la belleza y las mariposas de todos los colores, que ya no es la hora de los gobiernos sino la hora de los pueblos. El tiempo ya se acabó, o levantamos la bandera de la vida o nuestros pueblos se llenarán de cementerios como nos lo mostró la epidemia”.
“Es la hora de los pueblos y hay que actuar localmente y concertar mundialmente. El capital fósil no puede seguir. Los pueblos deben detenerlo. El veneno arrojado en la atmósfera es fatal y las chimeneas que lo emiten deben detenerse. Cada rincón del mundo puede ser una batalla contra esas chimeneas”, dijo el mandatario colombiano.
Sumado a ello aseguró Petro: “Hace un siglo se levantaba una bandera roja en manos de las multitudes obreras hablando de una revolución contra el capital. Ese mundo se acabó. Perdido en el gigantismo de los estados y la ausencia de la libertad, la bandera roja no encontró su lugar en la historia de la humanidad”.
“Pero hoy con más razón, ya no para defender una clase, un sistema de ideas, sino para defender la vida colectiva, se necesita de nuevo la bandera levantada, quizás ya no roja sino de todos los colores, una bandera de toda la humanidad para defender su propia existencia en el planeta”, concluyó.