Con menos de siete meses en la Casa de Nariño, el presidente Gustavo Petro hizo remezón en su gabinete ministerial, lo que de entrada ha dado lugar para todo tipo de especulaciones, especialmente porque por lo general los gobiernos esperan hasta el primer o segundo año para remover fichas en el gabinete.

No obstante, Petro se adelantó y anunció la salida del ministro de Educación, Alejandro Gaviria, en medio de una profunda tensión que se desató en el Gobierno nacional por las críticas que lanzó sobre la reforma a la salud.

Igualmente, salieron del gabinete la ministra del Deporte, María Isabel Urrutia, así como la ministra de Cultura, Patricia Ariza.

Esta salida triple saca a relucir la crisis que se había estado generando dentro del gabinete de Gustavo Petro a raíz de los diferentes puntos de vista de los jefes de carteras sobre las reformas. Uno de los más críticos había sido el ahora exministro de Educación, Alejandro Gaviria.

Alejandro Gaviria, exministro de Educación Nacional. | Foto: Revista Semana

Gaviria se había convertido en un funcionario incómodo al interior del Palacio de Nariño, no tanto por lo que decía en su cargo como jefe de la cartera de Educación.

Tras seis años al frente del sector salud, durante el gobierno de Juan Manuel Santos, Gaviria veía con asombro las propuestas de la ministra Carolina Corcho, una médica radical que le había hecho oposición cuando él estaba a cargo de esa cartera. En esa posición, Gaviria la había acusado de entregar información falsa en medio de la pandemia.

La molestia, sin embargo, se hizo pública de manera rápida y el detonante fue la reforma a la salud. El país conoció un documento en el que Gaviria expresaba su profundo desacuerdo con la reforma a la salud. “Puede hacer daño. Mucho daño”, decía el escrito.

Era un texto escrito desde el corazón y el estómago. “Todo esfuerzo reformista debe empezar por un diagnóstico, por un análisis de lo que funciona y no funciona, por una evaluación de las capacidades y las heterogéneas realidades territoriales. Esto no ha ocurrido con la reforma a la salud que ahora se propone”, decía.

Estas duras críticas le terminaron costando a Gaviria, que fue citado en la tarde de este lunes por el presidente Gustavo Petro, quien le pidió su renuncia.

Más dramática resultó la salida de Urrutia y Ariza, quienes venían desempeñando sus funciones aparentemente sin problemas y se enteraron de su salida por medios de comunicación, es decir, en ningún momento, según afirman ambas exfuncionarias, fueron notificadas de que las iban a sacar de su cargo.

“He decidido nombrar a Aurora Vergara como ministra de Educación y a Astrid Rodríguez como ministra del Deporte, para que con nuevas energías puedan culminar el proceso de reformas iniciadas”, dijo Petro.

Las ahora exministras María Isabel Urrutia y Patricia Ariza indicaron que desconocen las razones de sus salidas. Se enteraron en la alocución presidencial.

Urrutia mostró su inconformismo por su salida. En Caracol Radio, la exfuncionaria señaló que desconocía del anuncio que el presidente hizo. “Estoy esperando que me digan por qué me declara insubsistente”, dijo.

“No me explico ni mi preguntaron, pero así es la política. Pero bueno, no me mortifica, la política es cambiante”, señaló Urrutia, quien había llegado al gabinete como cuota del partido de La U.

María Isabel Urrutia, exministra del Deporte. | Foto: GUILLERMO TORRES

Una reacción similar tuvo la saliente ministra de Cultura, Patricia Ariza, quien reveló que Petro “no había hablado conmigo”, aunque reconocía que había algunas diferencias en la visión cultural.

Desde la Casa de Nariño le dijeron a SEMANA que los cambios obedecen a una oxigenación que se quiso dar en el gabinete ministerial y por eso el mandatario hizo el anuncio.

No obstante, hay que tener en cuenta que la salida de Urrutia y Ariza se dio apenas horas después de una cumbre que sostuvo el presidente Petro con los presidentes de los partidos de la coalición, a quienes citó para tratar de buscar consensos frente a la reforma a la salud.

Uno de los puntos en los que coinciden los partidos de la coalición de gobierno es que no se han sentido bien tratados con la representación que han tenido en el gabinete. De hecho, un senador conservador le reconoció a esta revista que sí estaban a la espera de “mensajes” de parte del presidente y no se descartaba algún movimiento en el gabinete.

No se puede olvidar que la ministra Ariza era una de las pocas carteras que pertenecía más a Petro que a algún partido político.

Inestabilidad

Este remezón tempranero, en apenas siete meses de Gobierno, revive el temor que se había sembrado en algunos sectores frente a la inestabilidad que suele haber en las administraciones de Petro.

El libreto ya está escrito. Cuando fue alcalde de Bogotá, solo en los dos primeros años en el Palacio Liévano, se produjo la salida de más de 20 altos funcionarios de la administración distrital. Esto llevó a múltiples analistas a expresar críticas, pues esta inestabilidad atentaba contra la gobernabilidad de la ciudad.

Recapitulando, y como si la historia se repitiera, a menos de seis meses de la posesión en la Alcaldía de Bogotá, a Petro le renunció el primer secretario de Gobierno, Antonio Navarro Wolf, y a los pocos meses le siguieron tres más: Guillermo Asprilla, Guillermo Jaramillo y Hugo Zárrate.

Antonio Navarro Wolf fue el primer funcionario que le renunció a Petro cuando fue alcalde. | Foto: Fotos Semana

Posteriormente, cuando se produjo la destitución de Petro por parte de la Procuraduría, se produjo la renuncia de todo el gabinete, que decidió salir a las calles a apoyarlo. Esto produjo que luego de volver al cargo, el entonces alcalde tuviera que armar por completo su gabinete.

Se esperaba que esto trajera algo de estabilidad, pero nada más alejado de la realidad: al terminar su administración, Petro rompió récord: 43 cambios en su equipo de gobierno. ¿Se está empezando a repetir la historia?