El presidente de la República, Gustavo Petro, en pleno congreso de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), les pidió a los bancos dejar de invertir en sí mismos y mirar hacia otras áreas de producción para evitar que Colombia caiga en una burbuja financiera.
El mandatario colombiano aseguró en su discurso que las entidades bancarias del país pueden invertir en sectores como la agricultura, el turismo o la construcción, áreas que según el Gobierno nacional muestran una fuerte tendencia al alza.
“¿Cómo evitar la burbuja en el sistema financiero? Es decir, que deje de invertir en sí mismo, fundamentalmente, llevándolo a invertir en el sector creador de la riqueza y, por tanto, el empleo”, sostuvo Petro.
Agregó el jefe de Estado: “Y, por tanto, esa es la propuesta que yo podría hacerles ahora terminando esta reunión de Anif, y es cómo conjuntamente con el Estado y el Estado produciendo políticas públicas que aumenten la rentabilidad en la agricultura, en la industria, en la construcción y en el turismo, puede ser un indicador que lleve al sistema financiero para que invierta en esos mismos sectores”.
“Si a esto se le agregan las transiciones minero-energéticas, aunque yo veo que su financiación sería más de carácter internacional que nacional, podríamos solventar las crisis que vienen de las tormentas perfectas que se están juntando; crisis climática, guerra, crecimiento del hambre y recesión en el mundo son sustancialmente negativas”, anotó el primer mandatario.
Sin embargo, este mismo martes el presidente de la República, Gustavo Petro, no dudó en señalar que por las medidas que ha venido adoptando su gobierno del Pacto Histórico han mejorado, según él, sustancialmente las finanzas públicas de Colombia, expresando que ese panorama se registra en el país en gran medida por la reforma tributaria.
El mandatario colombiano también argumentó que la buena salud por la que atraviesa las finanzas públicas recae en el hecho de cambiar la deuda externa de corto plazo, por largo plazo, medidas que ―según destacó― han sido vitales para la economía nacional.
“Entre la reforma tributaria y la operación de cambio de deuda externa de corto plazo por largo plazo, mejoramos sustancialmente las finanzas públicas y su abultado déficit”, trinó Gustavo Petro.
El endeudamiento externo de Colombia viene siendo, desde los últimos años, un tema controversial y profundamente delicado, debido a que este rubro representa más del 50 % del Producto Interno Bruto (PIB) del país, según datos del Banco de la República.
Un buen manejo de esta deuda, donde una tajada importante del Presupuesto Nacional se dirige para la atención de esta obligación, le permite al Gobierno tener las “puertas abiertas” para que la banca mundial y países desarrollados le continúen prestando para financiar proyectos claves para el desarrollo y crecimiento del país.
Por eso, una determinación de política-económica realizada por el Ministerio de Hacienda genera optimismo frente a las finanzas públicas en esta materia. Se trata del lanzamiento de un nuevo bono global con vencimiento en el año 2033, por un monto total de 1.624,2 millones de dólares, cuyo principal propósito es sustituir o recomprar bonos existentes.
De acuerdo con el ministro de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Ocampo, esta operación que calificó de “exitosa” mitiga el riesgo de refinanciamiento y contribuye a mejorar el perfil de la deuda externa, aumentando la vida media del portafolio de bonos en dólares desde 14,2 años a 14,7 años.
Manifestó que dicha emisión alcanzó, en su momento más alto en los mercados internacionales, órdenes por 2,6 veces lo emitido, “confirmando el buen apetito del mercado internacional por la deuda colombiana a pesar de la difícil coyuntura internacional, en la que Colombia recibe un voto de confianza por parte de un amplio y diversificado grupo de inversionistas”.
“Esta operación se enmarca dentro de una estrategia de manejo prudente y responsable de nuestras finanzas públicas en la que se ha logrado recoger deuda con vencimiento dentro de los próximos 18 meses para sustituirla por deuda a un plazo superior a diez años, mitigando el riesgo de refinanciamiento y destinando lo recaudado para el pago de amortizaciones y no para un mayor endeudamiento”, concluyó.