El director de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, Carlos Carrillo, reconoció una vez más que la entidad que dirige fue cooptada por la corrupción. Lo hizo este lunes 6 de mayo desde la localidad de Ciudad Bolívar, en Bogotá.
“Y no en este gobierno, esto viene desde que se creó la entidad. Esa clase política no se fue el 7 de agosto de 2022, a esa clase política corrupta todavía nos sigue correspondiendo sacarla del Gobierno. Sacarla“, dijo. El público que asistía al auditorio aplaudió.
Carrillo manifestó: “Se colaron unos y traicionaron al señor presidente Gustavo Petro y traicionaron el proyecto de cambio. Esas personas no caben en este gobierno”.
Los corruptos, añadió, “que se vayan a la derecha, al centro, pero en la izquierda no tienen espacio. No lo pueden tener. Eso es lo que estamos haciendo. Yo quisiera ver que otro gobierno hubiera sido capaz de coger la UNGRD, que es tan poderosa, y abrir la caja de pandora. Ninguno”.
Carrillo intenta desmarcar al gobierno de Gustavo Petro del escándalo que toca a la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, que el país conoció porque el exdirector Olmedo López y el subdirector Sneyder Pinilla, ambos contratados en el actual mandato, empezaron a encender el ventilador y a contar qué se escondía detrás de un millonario contrato de compra de 40 carrotanques que no sirvieron en La Guajira. Fiscalía, Contraloría y Procuraduría investigan presuntos sobrecostos e incumplimientos.
Aunque nadie desconoce los focos de corrupción en años anteriores, está claro que Olmedo López llegó a la dirección de la Unidad Nacional del Riesgo porque el presidente Gustavo Petro así lo consideró. Él lo nombró y lo posesionó.
De hecho, el propio Carrillo reconoció en su momento que López llegó a la Casa de Nariño por cercanía con el sector político de la senadora del Pacto Histórico Clara López y el exalcalde de Medellín Daniel Quintero. Ambos han desmentido esas versiones.
Además, la compra de los carrotanques, de donde supuestamente habrían salido los 3.000 millones de pesos para el presidente del Senado, Iván Name, y los 1.000 para el presidente de la Cámara, Andrés Calle, fueron contratados por este gobierno.
El propio Olmedo López, a nombre del presidente Gustavo Petro, presentó los vehículos en febrero de 2024 en el coliseo de Uribia, Guajira. Los pobladores, carentes de agua, aplaudieron la iniciativa y pensaron que el cambio por fin había llegado a esa región del país.
Tras el escándalo, los Wayuu, los más afectados con los sobrecostos porque varias inversiones se detuvieron para la Alta Guajira, comprendieron que el agua prometida por Petro, a través de los carrotanques, no llegó.
Con el ruido de la corrupción a cuestas, los indígenas soportaron la inclemencia del fenómeno de El Niño, que prolongó la sequía durante varias semanas en el desierto.
En la primera semana de mayo, tal como lo preveían, primero llegaron las lluvias, antes de que el Gobierno nacional definiera qué va a pasar con los carrotanques que se necesitan para mover agua, así sea en las zonas más cercanas al casco urbano de Uribia.