Desde Alemania, el presidente Gustavo Petro se defendió de las nuevas revelaciones en el escándalo que sacude su gobierno. En un punto que llamó la atención aseguró que es imposible que se realicen interceptaciones ilegales en su gobierno, dado que su director de inteligencia es un hombre de letras que estudió filosofía.
“El director del Departamento Nacional de Inteligencia acabó su carrera de Filosofía en una universidad, Frankfurt, Alemania. Creo que es el primer filósofo que estudió en Alemania a dirigir la inteligencia, todavía creen que un filósofo estudiado en Alemania puede interceptar teléfonos”, dijo.
El mandatario se pronunció luego de las revelaciones hechas por SEMANA en las últimas horas en las que compartió lo dicho por un testigo que sostuvo varias conversaciones con el fallecido coronel Óscar Dávila, coordinador de Protección Anticipativa de la Presidencia.
Según su relato, la clave del escándalo está en el dinero perdido en la casa de Laura Sarabia, exjefe de gabinete. “La plata era de Petro, eran cinco maletas y 3.000 millones de pesos”, dijo.
Desde Alemania Petro defendió a Manuel Alberto Casanova, el director nacional de Inteligencia de su Gobierno. Sin embargo, no contó otros detalles que se conocieron del funcionario cuando fue nombrado en el cargo en agosto del año pasado.
En ese momento se conoció que se trataba de una persona que estuvo con el exmandatario en el M-19, el grupo guerrillero en el que estuvo Petro. Casanova también tiene una investigación en su contra en la Procuraduría por una denuncia de supuesto acoso laboral cuando fue profesor del SENA. Es amigo cercano al presidente Gustavo Petro y también formó parte de su alcaldía en Bogotá.
Como mencionó Petro, es filósofo, aunque, según su hoja de vida, estudió en la Universidad de los Andes y no en Alemania. Además, tiene una especialización en la Escuela Superior de Administración Pública. Lo que llama la atención es que el mismo funcionario no ha compartido esos estudios en Europa a los que se refirió el mandatario.
“La plata era de Petro, eran cinco maletas y 3.000 millones de pesos”: explosivo relato de testigo que habló con el fallecido coronel Óscar Dávila en medio del escándalo
SEMANA revela el testimonio de una de las personas que tuvo varias conversaciones confidenciales con el alto oficial, cuya muerte todavía es un misterio.
Un testigo que sostuvo varias conversaciones con el fallecido coronel Óscar Dávila, coordinador de Protección Anticipativa de la Presidencia, decidió entregarle en reserva a SEMANA un explosivo testimonio que salpica directamente al presidente Gustavo Petro. La identidad de la fuente se mantendrá en confidencialidad para proteger su vida.
Según su relato, la clave del escándalo está en el dinero perdido en la casa de Laura Sarabia, exjefe de gabinete. “La plata era de Petro, eran cinco maletas y 3.000 millones de pesos”, dijo.
“Dávila me dijo que Petro mandó a Laura a guardarle la plata en el apartamento, ese dinero se perdió, entonces necesitaban que apareciera antes de tener que informarle al presidente que se había perdido”, agregó.
Por esa razón, según la fuente, se desató una operación ilegal con el fin de recuperar los 3.000 millones de pesos a como diera lugar. En estos hechos, de acuerdo con el testimonio, participó directamente el coronel Dávila, pero no habría actuado solo.
“A él (el coronel Dávila) lo contacta el coronel (Carlos) Feria (jefe de Casa Militar de la Presidencia) porque, cuando se sabe lo del monto del dinero, Laura (Sarabia) llama a Feria, y Feria contacta a Óscar (Dávila) y él empieza a hacer todas las actividades. Lo primero que hacen es empezar a hacer las pruebas de poligrafía, pero no se lo hacen a la empleada sino a la teniente”, dijo la fuente, en referencia a la teniente Laura Luna.
Además, indicó que le hicieron polígrafo a todo el esquema de seguridad de Sarabia.
“Entonces a la primera que tratan de culpar es a ella (a la teniente), le hacen la prueba de polígrafo, presenta el polígrafo, no tiene ningún problema, en la prueba la presionan y dicen que ella es la que tiene que responder y ella dice no va a responder por nada de eso. Ahí empieza a hablarse ya de un monto de 3.000 millones de pesos”, sostuvo la fuente.
Luego se tomó la decisión de someter al polígrafo a Marelbys Meza, la exniñera del hijo de Sarabia.
“Ahí ya dicen que la empleada es la culpable, lo que él (Dávila) nos dice es que de eso se recuperaron 268 millones de pesos. Y los entrega el esposo o la pareja permanente o el compañero de la empleada del servicio. A él lo cogen en el ámbito de la Policía, dice que lo levantan, lo aprietan, todo eso, y él entrega ese dinero”, relató la fuente.
