El Gobierno nacional cerró las sesiones ordinarias del Congreso con el hundimiento de tres de sus principales proyectos: la Ley de humanización, la Ley de sometimiento a la justicia y la reforma laboral.
Estos tres duros golpes para la administración de Gustavo Petro dejaron claro que el ambiente entre el Legislativo y la Casa de Nariño es incierto. Desde que rompió su coalición, el jefe de Estado ha pasado serios apuros en el Congreso.
Una de las inquietudes que se ha generado en medio de esta tensa situación es qué ocurrirá con los demás proyectos que se encuentran en trámite, como la reforma pensional y la reforma a de la salud, temas que inicialmente estaban planteados para ser discutidos en sesiones extra.
No obstante, por lo menos en lo que tiene que ver con la reforma a la salud, el Gobierno se echará para atrás con el fin de evitar que se llegue a hundir en medio de las tensiones con el Congreso.
Así lo dejó ver el presidente del Congreso, Alexander López, quien aseguró este miércoles que, tras una reunión con el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, el Gobierno decidió convocar a sesiones extra, pero solo para discutir dos proyectos: la adición presupuestal, que se viene tramitando desde abril de este año, y un proyecto que establece cuántos diputados se deberán elegir por cada departamento en los comicios de octubre.
En ese mismo sentido, señaló que dichas extras no aplican para la reforma a la salud. “No habría para reforma a la salud, está descartada”, dijo el senador.
“Con mucho esfuerzo, hemos sacado adelante proyectos fundamentales para el futuro de nuestro país, seguimos firmes en nuestro compromiso de llevar a cabo las reformas que Colombia requiere. Trabajaremos incansablemente en ellas, construyendo consensos y acuerdos. Nuestra nación requiere diálogo, concertación, requiere una gran unidad nacional, un gran acuerdo nacional, y vamos hacia allá”, apuntó López.
La idea del Gobierno es darle tiempo a la reforma a la salud para que tenga mayor concertación y no tenga mayores contratiempos para ser discutida después del 20 de julio, cuando arrancan nuevamente las sesiones ordinarias del Congreso.
No obstante, el escenario después del 20 de julio no parece ser el más favorable para el Gobierno, porque se acercan las elecciones de alcaldes y gobernadores y los representantes y senadores estarán ocupados en sus regiones, lo que podría dificultar la conformación del quórum.
Adicionalmente, el 20 de julio se eligen las nuevas mesas directivas del Congreso y el Gobierno ya no tendrá al Pacto Histórico dirigiendo el Senado y la Cámara sino a la Alianza Verde y al Partido Liberal, fuerzas políticas con las que se han deteriorado las relaciones.
El hundimiento de la reforma laboral
El presidente Gustavo Petro lleva más de diez meses en la Casa de Nariño y su relación con el Congreso no pasa por un buen momento.
Este martes 20 de junio la reforma laboral, una de las iniciativas que prometió en su campaña presidencial, terminó hundida por falta de quórum en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes.
El grueso de congresistas no asistió y no se logró la votación. Aunque la representante del Pacto Histórico María Fernanda Carrascal dijo que las mayorías no llegaron a la Comisión por las recusaciones que surgieron en su contra a última hora, algunos no tenían intenciones de respaldar la iniciativa del Gobierno. Y mucho más cuando centenares de ciudadanos se tomaron las calles del país este martes en rechazo a las reformas de Petro.
La reforma laboral fue consensuada con todos los sectores, según la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, pero siempre generó revuelo entre la empresa privada, que, sin duda, hubiera sido la más sacrificada si se hubiera aprobado el controvertido proyecto.