Para nadie es un secreto que el internet se ha convertido hoy en día en un elemento de primera necesidad, especialmente para los estudiantes que requieren de este servicio para acceder a clases o hacer sus investigaciones. Incluso, hay quienes aseguran que tener conexión a la web es ya un derecho fundamental.

Pensando en suplir esta necesidad, especialmente para los hogares de los estratos 1 y 2, acaba de ser radicado un proyecto de ley, en la secretaría de la Cámara de Representantes, que pretende que se establezca un mínimo vital de internet para hogares de bajos recursos.

En esencia, la iniciativa plantea que para los hogares de los estratos 1 y 2 se entregue, de manera gratuita, un mínimo de conexión al mes que sea “suficiente” para que los estudiantes puedan desarrollar sus actividades académicas sin inconvenientes.

Para ello, la norma, de autoría del representante conservador Alfredo Ape Cuello, señala que el Ministerio de las TIC, en el plazo de seis meses luego de aprobarse el proyecto, deberá establecer qué cantidad de internet se deberá entregar a los hogares como mínimo vital.

“El mínimo vital de internet se financiará con la destinación del valor de un segundo por cada plan prepago de los planes de datos y el valor de tres segundos por cada plan pospago de los planes de datos comercializados en el país”, indica el proyecto.

El texto señala que el monto de estos recursos serán parte del fondo único de las tecnologías de la información y las comunicaciones y serán de destinación exclusiva para la financiación del mínimo vital de internet. Las empresas que presten servicios de telecomunicaciones deberán trasladar este valor al Fondo de manera mensual.

“Los prestadores del servicio de telecomunicaciones, en ningún caso podrán abstenerse de prestar el mínimo vital de internet a los usuarios que tengan derecho al mismo”, agrega el proyecto.

Pese a la importancia de este servicio, que en Colombia ya fue catalogado como servicio público esencial, en virtud de la Ley 2108 de 2021, la brecha en es preocupante, pues, según el DANE, solo el 56,5% de los hogares en Colombia tiene acceso a internet y las zonas rurales del país se siguen llevando la peor parte, pues solo el 23,8% de los hogares en esos territorios cuenta con este tipo de conexión.

De acuerdo con el docente y experto en asuntos de educación Julián de Zubiría, “A esos niños y jóvenes se les está violando el derecho a la educación. Los profesores hacen todo el esfuerzo posible, pero no hay que olvidar que Colombia es uno de los pocos países del mundo en el que los niños no tienen textos escolares gratuitos. La TV educativa no fue planeada con criterios pedagógicos y solo está llegando al 3 % de los estudiantes. La educación por teléfono o WhatsApp tampoco garantiza el derecho”.

Según el docente, contar con un mínimo vital de internet, para las poblaciones de escasos recursos, significa garantizar otros derechos como a la salud, la participación política y el trabajo, entre otros.

De esta manera, también se contribuye al cierre de brechas de desigualdad e inequidad, fortalece la democracia e impulsa la innovación y el emprendimiento.

De acuerdo con la Comisión de Regulación de Comunicaciones, en 2020 el consumo promedio por usuario fue de 2 GB al mes y en 2021 dicho consumo aumentó a 2,6 GB al mes. Es decir que la necesidad de conexión aumentó. Dato que contrasta con los altos costos de las tarifas en Colombia. Por ejemplo 1 GB en Chocó cuesta en promedio $90.000. En países como Estados Unidos, por ejemplo, el servicio de internet se cobra a partir de 60 GB de consumo.