Revuelo generó en los magistrados de las altas cortes la no asistencia por parte del presidente Gustavo Petro a una crucial reunión de la justicia ordinaria en el departamento del Chocó.
Frente a esa situación, el mandatario colombiano reveló la razón del porqué no fue a ese evento, señalando que tenía “dolor en el corazón”, debido a que su hija Antonella Petro se va el país.
“Pues ahora me toca vivirlo en estos dos días que hemos pasado aquí yo en medio de mi luto, porque mi última hija se va. No me atreví a realizar actos públicos ayer, incumplí a un evento que era muy importante, pero no tenía mucho la fuerza para pararme delante de un auditorio y hablar cuando mi corazón estaba llorando”, dijo Petro.
Además, señaló el jefe de Estado en su intervención, en medio de la posesión de la nueva defensora del Pueblo, Iris Marín: “Mi hija ha sufrido persecución psicológica. No entiende a su corta edad cómo a través de las redes, en las esquinas de las calles, en algunos lugares, así como ya pasaba con el fascismo italiano en aquella película, que se iba apoderando de la violencia, la calle, la esquina, la taberna donde se tomaba vino y se hablaba de revoluciones, que se iban llenando las calles del miedo y del terror, que producía el silencio”.
“Que el pensar rebelde era perseguido por donde fuera para que al parecer no pudiera juntarse con la voz del oprimido y volverse fuerza y revolución. Como esa vez también Colombia lo ha vivido por mucho más tiempo, por generaciones enteras, 75 años que estamos en una guerra violenta y sin ser ella culpable”, anotó el mandatario colombiano.
También detalló sobre las agresiones que ha padecido su hija: “Antonella fue sufriendo más o menos las consecuencias de ese fascismo creciente en la sociedad colombiana, en sus clases pudientes, en sus clases medias altas, que no pueden entender por qué la prioridad de un Estado tiene que ser la de acercarse y abrazar al pobre, al humilde, al negro, a la indígena, al campesino, al joven del barrio popular, a la mujer en general, porque esa es su prioridad antes que nada en el país más desigual del planeta Tierra, en las regiones quizás de las más olvidadas en medio de esa desigualdad que al ser social es también territorial”.
“Mi hija Antonella aprendiendo de su padre y de su colegio las ideas sin que yo le indicara un camino preciso porque quería que ella lo escogiera, iba leyendo ahí entre las redes, oyendo en las esquinas, en su colegio de sus compañeros porque sus padres les desdañaban ese tipo de ideas, iba sintiendo la persecución permanente, diaria, teniendo apenas 11, 12, 13 años, apenas respirando los nuevos aires del vivir, apenas preparándose para volar del nido, el pensamiento oscuro, sin razón”, anotó Petro.
Por último, señaló en su relato: “La irracionalidad por encima de todo atacando hasta en sus hijos propios las personas que hemos decidido no callar, no arrodillarnos, ser libres y batallar una y otra vez hasta ganar a pesar de las derrotas y volver a pesar de la derrota a batallar para intentar ganar, ganar, ganar el poder del pueblo, la justicia. Mi hija decidió irse y es la última que tenía y realmente estoy triste, vacío, desolado. Sin embargo, quise venir por mi compromiso para posesionarla a usted, defensora del Pueblo Iris Marín, aquí en El Chocó, que significa mucho. Tenía ayer un discurso preparado ante la Corte Suprema de Justicia”.