Las sesiones extra convocadas por el Gobierno tienen una misión única en la Cámara de Representantes: conseguir que la reforma a la salud sea aprobada en su segundo debate en la plenaria porque, si esto no sucede, la discusión tendría largas hasta febrero de 2025.

Falta que ese recinto resuelva nueve impedimentos presentados por los congresistas para comenzar la discusión y los ministerios del Interior y de Salud están convencidos de que los tiempos sí les darán para sacarla adelante esta misma semana, en las sesiones extra, convocadas por el ministro Juan Fernando Cristo.

Pero en el fondo, el Ejecutivo sabe que le será difícil tener cuórum en las últimas sesiones de la semana por el antecedente de los días recientes en los que no lograron sesionar hasta altas horas de la noche, por lo que la estrategia está centrada en iniciar la discusión este mismo lunes 16 de diciembre (la última sesión ordinaria) y tramitarla, ojalá, entre martes y miércoles.

Como el tiempo apremia, los promotores de la reforma a la salud alistan votaciones en bloques, haciendo uso de la misma estrategia que aplicaron en la Comisión Séptima de la Cámara y el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, afirmó que “cinco días son más que suficientes para que la reforma sea debatida”.

Sin embargo, para cumplir su objetivo, el Gobierno y los ponentes de la reforma a la salud deben superar varios tropiezos. El primero de ellos es que hay varios representantes que buscan darle largas a la discusión para negociar el texto con los nuevos ministros, pues se comenta que Cristo y Jaramillo ya van de salida para enfocarse en su aspiración electoral de 2026.

El segundo es que los representantes están molestos con el manejo de la corporación, que ha hecho el presidente Jaime Raúl Salamanca, por lo que terminaron desbaratando el cuórum en las jornadas anteriores y no descartan salirse de las que se darán esta semana.

Un tercer punto tiene que ver con el voto de los conservadores, porque el Gobierno sabe que puede sumar apoyos azules a cuenta gotas, pero estos temen respaldar públicamente el proyecto por la decisión que ya tomó el partido en discusiones previas de no sumarse a ese articulado.

“El llamado es a que no pupitreen esta reforma. Que no pretendan que, mientras los colombianos están cantando villancicos y haciendo novenas, pupitrear en la Cámara de Representantes una de las reformas más importantes para todos nosotros, solo por los caprichos electorales de los ministros Cristo y Jaramillo. Quieren pasar por encima la posibilidad de tener una discusión a fondo”, solicitó el representante del Centro Democrático, Andrés Forero.

En contraste, la representante del partido liberal, María Eugenia Lopera, defiende que “se ha trabajado y conectado con todos los sectores y es un texto con muchos consensos. Es claro que no todo el mundo está de acuerdo, pero esto es más por los temas políticos”.

Ministros Juan Fernando Cristo y Guillermo Alfonso Jaramillo. | Foto: Tomada de X @MinInterior

En medio del debate, hay otro punto de discordia. Los congresistas de la bancada independiente quieren que sus firmas sean retiradas de los autores de la reforma a la salud, porque aseguran no sentirse identificados con la acumulación que hicieron los ponentes del proyecto del Gobierno y el de ellos (que había sido construido con la comunidad médica).

Si eso ocurre, el Ministerio de Salud quedaría como el único responsable del proyecto que pretende aprobarse en segundo debate antes de que termine el año.