Luego de que se conoció por parte del Dane el más reciente informe sobre los índices de crecimiento en el país, los cuales siguen débiles, el presidente de la República, Gustavo Petro, admitió una cruda realidad de su Gobierno.
El jefe de Estado afirmó que su estrategia de crecimiento industrial permanece estancada, situación que enciende las alarmas en varios sectores productivos del país.
Sumado a ello, por medio de su cuenta de X, el mandatario colombiano indicó que el sector agrícola y de pesca en Colombia ha presentado un incremento del 10%.
“Respecto al año pasado, la agricultura y pesca han crecido un 10%. Vamos bien, pero la estrategia del crecimiento industrial sigue estancada. Excelente el crecimiento del turismo”, posteó Petro.
Y avanzó en el mensaje que publicó en sus redes sociales: “Agricultura, industria y turismo son las locomotoras que propone el gobierno para el crecimiento económico”.
La economía colombiana no ha pasado por buenos ratos durante el último año. Colombia ha estado cerca de la recesión económica, pues varios datos han demostrado una fuerte desaceleración en sectores clave para el país y que significan una buena entrada de dinero, como lo son el comercio y las industrias de las manufacturas.
El comportamiento de la economía es medido en el país a través del ISE (Índice de Seguimiento a la Economía), en el que se evalúa el comportamiento a partir de un conjunto de indicadores representativos de cada actividad económica.
En diciembre, el Dane dio a conocer el dato con el que cerró la economía ese año, que demostró un crecimiento del 2,3 %, luego de reportar números negativos desde agosto, cuando cerró en -0,3.
Ahora, nuevamente, la entidad publicó la más reciente cifra del ISE, en la que se evidencia cómo arrancó en 2024 la economía nacional. El informe aseguró que la cifra creció para enero un 1,60 %. Sin embargo, la diferencia —si se compara con el mismo mes de 2023— salta a la vista, pues en esa época, la economía había crecido hasta un 4,35 %.
El crecimiento frente a la cifra del año pasado también se explica por el coletazo de la desaceleración económica que enfrentó el país, sumado a un escenario político complicado y también a indicadores elevados como las tasas de interés.
Entre los sectores que más aportaron a la cifra reportada se encuentran los considerados por el Dane como primarios, que aumentaron el ISE en 10,26 %. Entre estos figuran sectores como agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca, además de la extracción de minas y canteras.
Sin embargo, el informe también reportó un decrecimiento en las actividades secundarias del 4,99 %. En estos sectores se ubican las actividades de industrias manufactureras y de construcción, por lo que es preciso inferir que estas siguen siendo el talón de Aquiles de la economía nacional, sin evidenciar alguna recuperación.
En las actividades terciarias, aunque la tendencia es ascendente, también resulta bastante conservadora. Este tipo de actividades crecieron un 1,03 % en su serie original y allí se evidenciaron sectores encargados del suministro de electricidad, gas, vapor y aire acondicionado, la distribución de agua; evacuación y tratamiento de aguas residuales, gestión de desechos y actividades de saneamiento ambiental; comercio al por mayor y al por menor; reparación de vehículos automotores y motocicletas; transporte y almacenamiento; alojamiento y servicios de comida; información y comunicaciones; actividades financieras y de seguros, entre otras.
¿Qué dicen los analistas sobre el rumbo de la economía en Colombia?
La caída en la inversión ha sido uno de los grandes problemas que ha enfrentado la economía en el último año. El país pasó de crecer un 10,8 % en 2021, un 7,3 % en 2022, a un pobre desempeño de 0,6 % para 2023. Son varios los factores los que han motivado esa cifra, entre los que aparece un efecto rebote que trajo la pandemia en medio de la reactivación económica.
Luego de que se levantaran las medidas restrictivas por la pandemia, en el país se empezó a estimular el consumo privado, a través de una baja en las tasas de interés. Aunque esa reducción impulsó las importaciones e impactó positivamente la inversión que cerró en 2021 con un crecimiento del 16,7 %, lo cierto es que también causó un efecto negativo.
“El crédito barato trajo presiones de demanda que presionaron al alza el nivel general de precios. Para controlar la inflación, el Banco Central inició una serie de escaladas de su tasa de intervención para frenar el consumo”, indicó el centro de estudios económicos Anif, en su más reciente informe.
Sumado a este comportamiento, el clima de los negocios también se complicó en el país, pues los anuncios provenientes de la actual administración, sobre el incremento desmedido en el gasto público, la cancelación de contratos para explorar y explotar hidrocarburos, además de la toma de decisiones en entidades oficiales y designación de funcionarios sin estudios, provocó una gran incertidumbre para los inversionistas frente al manejo del país.