Este viernes, 6 de octubre, se marcará un hito en la historia reciente del país, ya que el expresidente Álvaro Uribe Vélez deberá enfrentar un juicio en el marco de un proceso judicial que lo involucra en presunta manipulación de testigos y fraude procesal. La decisión de los magistrados del Tribunal Superior de Bogotá.
Este es el primer caso en Colombia en el que un expresidente llega a estas instancias judiciales, y la decisión llega a 24 días de las elecciones regionales, lo que podría tener un impacto significativo en la arena política del país.
La determinación del tribunal se dará a conocer en una audiencia pública a la que Uribe está citado a las 2:00 p. m., y en la cual se ratificará la decisión del Juzgado 41 Penal de Conocimiento, de no precluir el proceso.
Aunque la Fiscalía aún tiene tiempo para presentar el escrito de acusación contra el expresidente Uribe, una vez se conozca el fallo, se espera que se radique este documento para llevarlo a juicio. La decisión del tribunal llega después de cinco meses de estudio y lleva la ponencia del magistrado Carlos Andrés Guzmán Díaz.
La audiencia judicial contará con la presencia del expresidente Uribe y sus abogados, Jaime Granados y Jaime Lombana, así como de otras partes involucradas en el caso, como el senador Iván Cepeda Castro, el exfiscal general Eduardo Montealegre, el exvicefiscal general Jorge Fernando Perdomo Torres y Deyanira Gómez, exesposa de Juan Guillermo Monsalve, quienes fueron reconocidos como víctimas en el proceso.
¿De qué se trata el caso?
Este caso es singular, ya que el expresidente Álvaro Uribe pasó de ser denunciante a acusado en circunstancias excepcionales. Uribe había señalado previamente a los congresistas Iván Cepeda y Piedad Córdoba de buscar testimonios en su contra en prisiones, supuestamente a cambio de beneficios.
Sin embargo, el proceso dio un giro inesperado cuando Uribe fue acusado de ser él quien habría sobornado testigos para que declararan a su favor mediante su abogado Diego Cadena, quien al parecer actuó sin el visto bueno del expresidente.
Además, se han producido situaciones inusuales a lo largo del proceso, como la interceptación de su teléfono por parte de la Corte Suprema de Justicia, aparentemente debido a una confusión con el número del congresista Nilton Córdoba.
En agosto de 2020, el magistrado César Reyes ordenó que Uribe cumpliera arresto domiciliario, tras renunciar a su escaño en el Congreso. Con el levantamiento de su fuero parlamentario, el caso pasó a manos de la Fiscalía, que inicialmente no encontró mérito para acusarlo y presentó una solicitud de preclusión del proceso.
En octubre de 2022, el fiscal tercero delegado ante la Corte Suprema, Javier Fernando Cárdenas, presentó una segunda solicitud de preclusión, argumentando que no existían pruebas de que Uribe hubiera autorizado el soborno a testigos por parte del abogado Diego Cadena.
Sin embargo, la jueza encargada no aceptó estos argumentos y señaló que había elementos para suponer que Uribe tenía conocimiento de los ofrecimientos hechos por Cadena en cárceles del país.
La respuesta de Uribe
Álvaro Uribe respondió a esta decisión y convocó a una rueda de prensa en Cartagena para ofrecer más detalles sobre el proceso judicial. El expresidente expresó su preocupación por la decisión y señaló que ha mantenido un diálogo sincero con las comunidades del país sobre los asuntos nacionales.
“Ninguno de los testigos ha podido desvirtuar mi afirmación de que nunca tomé la decisión de ir a buscar presos, solo pedí que se verificaba la información que me llegó. A pesar de que todos los testigos lo han dicho, se me lleva a juicio”, sostuvo el expresidente.
Uribe también se refirió a las irregularidades que a su juicio se han cometido durante todo el proceso judicial.
“El proceso empezó con vicios, tuve algunas diferencias con las Cortes en el pasado, pregunté si existía el proceso y me dijeron que no. Parecían magistrados en discursos políticos en mi contra. Uno de ellos, exmagistrado, representa políticos que él mismo ayudó a elegir y el magistrado que ordenó mi detención fue contratista en temas relacionados con el proceso de paz de la Habana, eso lo deben saber”, aseguró el también excongresista.
El exmandatario indicó que sus adversarios políticos se han agrupado para buscar esta situación y que, durante muchos años, los ha confrontado porque, con la excusa de defender a las víctimas, ellos han llevado un proceso en su contra.
“Las diligencias en mí contra las transmiten como las Vueltas a Colombia de ciclismo. Tendré que enfrentar esto, pero me preocupa mucho porque mantengo un diálogo sincero sobre lo que pasa en el país”, aseguró Uribe.
¿Quién es Juan Guillermo Monsalve?
Juan Guillermo Monsalve es una figura central en el caso que involucra al expresidente colombiano en presunta manipulación de testigos y fraude procesal. Monsalve, un exparamilitar condenado a 40 años de prisión por secuestro extorsivo, porte ilegal de armas y concierto para delinquir, ha sido un testigo clave en el proceso judicial que llevó a la imputación de cargos al exmandatario.
Su testimonio, inicialmente, puso a Uribe en el banquillo de los acusados durante dos meses y seis días por orden de la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia.
Monsalve ha sido objeto de atención mediática debido a la controversia que rodea su figura, incluyendo el hecho de que disfrutaba de ciertos privilegios en prisión y la revelación de su estilo de vida lujoso mientras cumplía su condena.
SEMANA reveló detalles sobre las investigaciones judiciales, revelaron que Monsalve, mientras estaba recluido en la cárcel La Picota, llevaba una vida de excesos y se le atribuían la propiedad de propiedades y vehículos a través de testaferros. Se destacó especialmente la mencionada finca “La Veranera” en Apía, Risaralda, avaluada en 560 millones de pesos, que supuestamente estaba involucrada en transacciones desde la cárcel bajo el alias de “Tavo Molina”.
Las autoridades también descubrieron evidencia de su estilo de vida lujoso en prisión, con imágenes que lo mostraban disfrutando de la compañía de mujeres y bebidas alcohólicas. Monsalve, obsesionado por grabarse a sí mismo, registró numerosos videos y audios en los que se le escuchaba contactando servicios sexuales e incluso planeando la entrada de una abogada venezolana a su celda.