La Alianza Verde, el partido político que durante años ha enarbolado las banderas de la lucha contra la corrupción, pasa por un pésimo momento. Su fundador, Carlos Ramón González, renunció en la mañana de este viernes 26 de julio a la Unidad Nacional de Inteligencia porque terminó envuelto en uno de los más fuertes escándalos por corrupción del gobierno de Gustavo Petro y que se gestó en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres.
“Acepto la renuncia de Ramón González, director de Inteligencia Nacional”, anunció Gustavo Petro desde París.
“Su cargo como responsable de inteligencia civil es incompatible con cualquier investigación judicial y con el mismo aparato de justicia del país”, argumentó el presidente.
La decisión del primer mandatario se dio un día después de que Carlos Ramón González –quien acompaña a Petro desde las épocas del M-19– le dijera al país que su inocencia “era irrefutable”, en medio de los fuertes cuestionamientos de la fiscal Andrea Muñoz, quien adelanta la investigación tras las explosivas denuncias del exdirector de la UNGRD, Olmedo López.
Ella, tras una minuciosa investigación, señaló a González como cerebro de la entrega de la coima al entonces presidente de la Cámara, Andrés Calle, y del Senado, Iván Name, que sumó 4.000 millones de pesos.
“La entrega de 1.000 millones de pesos directamente al presidente de la Cámara, Andrés David Calle Aguas, conforme con las instrucciones que le dio Carlos Ramón González Merchán (a Olmedo López), quien para ese momento se desempeñaba como director del Departamento de la Presidencia de la República (Dapre)”, expresó la jurista.
Los señalamientos de la Fiscalía, cargados con pruebas, no son de poca monta. Y llevaron a que la permanencia del exguerrillero del M-19 fuera insostenible en la Casa de Nariño.
En realidad, González quería irse del Gobierno desde hace meses, cuando salió del Dapre tras la llegada nuevamente al poder de Laura Sarabia. Aun así, trasladó su poder a la Unidad Nacional de Inteligencia, una entidad sensible y cercana para el presidente Petro.
Carlos Ramón es fundador de la Alianza Verde, un partido que está salpicado en el escándalo de la UNGRD por culpa de sus propios dirigentes políticos. Por eso, el comité de ética de la colectividad no avanza en las investigaciones ni expulsiones contra él ni contra los otros comprometidos en el escándalo de corrupción.
Este jueves 25 de julio, por ejemplo, el embajador de Colombia en Argentina, Camilo Romero, quien también hace parte de los Verdes, terminó salpicado en este escándalo.
La Fiscalía documentó que el hoy diplomático y exgobernador de Nariño había sugerido varias hojas de vida a Olmedo López para la UNGRD e informó que Romero, al parecer, incidió en los contratos de obra pública en los municipios de Cotorra (Córdoba), Saravena (Arauca) y Carmen de Bolívar (Bolívar), y que como se ha conocido tuvieron un valor de 90 mil millones de pesos.
Como si fuera poco, hay suficiente material probatorio en la justicia para determinar que el expresidente del Senado, Iván Name, recibió los 3.000 millones de pesos de la entidad que, según confesaron Olmedo López y Sneyder Pinilla (exsubdirector de la UNGRD), los tramitó la entonces alta consejera para las Regiones, Sandra Ortiz.
Ortiz también pertenece a la Alianza Verde, fue senadora y su caudal electoral está en Boyacá, su departamento de origen.
Este escándalo, que sin duda le costó la cabeza en el Gobierno al fundador del partido, pondrá a la colectividad a decidir de una vez por todas si sigue cercana al gobierno de Gustavo Petro o si, al contrario, salta a la independencia y marcan distancia de la Casa de Nariño.