Vuelve y juega. Al Congreso de la República llegará en los próximos días una ambiciosa reforma para disminuir los amplios privilegios de los que gozan hoy los congresistas.
El paquete de reformas anunciado por los senadores Gustavo Bolívar e Iván Cepeda, así como por la representante Catherine Juvinao, incluye reducir las vacaciones de los congresistas, limitarles el número de periodos que se pueden reelegir y disminuirles el salario.
Frente a este último punto, que es una de las peticiones constantes de los colombianos, por ahora lo que se plantea es que los congresistas tendrían un tope salarial de 25 salarios mínimos, que a cifras de hoy serían unos 25 millones de pesos.
Cabe aclarar que actualmente, como lo explicó el senador Gustavo Bolívar, los congresistas devengan 34 salarios mínimos, “lo que se convertirá en 37 salarios mínimos con el aumento que nos tienen que hacer para este año”.
“Es un acto simbólico porque muestra que queremos un país más equitativo”, indicó Bolívar.
El otro proyecto con el que se busca que el Congreso dé muestras de querer renovarse es el que reduce a la mitad las vacaciones de los congresistas. Actualmente, los parlamentarios gozan de cuatro meses de receso. El periodo legislativo hoy va del 20 de julio al 16 de diciembre y del 16 de marzo al 20 de junio.
La idea es que ahora el receso sea solo de dos meses. “Con la reforma, el receso legislativo va del 20 de julio al 20 de diciembre y se retoma desde el 20 de enero hasta el 20 de junio”, explicó la representante de Alianza Verde Catherine Juvinao.
“El receso legislativo interrumpe de forma brusca el control político y la discusión de proyectos”, agregó Juvinao.
Además de reducirles las vacaciones, la reforma también plantea que los congresistas no podrán reelegirse por más de tres periodos, esto con el fin de que no se presenten casos en los que los parlamentarios duran más de 20 años en sus curules.
“La idea es que el límite sea a tres periodos sin importar si es en la Cámara en el Senado, vamos a hacer claridades en ese sentido”, manifestó el senador Cepeda.
La propuesta también incluye modificaciones en cuanto a las inasistencias de los parlamentarios a la sesiones.
“Ya no solo se tendrán en cuenta para la pérdida de investidura las inasistencias a las plenarias, como ocurre actualmente, sino también a las comisiones. El congresista que durante una legislatura tenga seis inasistencia podrá ser demandado y se expone a perder su curul”, explicó Juvinao.
Si bien estos planteamientos de los llamados partidos alternativos y que ahora serán gobierno resultan llamativos para la galería, y de convertirse en realidad serían un mensaje importante para el país, llama la atención que se lancen justo cuando el gobierno entrante de Gustavo Petro anuncia su reforma tributaria y cuando los autores de estas propuestas son conscientes de que es muy difícil que el Congreso apruebe este tipo de propuestas por varias razones.
El primer elemento que hay que tener en cuenta es que tanto el recorte de las vacaciones como la reducción de salarios de los congresistas deben tramitarse mediante reformas constitucionales, que son proyectos que requieren superar ocho debates y no cuatro, como los proyectos ordinarios, y además necesitan mayorías especiales, es decir, es más difícil su aprobación y la conformación de quorum.
A esto debe sumarse el hecho de que, según anunció el gobierno entrante de Gustavo Petro, la prioridad del gobierno y por ende del Congreso durante el primer año será el trámite de iniciativas complejas, como las reformas tributaria y agraria, las modificaciones al sistema de salud y la reforma política.
Esto muestra que durante el primer año difícilmente se podrá tramitar una reforma constitucional que tenga que ver con el recorte de vacaciones o reducción del salario de los congresistas.
Adicionalmente, si bien la conformación de este nuevo Congreso es distinta, las mayorías las siguen teniendo los partidos tradicionales que históricamente han hundido las propuestas que buscan reducir los privilegios de los parlamentarios y cada vez encuentran formas más ‘creativas’ de hacerlo.
Otro elemento que hay que tener en cuenta es que generalmente los congresistas se declaran impedidos para tramitar proyectos en este sentido al considerar que están legislando en causa propia, por lo que seguramente muchas de estas normas solo se podrán aplicar desde 2026, es decir, no afectarían al actual Congreso.
No obstante, los autores de esta reforma se mostraron optimistas frente al futuro de estas iniciativas. “Tenemos gobierno y tenemos mayorías en el Congreso”, indicó Juvinao.