Rodolfo Hernández no deja de sorprender. Contra viento y marea se inscribió este viernes 7 de julio ante la Registraduría como candidato a la Gobernación de Santander. Al mismo tiempo, circuló un video en las redes sociales donde explica cómo sorteará la entrega de avales de su partido político, la Liga de Gobernantes Anticorrupción, para candidatos a concejos, asambleas, alcaldías y gobernaciones.
En las imágenes, el santandereano anunció lo siguiente: “Oficialmente abrimos la convocatoria, la Liga de Gobernantes Anticorrupción ya es un hecho, nunca le habían puesto tantas trabas a un partido. Debe ser porque estamos armando el mejor equipo de Colombia y aquí no caben los corruptos, aquí no entra cualquiera, pero los que entren, seguramente, serán los mejores candidatos del país”.
Y envió otro mensaje: “Si usted quiere hacer política de la buena, trabajar por Colombia con honestidad, berraquera y compromiso, aquí los esperamos”.
Tal y como lo anunció en las imágenes, Hernández retomará nuevamente el discurso anticorrupción que lo llevó a respirar electoralmente en el oído de su contendor Gustavo Petro en la pasada campaña presidencial.
Sin embargo, actualmente el ingeniero enfrenta una destitución e inhabilidad por 14 años para ejercer cargos públicos por parte de la Procuraduría por el escándalo de Vitalogic. Cabe recordar que el Ministerio Público dijo que el ingeniero, en su calidad de alcalde de Bucaramanga, tuvo un interés indebido en el proceso de selección del contrato para el aprovechamiento y disposición de residuos sólidos.
Aunque el fallo disciplinario es en primera instancia, es decir, no está en firme, algunos críticos de Rodolfo Hernández le han recordado que el hecho por el que lo investigan es “corrupción”. No obstante, será la segunda instancia la que determine si, realmente, el ingeniero es o no responsable de los hechos que lo señalan.
El problema para Hernández es que la decisión de segunda instancia puede estallarle en sus manos en plena campaña presidencial y le impediría avanzar en su contienda política. O si, en el peor de los casos, resulta elegido gobernador de Santander, tendría que abandonar el cargo o someterse a un desgaste judicial, acudir a la tutela y a la Corte Interamericana de Derechos Humanos para que le protejan sus derechos políticos.
La Procuraduría estableció en el fallo de primera instancia que Hernández, en calidad de alcalde, tuvo contacto directo con los representantes de la tecnología que se iba a implementar en Bucaramanga. En dicho intercambio, el exalcalde entregó “información privilegiada” sobre elementos para tener en cuenta con el fin de viabilizar la adjudicación del contrato.
Esto, según la delegada disciplinaria de Juzgamiento de la Procuraduría, “les daba ventaja sobre sus eventuales competidores en el proceso de selección”.
“Se comprobó que Hernández Suárez, además, sostuvo una reunión en Bogotá con emisarios de la compañía (Vitalogic) no como un acto de cortesía para oír propuestas, sino para conocer cómo se había estructurado el proyecto que previamente había solicitado, y en ella se acordó designar (a) la persona que elaboraría los términos que permitieran que la citada firma contratista fuera la seleccionada”, informó la Procuraduría.
El Ministerio Público también probó que el exalcalde adelantó acciones “destinadas a coaccionar al director jurídico de la Empresa de Aseo de Bucaramanga (Emab), a quien instó a omitir las reglas de contratación y el manual existente para lograr que se formalizara el negocio de basuras”.
Las dos conductas de Hernández fueron calificadas por la Procuraduría como faltas cometidas a título de dolo. La primera de naturaleza gravísima por interés indebido en la celebración de contratos.
Sin embargo, en la decisión de segunda instancia del organismo disciplinario y su posterior revisión penal, se conocerá oficialmente la suerte política del millonario constructor.