Un fuerte choque se registró entre el presidente de la República Gustavo Petro y el mandatario de El Salvador, Nayib Bukele, por la política carcelaria que están aplicando las autoridades del país centroamericano.
El primero en lanzar un dardo fue el mandatario colombiano criticando abiertamente la mega cárcel que construyó Bukele para que permanezcan detenidos los más peligrosos pandilleros de El Salvador, indicando que se trata de “campos de concentración”.
“Ustedes pueden ver en redes las fotos terribles, no me puedo meter en otros países, del campo de concentración de El Salvador lleno de jóvenes, miles y miles encarcelados, que le da unos escalofríos yo creo que hay gente que le gusta eso, indudablemente”, sostuvo Petro.
Y agregó en una declaración que dio este miércoles 1 de marzo desde Ciudad Bolívar en el sur de Bogotá: “Hay gente que le gusta ver a la juventud entre las cárceles y creen que eso es la seguridad y se disparan las popularidades, indudablemente, lo vivimos también Colombia”.
Luego respondió Bukele a las pullas de Petro señalando que es preferible la política de los resultados que la retórica, deseándole a su vez a Petro que logre bajar los índices de delincuencia que se registran en Colombia.
“Señor @petrogustavo. Los resultados pesan más que la retórica. Deseo que Colombia en realidad logre bajar los índices de homicidios, como lo hemos logrado los salvadoreños. Dios los bendiga”, trinó Bukele.
Sin embargo, el presidente Petro contraatacó y lanzó un reto a Bukele, para que se discutan las políticas carcelarias de ambos gobierno en un foro internacional público.
“Pues Nayib @nayibbuke pasamos de 90 homicidios por cada 100.000 habitantes en 1993 en Bogotá a 13 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2022. No hicimos carceles sino universidades. Es bueno comparar las experiencias. Te propongo un foro internacional”, dice el mensaje de Petro.
Esta es la cifra de presos que Nayib Bukele trasladará a cárcel de máxima seguridad en El Salvador
El pasado viernes 24 de febrero, el gobierno del salvadoreño Nayib Bukele ordenó en un solo operativo el traslado de los primeros 2.000 presuntos pandilleros al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot). Ese lugar tiene capacidad para unos 40.000 reclusos y fue inaugurado a finales de enero del año en curso y, se estima, es uno de las más grandes en América Latina.
El ministro de Justicia y Seguridad, Gustavo Villatoro, aseveró que el 60 % de los casi 65.000 detenidos (es decir, unos 39.000 reos), en el contexto de la guerra contra las pandillas, serán dirigidos a una cárcel de máxima seguridad en Tecoluca, en el departamento de San Vicente. El anuncio llega cuando el país centroamericano se acerca a un año desde que se fijó el Estado de excepción.
Esa política continúa en la lupa de organizaciones internacionales como Human Rights Watch, que han denunciado prácticas arbitrarias en los últimos meses a la hora de efectuar el debido proceso para los arrestos. Otro punto que ha centrado algunas discusiones son las condiciones en los penales.
“Hasta que nosotros sepamos que hemos capturado al último de los miembros de la pandilla en territorio salvadoreño no vamos a desactivar el protocolo (la estrategia de seguridad)”, aseveró Villatoro durante una entrevista en la cadena TCS.
En ese medio aseguró que recientemente se capturó a dos hombres, bajo sospecha de colaborar con organizaciones delictivas y vinculados con los delitos de tenencia de droga y agrupaciones ilícitas.
Por su parte, el ministro de Defensa, René Merino, refirió que “son los niveles” de traslado de pandilleros detenidos durante once meses al que se denominó como Centro de Confinamiento del Terrorismo. Ese penal se construyó en aproximadamente siete meses y tiene unidades de seguridad que dificultan intentos de fuga, según informó el diario salvadoreño ‘El Mundo’.
En esta jornada el mandatario aseguró que se estaba “ganando” la guerra contra los grupos que buscan sembrar el ‘terror’ en el país. Por medio de un video reiteró el mensaje que pronunció frente a las fuerzas de seguridad, en el que enfatizó que “la paz no se lograba firmando acuerdos entre corruptos”, sino con “trabajo y esfuerzo”.
Funcionarios de Bukele, en el radar de EE. UU.
El Departamento de Justicia estadounidense divulgó un comunicado el pasado jueves 23 de febrero en el que, a propósito del arresto de tres altos integrantes de la Mara Salvatrucha (MS-13), puso la lupa sobre funcionarios del Gobierno salvadoreño.
En el documento se relaciona a 13 miembros del MS-13 con reuniones clandestinas para consumar un intercambio consistente, según El País de España, en una reducción de homicidios por beneficios.
Las capturas mencionan concretamente a Vladimir Antonio Arévalo-Chávez, alias Vampiro, de Monserrat Criminales; Walter Yovani Hernández-Rivera, alias Baxter, de Park View, y Marlon Antonio Menjivar-Portillo, conocido con el sobrenombre de Rojo, de Park View. Los tres fueron localizados por autoridades de México y deportados tras su aprehensión.
A los señalados se les relaciona con tácticas terroristas como el uso de artefactos explosivos improvisados (IED) y granadas; operar campos de entrenamiento de estilo militar para armas de fuego y explosivos; utilizar demostraciones públicas de violencia para intimidar a la población civil; (...) y manipular el proceso electoral en El Salvador. Varios de estos acusados han desempeñado un papel destacado en las negociaciones pasadas y actuales de la MS-13 con el Gobierno.
“Además, estos acusados autorizaron y dirigieron la violencia en los Estados Unidos, México y otros lugares como parte de un esfuerzo concertado para expandir la influencia y el control territorial de la MS-13. Como líderes de la organización criminal transnacional MS-13, agregó finalmente ese órgano en su página oficial.
*Con información de la AFP, Europa Press y SEMANA.