La Comisión Séptima de la Cámara aprobó, este miércoles, el proyecto de ley 325 de Cámara y 001 de Senado, que tiene como objeto principal la regulación de vapeadores y cigarrillos electrónicos en Colombia. La iniciativa queda así a solo un debate de convertirse en ley.
Dicha regulación contempla los Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (Sean), los Sistemas Similares Sin Nicotina (Sssn) y los Productos de Tabaco Calentado (PTC).
“Llevamos varios años insistiendo en la actualización y modificación de la Ley Antitabaco 1335 de 2009, con el propósito de adecuar el uso de los cigarrillos electrónicos y los vapeadores a las nuevas realidades que han surgido desde su expedición. De esta manera, los sistemas de fumado y vapeo serán regulados, de tal forma que se puedan brindar garantías de protección al derecho a la salud de los colombianos, en especial de los menores de edad” explicó su autor, el senador José David Name, del partido de la U.
En Colombia, 1,1 millones de personas dicen haber consumido alguna vez en la vida cigarrillos electrónicos o vapeadores, según datos de la última Encuesta Nacional de Sustancias Psicoactivas del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane). La prevalencia más alta del consumo de estos productos se encuentra en la población de 18 a 24 años, con 11,9 por ciento, seguida por los niños y adolescentes de 12 a 17 años, con 6,7 por ciento.
“Estamos en mora de entregarle al país una ley que proteja a esta nueva generación del tabaquismo. Le solicitamos, de manera respetuosa, a la mesa directiva de la Cámara de Representantes, priorizar en la agenda de la Plenaria, este último debate. Agradecemos a los Representantes de la Comisión Séptima por el respaldo al proyecto, así como a la Senadora Norma Hurtado y el Representante Victor Salcedo por su compromiso con la defensa de la salud pública”, sostuvo el congresista.
Un riesgo para la salud
Hace solo unas semanas, se conocieron los preocupantes hallazgos del estudio ‘Perspectivas iniciales sobre las enfermedades asociadas al vapeo en Colombia: evidencia para la acción’, que abrevó información de dos importantes bases de datos: la Encuesta Nacional sobre Consumo de Sustancias Psicoactivas (ENCSP) de 2019 y el Sistema de Información de Prestaciones de Salud (Rips), del sistema de salud colombiano.
Liderado por la Universidad Industrial de Santander (UIS), el estudio develó dos cifras angustiantes en un país con un enorme vacío legal en materia de comercialización y publicidad de vapeadores y cigarrillos electrónicos: entre 2020 y 2022 se presentaron 59 muertes “asociadas” al vapeo y 245 casos.
Álvaro Javier Idrovo es médico y docente del área de salud pública de la UIS y uno de los autores de la investigación. En diálogo con SEMANA, explica que “en el caso de los enfermos y de los muertos a causa del vapeo, se usaron unos datos que se llaman Rips, que se generan todos los días a partir de la atención médica en los servicios de salud en Colombia. Fueron los propios médicos los que registraron los 245 casos y las 59 muertes asociadas al vapeo que consignamos en el estudio. Por primera vez en el país se tiene registro, convincente, de que sí hay enfermedad asociada al vapeo en Colombia”.
Luego de este estudio, las alarmas se encendieron en Colombia, donde desde hace varios años los neumólogos han advertido sobre los graves efectos de los vapeadores en la salud, en especial en niños y jóvenes, población en la que se ha masificado su consumo en los últimos cinco años.
Uno de ellos es Germán Díaz, coordinador contra el tabaquismo, similares y medioambiente de la Asociación Colombiana de Neumología y Cirugía del Tórax. Según explica a SEMANA, los vapeadores generan daños en varias áreas del organismo: desde infarto agudo hasta delicadas enfermedades cerebrovasculares, pasando por la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (inflamación de los pulmones), crisis asmáticas, diferentes tipos de cáncer (renal, testicular y de próstata) y afectaciones en la salud bucal (úlceras y periodontitis).
Y agrega sin ambages que su consumo “está rodeado de mitos y mentiras: que no contienen nicotina, que no generan dependencia, que sirven para dejar de fumar. Todo eso es falso”.
En este punto entra la más grande preocupación de los especialistas: “Como no están regulados, no se conocen sus componentes. Solo que existen variedades que los hacen atractivos para jóvenes, que los compran sin restricción. Por eso, ni siquiera los padres de familia se dan cuenta de que los hijos los consumen: no huelen mal, no dejan rastro”, asegura este neumólogo.
En ello está de acuerdo Idrovo: “El vapeo incorpora una amplia variedad de sustancias como la nicotina. Lo peligroso, precisamente, es que no existe claridad sobre cuáles son exactamente y no se especifican en los empaques. Lo que hemos podido verificar en algunas aproximaciones de otros estudios que estamos adelantando es que suelen mezclarse con otros tipos de sustancias peligrosas, incluyendo adictivas como la marihuana”.