Bogotá experimenta un drástico racionamiento de agua como consecuencia de la sequía en los embalses, panorama que aún tiene en alerta a las autoridades distritales y especialmente al alcalde Carlos Fernando Galán.
Sobre esa delicada situación por la que está atravesando la ciudadanía en la capital del país, el presidente de la República Gustavo Petro lanzó un preocupante mensaje.
En su cuenta personal de X, antes Twitter, el mandatario colombiano indicó de frente que la recuperación de los embalses no va a ser rápida y se lanzó a revelar su fórmula para mejorar sus niveles.
“Todos los datos muestran que los embalses de Chingaza se venían deteriorando hace años y que el impulso de su deterioro viene de la urbanización excesiva y del deterioro de la selva amazónica”, expresó Petro.
Y avanzó en el mensaje que publicó en las redes sociales: “La recuperación no va a ser rápida y dependerá de disminuir estructuralmente el consumo de agua en la Sabana y de revitalizar la articulación de la selva con la cordillera oriental”.
Sumado a ello, en estos días las precipitaciones han aumentado en Bogotá y los municipios aledaños, una situación que en parte tranquiliza a los bogotanos que viven jornadas diarias de racionamiento, debido al bajo nivel de los embalses que, aunque han registrado un leve aumento, todavía no están en su máxima capacidad. Se necesitan más lluvias para recuperar su estado normal y esto llevará tiempo.
De acuerdo con un informe técnico de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) las variaciones en los niveles de los embalses del departamento registran cambios ascendentes, pero los porcentajes de capacidad aún muestran cifras relativamente bajas.
Pese a las fuertes lluvias en las zonas cercanas a Chuza y Tominé, los niveles de almacenamiento siguen siendo inferiores a los que se requieren para superar la emergencia de agua en Bogotá.
Y es que para lograr que los embalses tengan un nivel óptimo, el director de la CAR, Alfred Ignacio Ballesteros, señaló que se deben lograr dos condiciones importantes: el ingreso diario de 30 m³/s y no extraerle ni una sola gota en cuatro meses.
Por esta razón, la situación sigue siendo crítica y Ballesteros explicó que “la curva descendente significa que es más el agua que les estamos extrayendo que la que les está ingresando a embalses”.
Un panorama que se está generando por el fenómeno de El Niño debido a que con los que está ocurriendo actualmente no hay una normalización del embalse de Chuza, en lo que resta para 2024, por lo que es necesario que se active el Fenómeno de La Niña.
“Claramente, no será posible cumplir la meta de 20 % de estabilización en el sistema Chingaza, pues allí persiste la situación de escasez por la ausencia de lluvias en el páramo y subpáramo que es donde deberían presentarse”, dijo a Noticias RCN.
Así están los niveles de los embalses:
Neusa: 81,38 %. Tendencia ascendente (0,178 %)
- Sisga: 45,37%. Tendencia ascendente (0,042 %)
- Tominé: 50,02 %. Tendencia descendente (-0,550 %)
Total agregado norte: 53,18 %. Tendencia descendente (-0,330 %)
- Chisacá: 56,60 %. Tendencia ascendente (0,213 %)
- Regadera: 36,98 %. Tendencia ascendente (0,115 %)
Total agregado sur: 49,70 %. Tendencia ascendente (0,328 %)
- Chuza: 14,06 %. Tendencia descendente (-0,160 %)
- San Rafael: 23,53 %. Tendencia ascendente (0,290 %)
Total Sistema Chingaza: 16,29 %. Tendencia ascendente (0,130 %)
El Hato: 81,67 %. Tendencia estable.