La tarde de este 9 de noviembre, el presidente de la República, Gustavo Petro, respondió a las críticas de Federico Gutiérrez por pedir al consorcio encargado del Metro de Bogotá evaluar la posibilidad de que una parte o todo el trazado sea subterráneo.

En su cuenta en Twitter, el jefe de Estado publicó: “El que la ciudadanía tenga un sistema de transporte cómodo, no contaminante y poderoso para una ciudad de 8 millones, no es cuestión de ego, es de dignidad. Quizás ustedes, Fico, quisieran que la gente sea transportada como animales, yo quiero que sea tratada como personas”.

El presidente Petro se pronunció apenas tres horas después de que Federico Gutiérrez, uno de sus contrincantes en la primera vuelta de las pasadas elecciones presidenciales, trinara: “Que si Metro elevado, que si subterráneo…. Ya los estudios técnicos están y hay obra contratada. Acuerdo entre Claudia López y Petro de solicitar que un tramo sea subterráneo es puro capricho y ego. Se van a joder el Metro, a Bogotá y a su gente.

Valga recordar que la discusión acerca del Metro que más le conviene a Bogotá, que pareció zanjada una vez la alcaldesa Claudia López decidió continuar el proceso adelantado por Enrique Peñalosa, renació con la llegada de Gustavo Petro a la Casa de Nariño.

Petro, como alcalde de Bogotá dos administraciones atrás, apostó por dejar los diseños del Metro subterráneo, pero una vez Peñalosa fue elegido como mandatario de la capital, tomó la decisión de que fuera elevado. Hoy, la solicitud del Gobierno nacional al consorcio chino encargado de las obras es evaluar que la totalidad o una parte del trazado, es decir, el que atravesará la Avenida Caracas, sea subterráneo, planteamiento que de nuevo suscita disputa.

Peñalosa, de hecho, también figura entre quienes afirmó que la petición del Gobierno nacional es un capricho del presidente. Lo hizo el pasado 8 de noviembre mediante un video compartido en sus redes sociales.

“Si Petro, por un capricho frívolo, decide cambiar los diseños del Metro que contratamos y que está en construcción, le quitaría muchos billones a las regiones más pobres de Colombia y retrasaría el proyecto varios años”, expuso el exalcalde Enrique Peñalosa.

Y añadió: “Desde el punto de vista ambiental, un metro subterráneo consume mucha más energía, porque debe contar con sistemas de recambio de aire, iluminación, bombeo para sacar el agua, que en una ciudad como Bogotá es algo importante. Además, gastar una suma tan gigantesca adicional en la primera línea, obviamente deja a la ciudad sin la segunda línea, con la cual está comprometida la alcaldesa, por lo que es mucho ‘bla, bla, bla’, pero de segunda línea no habría nada”.

A favor de Petro estuvo uno de sus más fieles escuderos, Gustavo Bolívar. El senador del Pacto Histórico afirmó: “Un Metro elevado es como una cicatriz sobre una ciudad, que dura 100 años. Si se puede impedir que la Avenida Caracas termine tugurizada por un siglo, con un orinal de varios kilómetros, no importan unos meses más. Quien impidió que todo el Metro fuera subterráneo no tiene autoridad para opinar”.

También expresó su gusto por el Metro subterráneo el expresidente Ernesto Samper, afirmando que seguro sería la opción por la que votaría la mayoría de los bogotanos si se les diera a elegir cómo quieren que sea este medio de transporte.

En su cuenta en Twitter, Ernesto Samper compartió: “Se abre camino, un acuerdo entre el Distrito y el Gobierno nacional para parte importante de la primera línea subterránea del Metro: la Avenida Caracas. Entre el TransMilenio elevado de Peñalosa o el metro subterráneo de Gustavo Petro, estoy seguro de que los bogotanos votaríamos por la segunda”.