Una de las banderas que ha tratado de consolidar el Gobierno nacional del llamado cambio, ha sido la reforma agraria, la cual consiste en la compra de tierras para entregárselas a los campesinos con el objetivo de volverlas productivas.
Esta semana, en un discurso que dio el mandatario colombiano en la Casa de Nariño, habló de frente sobre la necesidad de “cambiar normas” en su administración, haciendo referencia al Acuerdo de Paz que firmó el expresidente Juan Manuel Santos con la antigua guerrilla de las Farc.
El jefe de Estado, en esa intervención que realizó en el Palacio Presidencial, dijo que su intención es darle celeridad a su reforma agraria para a entrega de tierras fértiles al campesinado.
“¿Cómo no vamos a tener que cambiar la norma para hacer un Acuerdo de Paz? ¿Cómo se nos ocurre que el país que tenemos, con sus estructuras mentales, políticas, económicas, puede ser capaz de hacer la paz en Colombia? La paz y el cambio son sinónimos”, sostuvo Petro.
También mencionó: “No se puede, si se quiere resolver un problema, hacerlo con los mismos métodos que ha causado el problema”.
En ese escenario, indicó que en el primer punto del Acuerdo de Paz con las Farc, el Estado colombiano está obligado a entregar tres millones de hectáreas de tierras productivas para los campesinos en los territorios.
“Para que podamos hacer una Reforma Agraria, que yo adelanto solo van 200.000 hectáreas, porque estoy haciendo compras voluntarias de antiguos poseedores de tierra, hay que cambiar normas, y no son las de la expropiación, son las de la estimulación”, insistió el jefe de Estado.
Cabe reseñar, que en ese mismo evento en el que el presidente Petro le dio la bienvenida a los diplomáticos residentes en Colombia, abrió la posibilidad a una reelección de su Gobierno del llamado cambio. Allí el mandatario señaló que vía constituyente no “niega aún esa posibilidad a futuro”.
Sumado a ello, el jefe de Estado arremetió con dureza en contra de los expresidentes, acusándolos de sabotear sus polémicas reformas sociales.
“Esa realidad de lo que han llamado el sindicato del pasado, de los expresidentes tratando a como dé lugar de no permitir que haya una reforma a la salud, que no haya una reforma a las pensiones, que no haya una reforma agraria, que no haya una reforma a la educación, que no cambie el país bajo la legitimidad de los cambios que dice la Constitución Nacional, y oponiéndose de todas maneras, moviendo magistrados para que ilegitimen decretos, negando el papel del Congreso a hacer las leyes del cambio, diciendo ‘no’ a una constituyente, ‘no’ al poder constituyente, es en realidad que tenemos ante nosotros un poder que no quiere la paz”, expresó Gustavo Petro.
También afirmó el mandatario colombiano: “Y para hacer comprender ese mensaje a la gente y llevar a la gente a la imposibilidad del cambio, entonces dicen que es que yo quiero reelegirme”.
“Ellos sí se reeligieron, los que me critican se reeligieron, yo no quiero reelegirme, ni creo que una constituyente es el instrumento adecuado aún, pero no niego esa posibilidad en un futuro, porque el poder constituyente tiene que expresarse, tal cual como cuando los liberales y conservadores hicieron la paz, para poder hacer la paz hoy”, insistió.
Por último dijo en su tesis particular: “En esos intríngulis estados, el ELN ha vuelto en su primer documento, ellos balbuceantemente no saben si dar el paso o no a hablar de un acuerdo político nacional. Se repite permanentemente en los 30 últimos años, lo dijimos nosotros en 1984, cuando propusimos por primera vez la paz, el M-19″.