Una declaración del presidente de la República, Gustavo Petro, no pasó desapercibida en el viaje que tuvo el fin de semana a Venezuela, en el que participó de varios eventos; palabras que generaron sorpresa en los asistentes a un acto en el vecino país.
El jefe de Estado habló en la Feria del Libro de Venezuela y sin darle tantas vueltas se incluyó dentro de la población en Colombia con problemas mentales, confesión que, reconoció, iba a generar una fuerte reacción.
“Dicen que uno de cada cinco colombianos padecen o padecemos problemas mentales, esto me lo coge la prensa y me lo vuelve un escándalo mañana, pero son los estudios científicos; depresión, angustias, pareciera que no se siente la violencia, pero mientras va construyendo el ser humano va construyendo una cultura”, sostuvo Petro.
Y añadió en su curioso análisis: “La cultura es más poderosa que la política muchas veces, generalmente, y obviamente, allí se cimentó una cultura antidemocrática, una cultura del odio, una cultura del miedo, que es la otra cara de la moneda del odio, y una cultura de la mentira”.
“Porque para tapar el que tengamos una de las constituciones más democráticas del mundo, con un genocidio en donde hoy vemos Palestina y cómo bombardean niños y niñas, pues en Colombia lo hacían todos los días por orden del jefe del Estado. ¿Bombardear?, en Colombia no es extraño, han muerto 350 niños y niñas desde el año 2000, bombardeados”.
“La única adicción que tengo es el café por las mañanas”, Petro responde a desafiante carta en la que le piden que diga si es adicto a las drogas
La explosiva carta abierta que publicó la periodista María Jimena Duzán hace varios días, en la que le pide directamente al presidente de la República, Gustavo Petro, que revele al país si está sumergido en una adicción, no pasó desapercibida por el propio mandatario, quien respondió.
Como es habitual, el jefe de Estado reaccionó a la misiva de la comunicadora por medio de su tribuna favorita, las redes sociales, y en su cuenta personal de X, antes Twitter.
“La única adicción que tengo es al café por las mañanas”, publicó irónicamente Petro.
Pero sus alfiles más cercanos también salieron a blindar a Petro; lo hizo el embajador de Colombia en Reino Unido, el exsenador Roy Barreras, quien también agitó sus redes para defenderlo.
“Apreciada María Jimena. Cualquier profesional en salud mental le explicaría que si Ud., a una persona NORMAL y SANA, estigmatiza públicamente sembrando una duda sobre una supuesta enfermedad que para muchos es vergonzante, Ud. le hace daño a esa persona”.
Y también dijo: “Peor aún, si a una persona con una condición patológica real Ud. la expone públicamente sin su consentimiento, Ud. viola los derechos del paciente. Ud. me dirá que al ser un presidente una persona pública tiene la obligación de despejar toda duda”.
“Pero esa obligación, que es noble virtud, corresponde exclusivamente a quien representa la institucionalidad y pierde todo efecto si la pretende un tercero y menos aún si lo hace en un pódcast o en una columna mediática”, insistió Barreras.
Finalmente expuso: “Al contrario, verdadero o falso, el infundio daña la institucionalidad, cuya representación va más allá que el individuo que la ostenta, como enseñó Foucault. Sé que lo hizo con buena intención, pero en esta historia pudo más la columnista que la analista. Con aprecio: RB Médico y sociólogo en ejercicio”.