Si bien el presidente Gustavo Petro había prometido priorizar a los funcionarios de carrera diplomática en los nombramientos en el exterior, el panorama durante esta administración (al menos en las estadísticas) sigue siendo casi el mismo que se registró cuando el Ejecutivo anterior llevaba dos años en la Casa de Nariño.
El Gobierno actual tiene prácticamente el mismo porcentaje de participación de embajadores de carrera diplomática designados para estos cargos y la administración anterior, la de Iván Duque, le gana en la cantidad de mujeres a las que les habían encomendado esas tareas.
A esa concusión llegó un estudio de Diplomacia Abierta, el centro de análisis de información sobre la diplomacia colombiana, después de estudiar el personal diplomático que tuvo el Gobierno Duque cuando el exmandatario llevaba dos años en la Casa de Nariño y los datos correspondientes a ese mismo asunto en estos casi dos años del Ejecutivo de Petro.
La conclusión es clara: “Hace cuatro años, de 65 embajadores sirviendo, 19 eran de carrera, el 29,23 %. En 2024, de 60 embajadores, 18 son de carrera, el 30,00 %”. La cantidad de personas pertenecientes a la carrera diplomática está casi igual que hace cuatro años, a pesar de que el presidente Petro, el excanciller Álvaro Leyva y el actual ministro Luis Gilberto Murillo han prometido priorizar a quienes hacen parte de esa formación.
La “carrera diplomática” se refiere a la formación que reciben determinados profesionales que se preparan para entrar al servicio exterior del Estado colombiano ante el mundo, una tarea que requiere pasar exámenes de ingreso y ocupar cargos de distintos escalafones antes de poder conseguir un rol de cónsul o embajador(a).
No obstante, ante el vacío de la ley que permite darle esos puestos a personas que no hacen parte de la carrera, los gobiernos han acostumbrado a utilizar esos cargos para nombrar a cuotas políticas, empresarios, amigos del presidente de turno y académicos, entre otros perfiles que nada tienen que ver con la formación de base de la Cancillería.
“A mediados del Gobierno Duque, 22 mujeres servían como embajadoras, el 33,85 % del total. Por su parte, a medio camino del gobierno Petro, 16 mujeres están en ese cargo, el 26,67 %, más de siete puntos porcentuales menos que hace unos años. Lo cierto es que en ningún gobierno se ha logrado una paridad”, detalló Diplomacia Abierta en el informe.
La cuestión de los nombramientos siempre ha estado en el debate público. De hecho, durante este Gobierno se han presentado al menos 70 demandas contra las designaciones que ha hecho la Cancillería para altos cargos que se destinaron a cuotas políticas y no para los funcionarios de carrera.
Dentro de ese catálogo hay varias que han prosperado en los tribunales ordenaron sacara de los cargos de embajador, cónsul o ministro consejero a funcionarios como la abogada Aixa Carolina Kronfly, Ricardo Alfredo Montenegro Coral, Marisol Rojas Izquierdo o Germán Gómez. De ese listado de cuatro nombres, hubo tres que el Gobierno volvió a designar para exactamente los mismos puestos que ocupaban antes.
La investigación de Diplomacia Abierta advierte que de las “70 misiones que Colombia hoy tiene, 10 están a la deriva, casi el 15 %. Y no son misiones cualesquiera. Colombia lleva dos años sin embajador en Perú. Dos años sin embajador en Japón. Dos años sin embajador en Indonesia. Dos años sin embajador en Australia. Por distintas razones (alternancias, etc.), también hay vacíos en Honduras, Bélgica, Dinamarca, Singapur, Tailandia y Vietnam”.
Empero, hay un asunto que sí ha tenido ajustes. Si bien el Gobierno Petro sigue nombrando a cuotas políticas en las embajadas (los casos de Roy Barreras, Armando Benedetti, Sebastián Guanumen o Guillermo Reyes son prueba de esas decisiones), el Palacio de San Carlos la ha dado más cargos de ese tipo a activistas.
“En la medida que ha disminuido la participación de figuras políticas, ha aumentado la de académicos y líderes de la sociedad civil. Al menos 15 de los embajadores actuales tienen fuertes vínculos con estos sectores. Y un buen número de ellos también son integrantes de comunidades indígenas, se identifican como afro y/o son mujeres”, detalló el informe.
El jefe de Estado es quien termina eligiendo quiénes son los embajadores del Estado colombiano ante el resto del mundo.