Una de las promesas centrales del presidente Gustavo Petro durante la campaña electoral fue la de otorgar una renta de 500 mil pesos mensuales para los adultos mayores que no se alcanzaron a pensionar. De hecho, este fue el principal argumento para plantear una reforma a las pensiones en Colombia.
“En Colombia no hay subsidios, hay limosnas, es diferente; la limosna mantiene a la persona en la pobreza, por eso son de 160.000, de 70.000 para jóvenes, 90.000 pesos para viejos. Es mantener a una persona en la pobreza porque la línea de la pobreza, según el Dane, es de 350.000 pesos”, dijo el hoy jefe de Estado durante un debate de SEMANA y El Tiempo.
Petro afirmó que una transferencia de dinero del Estado hacia un ciudadano es para sacarlo de la pobreza. De hecho, habló de medio salario mínimo para sus beneficiarios.
No obstante, según reveló la Presidencia de la República, en la reforma pensional que se radica este miércoles en el Congreso el subsidio que plantea el Gobierno es menor a lo anunciado por Petro.
Según explicó el Gobierno, habrá un pilar solidario que se aplicará a todos los mayores de 65 años en el país que no se pensionaron, los cuales son cerca de 2,5 millones, y que corresponsal al nivel C3 del Sisbén.
“A esta población se les otorgará una renta equivalente a $223.800, equivalente al umbral de pobreza extrema proyectado para el 2024″, indica la Presidencia.
Este valor de 223.800 es tres veces lo que reciben hoy en el programa Colombia Mayor, pero no alcanza ni la mitad de lo que había prometido Petro. Incluso, estaría por debajo de los 350 mil pesos que dijo Petro en campaña era la línea de pobreza.
En esencia, la reforma plantea tres pilares pensionales. En el primero estarían los adultos mayores que no se alcanzan a pensionar y reciben una renta, a precios de hoy, de 223.800 pesos.
El segundo pilar son los trabajadores que ganan entre uno y tres salarios mínimos, cuyo ahorro tendría que ir a Colpensiones.
Y el tercer pilar es para aquellos que devengan más de tres salarios mínimos. En ese caso, deberán aportar sobre salarios mínimos a Colpensiones y el restante podrá ir a los fondos privados.
La necesidad de reformar el sistema
Uno de los pocos consensos que existe con respecto al sistema de pensiones en Colombia es que necesita reformarse. Todos los expertos de izquierda, de derecha, de la academia, del sector privado y del exterior han advertido sobre la necesidad de conjurar la temida bomba pensional.
No se puede seguir con la dramática estadística de que solo una de cada cuatro personas mayores accede a pensión. Ni con dos regímenes que fueron creados hace 30 años, con supuestos de la década de los ochenta, y que no han logrado actualizarse a las nuevas necesidades del mercado laboral.
Es un sistema que está haciendo agua por el lado público al tener que subsidiar a sus 1,5 millones de pensionados, pues sus ahorros ya fueron gastados para pagar las mesadas. También tiene graves problemas por el lado privado, dado que las administradoras de fondos de pensiones (AFP) no lograron competir entre ellas para reducir los costos a los afiliados y, peor aún, se concentraron en solo cuatro jugadores, dos de los cuales tienen el 87 % del mercado.
Los fondos privados tampoco cumplieron la promesa de otorgar pensiones suficientemente altas para mantener el consumo de los trabajadores que se jubilan, al tiempo que el mercado financiero local falló al no desarrollar productos que ayudaran a compensar los riesgos financieros y de extralongevidad que enfrentan los cotizantes.
En Estados Unidos, por ejemplo, hay un sistema de seguridad social que se financia con los impuestos sobre la nómina, pero también una amplia oferta de fondos de pensiones privados, en los que aportan empleados y empleadores. Son fondos regulados por el Departamento del Trabajo y deben cumplir con ciertos requisitos legales para asegurar que estén debidamente financiados y protegidos contra quiebras o insolvencias. Asimismo, los trabajadores son responsables de gestionar sus planes de pensiones privados. Esto significa que deben tomar decisiones en cuanto a la cantidad que contribuyen y cómo invierten sus ahorros.