“Había que recuperar un dinero que se había perdido y tocaba hacerlo y la señora (Marelbys) accedió voluntariamente. Se hizo con recursos públicos, con una persona que no era funcionaria, ese fue el primer error”. Frente a los insultos a la exniñera en el polígrafo, dijo: “Sí, eso hace parte normal de la presión que se ejerce para sacarle la verdad al máximo. Si ella pierde el polígrafo, eso se reafirma más y se genera ese tipo de presión”.
Los hechos habrían ido más allá. Según el testigo, el coronel Dávila le contó que él mismo le entregó personalmente a Sarabia, en sus manos, una maleta con los 268 millones de pesos recuperados.
“El coronel Feria sabía todo y, por obvias razones, Laura Sarabia, porque los 268 millones de pesos se los entregó (Dávila) personalmente a ella”, agregó la fuente.
Una de las pistas que el testigo entregó en su relato estaría en las cámaras de seguridad del edificio donde vive Sarabia, pues dijo que el coronel Dávila le aseguró en su momento que todo habría quedado registrado en video. “De cómo ingresaban y salían las maletas”, aseguró.
El testigo revela que el coronel Dávila estaba preocupado. “La angustia que él tenía era que ya se estaban empezando a saber cositas y todo iba a empezar a desencadenarse directamente sobre él. Finalmente el que realizó la mayoría de las cosas fue él, pero a él no lo contactaron directamente, lo contacta el coronel Feria”, contó la fuente.
Llegan las ‘chuzadas’
Uno de los capítulos más graves del escándalo tiene que ver con la decisión de interceptar ilegalmente los teléfonos de Marelbys Meza y Fabiola Perea, otra trabajadora doméstica de la casa de Laura Sarabia, a quienes hicieron pasar como si se tratara de integrantes del Clan del Golfo.
“Nunca se habló de plata recuperada, nunca se ha hablado de montos exactos, porque no se podía. No se justifica ese monto de dinero. Además, todo eso se estaba haciendo así, por debajo de cuerda, todo se estaba haciendo de manera ilegal. No desde un proceso judicial. Así mismo, Dávila decide hacer una copia espejo del celular (de Marelbys) y le pide un favor al mayor John Jairo López Tolosa, en la Dijín, para que intercepte esos números (el de Marelbys y el de Fabiola)”, relató la fuente.
SEMANA confirmó que López Tolosa está asignado a una unidad llamada Comisiones Investigativas contra el Crimen Organizado (Cicor), de la Dijín. El testigo aseguró que López Tolosa fue enviado a vacaciones y fue la persona que reemplazó al coronel Dávila en el Cicor.
Además, la fuente anotó que, en medio del escándalo, Dávila le contó que le había enviado una fuerte suma de dinero al mayor López Tolosa para defenderse. “Dávila tuvo que darle plata para el abogado. Según me dijo, fueron 20 millones de pesos”, señaló la fuente.
Sostuvo que el mayor López Tolosa desconocía lo que estaba ocurriendo en ese momento. “Lo contactan para que intercepte los números, pero en ese sentido sí hay que ser muy claro que no le dicen por qué. Le dicen el para qué, es decir, para escuchar unas líneas y mirar un tema de dinero específicamente, y le dicen que es de crimen organizado, de gente del Clan del Golfo. A él no le dicen exactamente qué es lo que estaba pasando porque no querían que mucha gente supiera lo que estaba ocurriendo”, dijo la fuente.
“Cuando ya estalla el escándalo, el mayor López Tolosa le dice (a Dávila): ‘Oiga, ¿por qué me metieron en este problema?’”, agregó la fuente.
“Lo empiezan a presionar”
Dijo además que tan pronto estalló el escándalo de la exniñera Marelbys Meza, y cuando la Fiscalía destapó las chuzadas, el coronel Dávila empezó a tener angustias.
“A él ya lo empiezan a presionar en que hay que mantenerse. Él tenía la presión de todo lo que había hecho. El temor era a que las personas que sabían en algún momento lo nombraran, por ejemplo, un patrullero, un intendente o cualquiera de los que está declarando. Todo iba a llegar a él y, desde arriba, ya lo estaban dejando completamente solo”, agregó la fuente.
La persona le dijo a SEMANA cómo el fallecido coronel Óscar Dávila terminó siendo defendido por el abogado Miguel Ángel del Río, un reconocido defensor del Gobierno Petro.
“A él (a Dávila) le dicen que en algún momento lo tendrán que llamar y que su abogado tiene que ser Miguel Ángel del Río. Esa instrucción se la dio el coronel Feria. ¿Y quién manda a Feria? Pues, por obvias razones, el presidente Petro”.
La fuente hizo una comprometedora revelación. Asegura que el coronel Dávila le confió de dónde salieron los 50 millones de pesos que le alcanzó a entregar a Del Río horas antes de su muerte para que lo defendiera.
“Fueron 100 millones de pesos que le dio el coronel Feria a él para que pagara el abogado y se los entregó personalmente y en efectivo. De ahí, le pagó 50 millones de pesos a Del Río y le dio 20 millones de pesos al mayor López Tolosa”.
La fuente fue enfática en que el coronel Dávila se preocupó bastante el día en que recibió la llamada de la periodista Silvia Charry, de Cambio, especialmente porque desconfió del abogado Del Río y pensó que fue él quien le había dado su número a Charry.
