El Gobierno del presidente Gustavo Petro está envuelto en polémica por la cantidad de contratos otorgados a allegados y familiares de altos funcionarios. Entre ellos está Sjoerd van Grootheest, esposo de Irene Vélez, ministra de Minas y Energía, quien fue contratado por 128 millones de pesos por el Fondo Colombia en Paz.
En casos similares, los hijos de Gloria Inés Ramírez, ministra de Trabajo; y las esposas de los ministros de Salud y Hacienda, Guillermo Alfonso Jaramillo y Ricardo Bonilla, también se han visto beneficiados.
Miguel Uribe, senador del Centro Democrático, reaccionó fuertemente a las últimas revelaciones y aseguró que tanto el presidente como sus ministros “promueven la cultura del atajo y del dinero fácil”.
“Petro y sus ministros promueven la cultura del atajo y del dinero fácil. El nepotismo que desató el Gobierno Petro es la contracara de la meritocracia, una de las herramientas más poderosas para impulsar la igualdad de oportunidades”, dijo el senador de la República en su cuenta de Twitter.
Además, aseguró que quienes hoy gobiernan “nunca aprendieron que la recompensa es el resultado del esfuerzo”.
Ministra de Minas llamó a funcionario de Migración para que dejaran salir a su hijo del país
La ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, suma una nueva polémica. En las últimas horas, se conoció que en el mes de enero, cuando acompañó al presidente Gustavo Petro a Davos, Suiza, se generó otro hecho que despierta cuestionamientos sobre la funcionaria.
Según le contó a SEMANA Juan Felipe García, presidente del sindicato de Migración Colombia (Osemco), en ese entonces se le iba a negar la salida del país al hijo menor de la ministra porque faltaba el permiso de la madre, requisito indispensable para todo ciudadano colombiano que desea hacer ese trámite.
“En el mes de enero, el hijo de la ministra iba a salir del país, pero le faltaba un documento. Ella estaba en ese momento en Suiza con el señor presidente, iba a salir el hijo, pero faltaba la autorización por parte de ella. En ese momento, el funcionario hace su trámite pertinente, iba a negar la salida, se lleva a la supervisión de la persona encargada y en ese momento la persona queda con el menor”, contó García a esta revista.
Según su versión, entregada por el funcionario que hoy teme que sea sacado de su cargo, la ministra tuvo que interceder directamente y comprometerse a entregar el soporte de su permiso. Además, hubo llamadas desde la Cancillería que le solicitaron al funcionario hacer la excepción.
“Llama directamente la ministra al funcionario, donde se llega a un acuerdo, se tiene plenamente identificado que era la madre, por conocimiento público, entonces se llega a un compromiso. Se hace un correo que se redacta y se deja la evidencia y demás, y se queda a la espera de que ella en Suiza se iba a acercar para cargar en la plataforma del respectivo proceso y del soporte”, afirmó el presidente del sindicato de Migración. “Las llamadas las hizo directamente la ministra”, confirmó García.
El problema más grande hoy es para el funcionario de Migración Colombia, que permitió la salida irregular del menor, a pesar de que aclaró a través de correo electrónico y a sus superiores el evento que estaba ocurriendo y las llamadas que recibió.
“Van a perjudicar al compañero, aunque él solamente sigue las instrucciones. Sobre todo de una ministra del país. Está a la espera de que, efectivamente, si la ministra envió o no el documento, eso es lo que está en validación del permiso”, señaló el presidente del sindicato.
SEMANA conoció de fuentes cercanas al funcionario que teme que sea sacado del cargo, pues es de origen humilde y no llevaba tanto tiempo en sus funciones.
En estos momentos, lo que piden desde el sindicato de Migración Colombia es que la propia ministra de Minas, Irene Vélez, pueda salir a aclarar el tema, ya que ellos no tienen relación directa con la alta funcionaria. Una de las grandes preguntas es si se habría podido tratar de un caso de tráfico de influencias por parte de la ministra. Sin embargo, por ahora, la alta funcionaria no se ha pronunciado al respecto.
“El compañero, los de base, son los que terminan siendo perjudicados con esta situación, que son adversas a sus funciones”, afirmó García.