No fue una decisión fácil. Gustavo Petro tuvo que prescindir de los servicios de Carlos Ramón González, su amigo desde que ambos militaban en el M-19, tras el escándalo de corrupción de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo (UNGRD).
Su permanencia en la Casa de Nariño era insostenible porque la Fiscalía confirmó este jueves, 25 de julio, con pruebas en mano, cómo él se había convertido en el cerebro que ordenó a Olmedo López utilizar el dinero de la entidad para repartir coimas a cambio de empujar las reformas en el Congreso.
La salida de González no fue silenciosa. Este viernes el presidente, quien está en París, le anunció al país que había aceptado la renuncia de Carlos Ramón González y argumentó que sus labores en la Unidad Nacional de Inteligencia no eran compatibles con la investigación que se adelantaba en su contra.
El país político no se hizo esperar. Desde la izquierda, el activista Beto Coral fue uno de los primeros en reaccionar y cuestionar el paso de González por el Gobierno nacional.
“Se va del Gobierno Carlos Ramón González, el politiquero mayor del Partido Verde, socio político de Claudia López y Álvaro Uribe, el jefe político de Jota Pe Hernández. Y un error del gobierno de Gustavo Petro”, escribió en sus redes sociales. Él, desde la campaña presidencial, ha defendido a Gustavo Petro.
El senador del Centro Democrático, Miguel Uribe, también reaccionó: “Petro saca a Carlos Ramón González para proteger a Bonilla. Ahora, quien debe salir del Gobierno es el ministro de Hacienda. Es evidente que Petro sabía de esta operación. Quién podría creer que los ministros actuaron por cuenta propia. El gran beneficiario de esta corrupción es Petro”.
El representante a la Cámara por el Centro Democrático, Andrés Forero, dijo que las acusaciones son tan graves que a Gustavo Petro no le quedó, sino aceptar la renuncia de Carlos Ramón González. “Ahora solo falta que le acepte la renuncia a Bonilla”, consideró el parlamentario bogotano.
Por la misma línea opinó el congresista Hernán Cadavid: “No solamente él se tiene que ir. El ministro de Hacienda y otros más”, aseguró.
La exdirectora del ICBF, Cristina Plazas, también escribió en sus redes sociales: “Se va Carlos Ramón González, pero se quedan Petro y Laura, quienes siempre han sabido lo que se hace. El jefe nunca es tocado. Eso es lo que falta en este país: que la justicia llegue hasta el último eslabón. Por ahora faltan varios, Ricardo Bonilla, renuncie”.
Por su parte, el concejal de Bogotá, Daniel Briceño, consideró que la salida de González es una buena noticia. “El siguiente paso es que Ricardo Bonilla salga del Ministerio de Hacienda, pues está señalado al mismo nivel que Carlos Ramón”, afirmó.
El presidente Gustavo Petro argumentó al momento de anunciarle al país la salida de Carlos Ramón González que su cargo, como responsable de inteligencia civil, es incompatible con cualquier investigación judicial y con el mismo aparato de justicia del país: “Para tranquilidad de fiscales y jueces, para su independencia y buen juicio y para la misma labor de defensa de los abogados de Carlos Ramón, lo mejor es la separación de su cargo”, dijo.