Ante la ola de rechazo nacional e internacional que se registró por el vil ataque del que fue víctima SEMANA por un grupo de indígenas de la minga, quienes irrumpieron en las instalaciones de este medio de comunicación, el presidente de la República, Gustavo Petro rompió su silencio sobre los hechos que se presentaron este viernes 29 de septiembre.
A través de su cuenta personal de X, antes Twitter, el mandatario colombiano, publicó un mensaje en el que rechazó el ataque a SEMANA, dejando claro que no se debe tolerar la violencia contra medios de comunicación.
“Rechazo que se ejerza violencia sobre cualquier medio de comunicación. Toda la sociedad, incluido el presidente, tiene derecho a expresarse sin violencia”, trinó Petro.
Y también aprovechó la publicación para lanzar un agudo dardo atacando el gobierno del expresidente Iván Duque: “Miren quién violó el derecho a la libre expresión cuando cortó las redes de Internet. Eso no debe volver a suceder en Colombia”.
Previamente al pronunciamiento de Petro, la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, realizó una polémica declaración tras el ataque del que fue víctima SEMANA, por parte de un grupo de violentos indígenas que irrumpieron en las instalaciones de este medio de comunicación.
La funcionaria del Gobierno nacional, al término del evento de ‘Gobierno del Pueblo’ que se adelantó en Engativá con la presencia del mandatario Gustavo Petro, le echó la culpa a los periodistas del ataque a SEMANA señalándolos de incendiarios.
“Yo pienso que es muy importante no solamente proteger a los medios y a los periodistas, pero también un gran llamado para que los periodistas no sean incendiarios, todo lo contrario, que aprendamos todos a convivir pacíficamente”, sostuvo Ramírez.
También indicó: “Podría pensar lo contrario, que son los comentarios que hacen los medios de comunicación, que también alientan a que la gente se exprese de esta manera”.
“Aquí lo claro es que pacíficamente tenemos que aprender a resolver nuestras diferencias y a expresar nuestras opiniones con tranquilidad y con serenidad. Ese es el llamado que hago tanto a los medios como lo hago también a las comunidades indígenas, a las mingas y a todos los que protestamos en este país”, anotó la ministra de Trabajo.
Minutos de caos
Este viernes, sobre el mediodía, integrantes de la minga indígena que viajó a participar de la marcha convocada por el presidente Gustavo Petro se tomó de forma violenta las instalaciones de SEMANA, en el norte de Bogotá.
Al irrumpir rompieron vidrios de la entrada y agredieron a uno de los vigilantes.
SEMANA rechaza enérgicamente este grave atentado contra la libertad de prensa.
La toma indígena duró casi una hora. Las personas presentes en el primer piso, algunas de ellas empleadas de SEMANA y de otras compañías que tienen sede en el edificio, se sintieron amedrentadas y atemorizadas por la violenta protesta.
Los trabajadores presentes vivieron momentos de pánico. La Policía se hizo presente en el lugar, y los indígenas evacuaron la sede de SEMANA. Una chiva se parqueó frente a la sede de la revista, sobre la carrera 11 a la altura de la calle 77, y de allí descendieron los violentos manifestantes.
A esta hora, la entrada del edificio es custodiada por integrantes de la Policía. Uno de los vigilantes fue agredido por los indígenas.
El exvicepresidente Francisco Santos cuestionó duramente la toma de la minga indígena al edificio de la revista SEMANA. Los indígenas del Cauca entraron por la fuerza a las instalaciones del medio de comunicación, rompieron vidrios y atacaron a un vigilante.
Ante el hecho, “Pacho” Santos aseguró que: “Una bomba a El Espectador o la toma de Revista SEMANA, el parecido de los narcos con la minga es evidente. Cierto ir al Cauca es ir al epicentro del narcotráfico. Entregar espacios como este es entregar la democracia. Hay que enfrentarlos igual a como ellos lo hacen. Sin miedo”.
La directora de SEMANA, Vicky Dávila, tuvo que pedir ayuda a la Policía para sacar a la minga de la propiedad, ante lo que el exvicepresidente comentó que: “Hay que sacarlos a las malas. Si no es el comienzo del fin de la democracia”.