La relación sentimental entre Ricardo Roa y Julián Caicedo llevó al presidente de Ecopetrol a romper su silencio y a enfrentar su orientación sexual ante muchas personas que desconocían sus preferencias amorosas. En otras palabras, a salir del clóset, como él lo reconoce.
“Yo pasé 62 años de mi vida sin que nadie supiera cuál era mi orientación sexual ni con quién vivía o no. Ahora hasta me toman fotos si voy al baño en un restaurante. Soy una persona que no me gusta la figuración, pero creo que estos odios y tantos cuestionamientos son injustos. Estoy muy tranquilo y lo seguiré estando, porque en mis actuaciones siempre he sido moral, absolutamente legal y ético”, narró Roa.
El momento más difícil del presidente de Ecopetrol fue cuando la prensa confirmó su noviazgo con Julián Caicedo, un joven profesional, viajero y que muestra en sus redes sociales sus atributos físicos que admiran sus casi 3.000 seguidores.
“El día más difícil fue cuando sacaron mi relación con Julián en medios, prácticamente volvieron un calendario con fotos de él, imágenes muy privadas. Al día siguiente tenía un evento. Era la primera vez que iba a enfrentar a un público del sector, todos conocidos, pero el día anterior se había revelado mi orientación sexual. Fue muy duro”, señaló Roa.
“Antes, nadie sabía de mi vida íntima o privada, ni en el escenario académico, laboral o profesional. He dictado clases en las universidades Externado, Nacional y Antonio Nariño y nunca tuve ni un solo lío o necesidad de que un ser humano alguno supiera sobre mi orientación o condición sexual. Eso nunca fue necesario. Obviamente que a estas alturas de la vida, ya no estando vivos mis padres, el único temor que tenía era que supieran mi condición”, agregó.
Y ¿cómo se enteró su madre?, preguntó SEMANA. “Mi madre, por ejemplo, cuando se enteró, me dijo: ‘Hijo, yo no entiendo el mundo moderno, no sé nada, lo único que sé es que lo amo y lo voy a seguir amando por toda la vida. Sea lo que usted quiera ser, a mí me va a hacer feliz’. Eso me lo dijo hace 40 años, cuando se enteró de mi orientación sexual. En adelante, nunca fue un tema relevante ni un tema sobre el cual alguien pusiera una sombra de duda”.
Julián lo llama “tesoro”. Y Roa, a él “tesoro” o “corazón”. Se conocieron en Cartagena hace seis años, pero llevan viviendo cuatro.
“Vi en Julián a una persona muy apuesta, muy organizadita, muy bien parada; me acerqué, conversamos sobre qué hacía el uno y qué hacía el otro. Y como a los dos meses nos pudimos ver en Bogotá. Ahí empezamos a tener una relación de amistad. Él se fue a trabajar a Chile, regresó y empezamos a trabajar juntos en alguna empresa, luego en Honduras. Y, después, empezó una relación en un plano diferente. Llevamos seis años de conocidos y cuatro años como pareja, viviendo”, narró Roa.
Una versión similar tiene Julián Caicedo: “Nos conocimos en un evento empresarial en Cartagena, me fui a acercar a tomar un café y lo vi, empezamos a conversar y poco a poco se fue dando la charla, compartimos números telefónicos y quedamos de vernos en Bogotá”.
Por ahora no han visto necesario casarse, pero el tema del matrimonio ha sido motivo de conversación entre la pareja. Tampoco han contemplado la adopción de hijos, porque tienen tres gatos y varios sobrinos.