El ministro de Defensa, Iván Velásquez, confirmó este miércoles 21 de diciembre que el Gobierno nacional está inclinado por los aviones de combate franceses para la renovación de las aeronaves de la Fuerza Aérea.
En consecuencia, el Gobierno evalúa la adquisición de aeronaves de la empresa Dassault Aviation, que ofreció al Ejecutivo los aviones Rafale C/F3. Esto dejaría por fuera a compañías como Lockheed Martin, proveedora de F-16 (Viper block 70); Saab, que ofrecía Gripen E/F, y Eurofighter, que tiene Typhoon (C.16).
La renovación de la flota de aviones de guerra ya había sido anunciada el pasado fin de semana por el presidente Petro, quien durante la ceremonia de ascensos de oficiales generales y de insignia de las Fuerzas Militares y la Policía Nacional dijo: “Hemos tomado unas decisiones de tipo administrativo, definitivas, para que esos instrumentos de defensa de la soberanía nacional lleguen, estén presentes en los próximos años. La Fuerza Aérea contará con una fuerza de superioridad aérea que reemplazará nuestros viejos aparatos Kfir”.
“Creo que las esposas de los actuales pilotos me lo van a agradecer mucho, porque en realidad ya era un peligro subir sobre esos aparatos”, comentó el jefe de Estado.
Sin embargo, la decisión ha desatado una oleada de críticas. Por ejemplo, el exsenador Jorge Enrique Robledo arremetió contra el mandatario y publicó un duro mensaje en su perfil oficial de Twitter. Adicionalmente, citó un trino hecho por el mismo presidente Petro asegurando que la nueva flota no recibirá recursos provenientes de la reforma tributaria.
“Gustavo Petro engaña y ofende la inteligencia de los colombianos cuando dice que ‘no se gastará un solo peso de la reforma tributaria’ en aviones de guerra internacional que el país NO necesita”, aseveró Robledo.
Además, expresó que el mandatario “no debe tratar a los colombianos como si fuéramos imbéciles”, por lo que pidió respeto para los ciudadanos.
¿Por qué la compra de aviones?
El presidente Gustavo Petro argumentó la compra de esta nueva flota de aviones de combate para la Fuerza Aérea en la “soberanía nacional” y dijo que es uno de los “fines constitucionales”.
“Esos fines constitucionales implican unos instrumentos para que seamos capaces, en cualquier momento, de hacer respetar la soberanía nacional. Lo que consideramos es nuestra nación colombiana, nuestra sociedad, nuestra historia, nuestro territorio, nuestros valores, nuestras esperanzas, nuestros sueños, las ilusiones que hacen parte del cuerpo nacional”, afirmó el jefe de Estado al momento de informar sobre la compra.
Sin embargo, en los últimos días ha recibido una lluvia de críticas por el “reverzaso” que esta decisión significa. Los cuestionamientos han venido, incluso, de personas cercanas al mandatario como su hijo, el diputado de la Asamblea del Atlántico Nicolás Petro.
“No estoy de acuerdo con la compra de aviones de combate. Todo para la paz, nada para la guerra”, apuntó Nicolás Petro.
El presidente del Congreso, Roy Barreras, manifestó que le parecía que “hay otras prioridades” y que “se pueda aplazar esa urgencia. Los jóvenes no marcharon en las calles pidiendo aviones de guerra, sino educación y empleo, pidiendo oportunidades, justicia e inclusión social, ese es nuestro mandato popular”.
Las críticas también han venido desde la otra orilla. El exministro de Defensa, Diego Molano, se pronunció en sus canales digitales y dijo: “El tiempo nos dio la razón. Los aviones para la defensa del país eran necesarios, les dejamos el presupuesto listo y el proceso adelantado. #MintieronParaGanar y ahora los comprarán”.
Y es que durante el gobierno anterior, cuando se habló de la adquisición de nuevos aviones de combate, la oposición insistió en que no eran prioritarios. No obstante, el cambio de parecer fue radical y ahora que son gobierno se muestran a favor.