SEMANA: ¿qué opinión tiene sobre lo que está ocurriendo entre el gobierno y el ELN? El presidente Gustavo Petro anunció el cese bilateral al fuego con esa guerrilla, pero el grupo armado lo desmintió.

MIGUEL CEBALLOS (M. C.): soy respetuoso de los espacios institucionales. Lo que yo les pediría al Gobierno y al ELN es que le expliquen a la opinión pública qué es lo que están haciendo en esa mesa de conversaciones. Hasta ahora, lo que uno ve es que hay dos versiones de todas las posibles decisiones que se tomen en esas mesas.

Mientras el jefe de la delegación de los diálogos dice una cosa, el Ejército afirma otra; al igual que el presidente y los elenos.

Acá hay un gran desorden y una falta de seriedad en el manejo que se le está dando a un proceso que está naciendo y para que sobreviva necesita seriedad. En este sentido, lo más importante es pedirles al Gobierno y al ELN que le digan al país la verdad y que se pongan de acuerdo en si este es un proceso para lograr la paz o para preservar al ELN en una ilegalidad cómoda en medio de un engaño a la opinión pública.

SEMANA: usted fue alto comisionado durante varios años. Si el presidente Petro hizo el anuncio del cese bilateral al fuego, alguien le tuvo que manifestar la aceptación del ELN. ¿Hay un teléfono roto en el Gobierno?

M. C.: yo creo que el presidente ha querido, de alguna manera, mostrar que puede cumplir con una promesa que es muy difícil de cumplir. Fue una promesa de campaña: lograr la paz con el ELN en tres meses. Es una promesa incumplible. Parecería que estuviese negociando con un grupo con el cual él creería que tenía una ascendencia y que podía casi que hacer un arreglo fácil.

Pero ya el país se está dando cuenta de la dificultad que implica sentarse a una mesa con un grupo tan diverso, tan fragmentado y complejo como el ELN. Usted recordará que en el gobierno de Iván Duque, mientras estábamos conversando, asesinaron a 22 cadetes de la Escuela General Santander en Bogotá. Este es un campanazo de alerta para el Gobierno. En vez de hacer tantos anuncios por Twitter, hay que imprimirles rigor a las negociaciones.

SEMANA: ¿es fácil negociar con cinco grupos armados ilegales al tiempo y acordar un cese bilateral con todos?

M. C.: Colombia no recuerda en su historia una serie de decisiones que ponga en riesgo la estructura e integralidad de la Constitución. Se han anunciado cinco decretos presidenciales que, en mi opinión, rompen totalmente el orden constitucional.

Primero, no se distingue entre grupos armados con y sin carácter político. Vi bastante enredado al ministro del Interior, Alfonso Prada, tratando de explicar que primero habrá que definir si a la Segunda Marquetalia o el Clan del Golfo se les consideraría grupos con o sin carácter político. Se expiden unos decretos sin saber cuál es el tratamiento que se les dará.

Segundo, cuando se habla de cese al fuego bilateral, no se delimita una parte del territorio en la cual se hará el cese al fuego, lo cual hace imposible la implementación de la medida. Cuando hay un cese bilateral debe haber una zona en la cual los verificadores puedan monitorear y determinar si se siguen o no usando las armas. En este caso, parecería que cuando se habla de cese bilateral, se decreta que Colombia entera sea una zona de despeje. Esta sería la primera vez que todo un país sería una zona de despeje en la que cinco grupos armados podrían moverse sin ningún tipo de limitación. Eso es una afrenta y un riesgo grave para la seguridad nacional. Tercero, la extradición. En ninguno de los decretos se habla de los efectos en las extradiciones que ya están en curso ante la justicia colombiana. ¿Durante esos seis meses también se suspenderán todas las extradiciones como fruto de un cese al fuego bilateral que más parece una decisión unilateral de un gobierno que quiere demostrar que va a cumplir una promesa incumplible de campaña?

SEMANA: ¿normalmente en un cese al fuego se delimita una zona?

M. C.: claro. Es que estamos hablando de los cinco grupos más peligrosos de este país, dedicados a la minería de extracción ilícita, al narcotráfico, a la extorsión, al secuestro, a los crímenes contra las comunidades y actúan en unas zonas determinadas. Lo primero que tiene que hacer el Gobierno es revaluar esos decretos. No creo equivocarme, pero todos van a ser declarados inconstitucionales por la Corte Constitucional por la ruptura que hacen del concepto de orden público (...). Esos decretos no delimitan su ámbito de acción y al no hacerlo ponen en riesgo las comunidades. Lo primero que hay que hacer es delimitar el ámbito de acción territorial, el institucional. Por ejemplo, ¿qué va a pasar con los alcaldes de esas zonas? Ellos tienen una responsabilidad en el orden público y no sabemos cuál será el papel de ellos.

SEMANA: el gobierno Petro suspendió el cese al fuego con el ELN después de la desmentida y llamó al grupo a hacer una tregua mientras negocia. ¿Fue una buena salida?

M. C.: es una falta de seriedad del Gobierno instalar una mesa de negociación y empezar a pedir decisiones de su contraparte fuera de la mesa. Aquí nadie entiende nada. Hacen todo un esfuerzo, crean una mesa de afán para poder mostrar resultados en los primeros meses y, una vez instalada, empiezan a pedirle al ELN cosas fuera de la mesa. Si esto es un proceso serio, que le pongan orden. Esta es la feria de las improvisaciones, la feria de la falta de seriedad y el desconocimiento, de la falta de institucionalidad. A mí me preocupa otra cosa. Este cese bilateral al fuego puede constituirse en la violación o el incumplimiento más grande de los acuerdos con las Farc porque uno de los compromisos firmados por Juan Manuel Santos es el desmantelamiento de los grupos armados distintos a las Farc. Y acá, con un cese bilateral tan relajado, tan ligero y falto de límites, lo que se hará es fortalecer estos grupos.

SEMANA: usted insiste en los límites. Los decretos de Presidencia dicen en su encabezado que son nacionales.

M. C.: así es. En los decretos que publica la Presidencia dicen en su encabezado que son de carácter nacional. ¿Por qué se decreta un cese al fuego nacional con grupos armados que están operando en zonas muy específicas del país? Esto es convertir a Colombia en una gigantesca zona de despeje de manera irresponsable e inconstitucional.

SEMANA: ¿esta metida de patas del Gobierno tendrá un efecto en la mesa de diálogos con el ELN?

M. C.: yo quisiera saber qué opinan los miembros del equipo negociador del Gobierno, incluido José Félix Lafaurie. Yo sí quisiera preguntarle a él qué opina de todo esto y que les diga a los colombianos si realmente se había o no hablado de un cese al fuego bilateral con el ELN. Y si fue así, cuál será su posición frente a este fiasco que se está generando.

SEMANA: por último, ¿el Gobierno es ingenuo frente al ELN?

M. C.: creo lo contrario. El Gobierno conoce muy bien al ELN y los elenos conocen muy bien al Gobierno. Ambos estaban confiados en que la falsa camaradería que se veía en las negociaciones se iba a convertir en la prenda de garantía para que esta fuera una negociación fácil. Eso es un error. La búsqueda de la paz con un grupo que ha demostrado que no tiene una unidad en su doctrina y que está muy fragmentado muestra que ambas partes estaban confiadas en sacar las negociaciones de una manera facilista.