“Lo que lo tenía estresado ese día era que la periodista le marcó y ella no tenía por qué marcarle porque su teléfono solo lo tenía gente muy allegada a él y su abogado (Del Río). Dávila se había reunido con él, el día anterior, y le había contado absolutamente todo”.
El testigo reconoció que Dávila estaba preocupado por lo que estaba ocurriendo. “Incluso él mencionó que hasta se le había pasado por la cabeza suicidarse, él estaba angustiado porque todo se cerró hacia él, y no tenía una válvula de escape. Varias personas le dijimos que lo peor era tener ese abogado (Del Río), el mismo de los patrulleros que chuzaron a la niñera, le hicimos énfasis en que tener el abogado que tiene relación con Petro lo iba a vincular mucho más rápido. De hecho, contactamos a otro abogado”.
Así fue dicho contacto: “Se hizo una videollamada con un abogado y un bufete de investigación de expolicías. Le dijeron que no se preocupara, que lo iban a apoyar y a defender”.
Sobre el momento de la muerte del coronel Dávila, la fuente aseguró: “En el transcurso en el que él iba para la casa tuvo que haber recibido alguna llamada, porque él estaba tranquilo, relativamente”.
El testigo arremetió contra Del Río. “Por tanta presión fue que tuvo que devolver el dinero. La verdad da rabia porque ese mismo día salió a decir que lo estaba ayudando, se vendió como si todo fuera gratis, ad honorem, mejor dicho, el adalid, y no, hijueputa, Dávila le había dado esa plata. Los demás policías estaban presionando a Dávila, diciéndole: ‘Mire, nos hizo meter en un problema’”.
La fuente aseguró que el primer pecado fue que Dávila participó en el polígrafo de la niñera Marelbys Meza sin ser una funcionaria.
“A veces uno peca por hacer más, por querer extralimitarse en el buen sentido de la palabra. Ese fue el pecado de él, realmente, porque todo siempre ha sido en concordancia con el coronel Feria. Pero él (Feria) ya lo estaba desligando, al punto de que negó que él sabía de esas cosas, que era mentira, porque la primera persona que supo de la pérdida del dinero fue él (Feria) y llamó al coronel Dávila para que se pusieran al frente de todo”.
Sobre la diligencia en la misteriosa oficina del piso 13 de la Dian, desde donde se maneja la seguridad preventiva del presidente, el testigo aseguró: “Dávila estaba nervioso, pero eso de que lo amenazaron es mentira. Llegaron a la inspección, hicieron la inspección y era teso. Había mucha presión, pero no hubo ni insultos ni maltratos de ninguna parte. El que conoce o conoció a Dávila sabe que era supremamente respetuoso. O sea, nada, ni lo trataron mal ni trató mal a nadie. Nada, eso es mentira”.
En este punto, la fuente volvió a hablar del abogado Del Río. “Si usted mira cronológicamente los mensajes de él, desde el comienzo, le echó la culpa a la Fiscalía. Ya después empezó a recular, a voltearla, y entonces era el adalid y todo era ad honorem. Como hubo presión lo llamaron a decirle: Venga, ¿y la plata? Él ya la devolvió a la esposa (del coronel Dávila)”.
Pero agregó que la mujer no estaba al tanto de todo lo que hizo su esposo.
Sobre la carta que el coronel Dávila le envió a la Fiscalía, el pasado 2 de junio, poniéndose a disposición del ente acusador, y que les llegó a los fiscales, el testigo en reserva dijo: “Era una estrategia jurídica para ponerse a disposición, diciéndole a la Fiscalía que ahí estaba listo para cuando lo requirieran”.
Este testigo le dijo a SEMANA que Dávila se murió con la preocupación que también tenían sus compañeros. “Estaban angustiados porque la Fiscalía se llevó muchas cosas en la primera inspección que hizo tras el escándalo del polígrafo a la niñera. Salieron muchas cosas a flote y están en manos de los fiscales”.
Esta fuente confirmó que la pareja de Marelbys Meza también fue ‘chuzada’ de manera ilegal.
El testigo describió al coronel Óscar Dávila: “Era un caballero, nadie puede hablar de él. Un muchacho sano, juicioso, trabajador, estuvo en muy buenos sitios, la mayoría de sus actividades fue en la Dijín, estuvo incluso en unidades especiales”.
Además, señaló que Dávila no tenía arma ese día. “Él sí le pide el favor al conductor que vaya por una botella de agua y el conductor dejó el arma. ¿Quién iba a pensar que iba a pasar eso?”.
Sobre las vacaciones del conductor, el testigo dijo: “Es normal. Ahora la Fiscalía tendrá que llamarlo para que diga en dónde estuvo ese día, el día anterior, para que diga qué supo y qué escuchó. De todas maneras era su jefe, la persona con la que él permanecía casi más tiempo que con la misma esposa. Usted sabe que son 14 o 16 horas ahí, uno al lado del otro”.