SEMANA: ¿Por qué incursionó en la política y siguió el legado de su familia?
MATÍAS TURBAY: Desde que tenía 5 años supe que quería dedicar mi vida al servicio público y me he preparado para eso. Tengo 26 años, soy abogado, y he tenido la oportunidad de trabajar en el Concejo, en la Procuraduría, en la Gobernación de Cundinamarca, estoy preparado para ser concejal de Bogotá.
SEMANA: En caso de llegar al Concejo, ¿a qué le apostaría?
M.T.: Tenemos que recuperar Bogotá, y en materia de seguridad se debe crear una comisión accidental. Todos los días hay que estar pensando cómo frenar a esos bandidos, pues ellos piensan cómo robar a diario. Hoy no vemos soluciones. Proponemos que, desde la Secretaría de Seguridad, se destine un presupuesto para que las juntas de acción comunal, por ejemplo, puedan acceder a cámaras y alarmas. Hoy, si en un barrio quieren un dispositivo, a los ciudadanos les toca hacer una vaca. Otro tema fundamental es que Bogotá vuelva a tener luz de noche. Esta administración no le apostó al alumbrado ni a la iluminación de parques y avenidas. Usted no se imagina el terror que siente una mujer cuando debe caminar al paradero de bus, bien sea en la madrugada o en la noche. Y, finalmente, les debemos apostar a planes de seguridad barrial con el fin de que podamos articular esfuerzos colectivos. Con eso logramos que nosotros, quienes mejor conocemos los barrios, brindemos información de primera mano a la Policía. Hoy tenemos a una Policía reactiva, que reacciona al delito y no está siendo capaz de prevenirlo, entre otras, porque no hay suficiente pie de fuerza.
SEMANA: Otra gran preocupación es el desempleo. ¿Qué se puede hacer desde el Concejo?
M.T.: Bogotá decidió no darles incentivos de reducción de impuestos a las empresas y algunas se fueron a Sopó, Cota, Tocancipá, Chía, Funza, Mosquera y Madrid. Por eso, debemos buscar a esas compañías, pero también a las pequeñas y medianas empresas, y generar un fondo de respaldo. Eso ayuda a que se reactive la economía y se genere empleo. Hoy vemos discursos del Distrito y de la nación que apuntan a apretar y a exprimir aún más las empresas. Creo, por el contrario, que lo que necesitamos es fortalecerlas para exigirles algo a cambio. Por ejemplo, que contraten a personas que nunca han tenido oportunidades o a mayores de 50 años.
SEMANA: El presidente Gustavo Petro busca modificar el contrato de la primera línea del metro de Bogotá para que un tramo sea subterráneo. Sin embargo, la alcaldesa Claudia López se opone y asegura que hay un contrato en ejecución que se debe respetar. ¿Usted de qué lado está?
M.T.: Estoy del lado de los ciudadanos. Esa primera línea se contrató, ya está en ejecución, y cambiar o modificarla es poner a esperar a la gente otros años más. Pensar en eso es una barbaridad. Creo que la segunda línea debe ser subterránea, por supuesto. Hoy no entiendo cuál es la discusión que tenemos frente a una línea elevada, teniendo en cuenta que en varias capitales del mundo, como Buenos Aires, París y Berlín, hay líneas de metro de ese estilo.
SEMANA: ¿Ve politiquería en esa discusión?
M.T.: Es una forma del presidente Gustavo Petro de introducir un tema muy álgido que nos pone a los colombianos a discutir y que le da a su candidato (Gustavo Bolívar) una posibilidad de entrar a segunda vuelta. Lo que digo es: dejémonos de peleas, la obra ya está contratada, en ejecución.
SEMANA: ¿El presidente Petro está participando en política?
M.T.: Yo diría que abierta y groseramente…
SEMANA: ¿Y el presidente le ha cumplido a Bogotá?
M.T.: Para nada. He sido muy crítico con la alcaldesa Claudia López, pero coincido con ella en que pareciera que Petro no quiere a Bogotá. Todas sus decisiones van en contra de la ciudad.
SEMANA: Usted ha dicho que la ciudad se podría ahorrar la segunda vuelta y elegir de una vez, el próximo 29 de octubre, a Carlos Fernando Galán...
M.T.: Tenemos una oportunidad de oro de contar con un alcalde que conoce la ciudad. Es la mejor opción en este momento para salir adelante y tenemos la oportunidad de escogerlo en primera vuelta. Sus propuestas son serias, no está dividiendo, es el único que ha hecho una campaña positiva, no ha atacado a nadie, se ha centrado en las soluciones. La segunda vuelta nos estaría costando 40.000 millones de pesos, plata que necesitamos para atender cientos de problemas.
SEMANA: ¿Ve posible que Galán gane en primera vuelta?
M.T.: Tenemos que apostarle a alguien que respete las instituciones, que quiera su ciudad y no que llegue a dividir. Por ejemplo, Gustavo Bolívar prefiere darles incentivos a los delincuentes que quieran dejar de delinquir en vez de apoyar al adulto mayor, como lo prometió el Pacto Histórico en la campaña.
SEMANA: ¿Claudia López ha sido una buena alcaldesa?
M.T.: Se raja.
SEMANA: De 1 a 5, ¿con cuánto la califica?
M.T.: Galán dice que 2,9. Yo me atrevo a calificarla con 2.
SEMANA: Es decir, ¿perdió los cuatro años?
M.T.: Pregúnteles a los ciudadanos para que vea lo que sienten. Hay una ciudad pésimamente planeada en materia de obras. Tenemos más de 1.240 frentes abiertos y uno pasa y no ve obreros. Ella sale a decir que es un tema de contratistas, ¿y quién los contrató? ¿Quién es el encargado de hacer esa vigilancia? También tenemos una ciudad totalmente inundada de basuras. Aquí hubo desgobierno, faltó autoridad.
SEMANA: Otro tema central en la discusión en Bogotá tiene que ver con el futuro de la carrera Séptima. Se declaró desierto el tramo de la 100 al sur. ¿Usted respalda TransMilenio por esa vía?
M.T.: Ese tramo generaba un cuello de botella absurdo en materia de movilidad. El tráfico se pretendía desviar por la Circunvalar y la 11 sin hacer las adecuaciones respectivas. Claro que necesitamos hacer algo en la Séptima. Lo que se planea de la 100 hacia el norte puede ser una buena solución.
SEMANA: ¿Está optimista frente a las elecciones del próximo 29 de octubre?
M.T.: Sí, pero no triunfalistas. Estamos haciendo un trabajo serio. Ha habido encuestas que nos ubican en la lista de fuertes competidores a una curul en el Concejo y seguimos trabajando. La gente quiere, además, una renovación del Partido Liberal. Queremos reivindicar el ejercicio de la política.