Parece que el Metro de Bogotá le va a traer ‘canas’ al alcalde electo de la capital del país, Carlos Fernando Galán, ya que lanzó el primer dardo el presidente de la República, Gustavo Petro, el cual ha insistido en que el megaproyecto tenga un tramo subterráneo.
En ese sentido, el mandatario colombiano no pasó por alto una declaración que dio Galán al término de un encuentro que sostuvo con la saliente alcaldesa Claudia López, donde pidió “respetuosamente” al Gobierno nacional no replantear el diseño original del metro.
“Que tontería. Mi gobierno no ha hecho nada para que no hagan el metro elevado, pero en nueve años no lo ha hecho. Quien presentó la propuesta de integrar el metro elevado con un tramo de metro subterráneo como el que estudiamos fue la alcaldesa, pero después nos insultó por acoger su propuesta”, público Petro en su cuenta personal de X.
Y agregó en el mensaje: “Que las generaciones posteriores los recuerden por hacer ese esperpento, pero si no lo han hecho en estos nueve años, no es porque nosotros lo hayamos impedido”.
La molestia del jefe de Estado con Galán fue por una declaración en la que afirmó que respetará el mandato popular que le otorgaron los ciudadanos de Bogotá por su elección a la Alcaldía.
“Mi discusión con la Nación va a ser siempre a través de canales institucionales, respetuosa, con el presidente de la República, pero también tenemos que exigir un respeto por la autonomía de Bogotá, por la autonomía territorial, porque Bogotá define un proyecto, lo impulsa y lo saca adelante y no debe la Nación entrar a que se replantee ese proyecto”, dijo Galán.
Y afirmó: “Es solamente un ejemplo, porque vendrán discusiones seguramente con el Gobierno nacional en muchos frentes, pero la responsabilidad mía será defender los intereses de Bogotá y la institucionalidad de Bogotá que representa, a partir de un mandato popular, esos intereses”.
Claudia López felicita a Carlos Fernando Galán por ganar la Alcaldía de Bogotá: “Si querían un plebiscito, ahí lo tienen fuerte y claro”
El pasado 29 de octubre se desarrolló la primera vuelta de las elecciones regionales, donde las ciudades, municipios y departamentos del país eligieron a sus nuevos dirigentes, que ocuparán los cargos en el período 2024-2027.
Ante esto, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López Hernández, dijo: “¡Grande Bogotá! ¡Si querían un plebiscito, ahí lo tienen fuerte y claro! ¡Felicitaciones al nuevo alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán! Felicitaciones a la revelación de la política bogotana Juan Daniel Oviedo. ¡Bogotá se respeta! ¡El metro no tiene reversa!”, dijo.
Y es que estas elecciones tenían una particular atención de la saliente mandataria de la capital, por cuenta del futuro del proyecto de la primera línea del Metro de Bogotá.
La saliente alcaldesa ha tenido una serie de encuentros con el presidente de la República, Gustavo Petro, por cuenta de este proyecto.
El primer mandatario había dicho que el Ejecutivo estaría dispuesto a financiar el 100 % del proyecto para que sea subterráneo y la capital saldría ganando, desde lo económico, y en el sentido de que, según él, se obtendría un medio de transporte con una mejor potencia y más rentabilidad.
A esto le respondió López, quien cuestionó fuertemente al presidente Petro y le recordó que el contrato para la construcción del metro no es firmado por la Nación, sino que es competencia de la Alcaldía Mayor de Bogotá, por lo que su responsabilidad es aportar el 30 % del dinero, y estar pendiente de una correcta ejecución del mismo.
Y cuestionó el viaje del presidente a China, donde se reunió con su homólogo de ese país, Xi Jinping, y los empresarios que están al frente del proyecto.
“El futuro del Metro de Bogotá no se decide en China, se decide en Bogotá en las urnas este domingo. Que les pregunten primero a los bogotanos si quieren que se pare su metro, es una falta de respeto que le estén preguntando a un gobierno extranjero”, dijo.
De acuerdo con la mandataria, las visitas de Estado no son para este tipo de temas, y le recordó que él ya había sostenido un encuentro con los empresarios asiáticos para contemplar la posibilidad de un tramo subterráneo en la primera línea.
“Se hubiera ahorrado el viaje, presidente (...) De hecho, fue con los representantes de esa empresa que estuvimos sentados en enero de este año en el Palacio de Nariño, viendo las mismas alternativas que el presidente salió a plantear hoy. No insista, el Metro no tiene reversa y a Bogotá se le respeta”, afirmó.
Defendió, además, que hacer cambios de esta magnitud en el proyecto implicaría que el mismo se atrase por lo menos una década y que, además, le cobren a Bogotá 12 billones de pesos más, dinero que se podría destinar a la tercera línea.
Posteriormente, el jefe de Estado dijo: “La demora en hacer el metro subterráneo ya le generó a los 13 propietarios privados de los buses de TransMilenio de Bogotá medio billón de pesos de utilidades que no hubieran tenido si se hubiera construido, mientras el valor de la incomodidad del pueblo bogotano es incalculable”.
Y agregó que “ya no se puede llorar sobre la leche derramada”, pero sí se puede “es acelerar las obras del metro y mejorarlo sustancialmente”.