Rodolfo Hernández no deja de sorprender. El controvertido senador millonario empezó a cumplir lo prometido en campaña: no aceptará que el Congreso le pague los tiquetes aéreos entre Bogotá y Bucaramanga, donde aún queda su casa familiar y sus negocios personales.

SEMANA conoció que el Legislativo le había financiado los primeros tiquetes en avión al excandidato presidencial, pero el santandereano decidió devolver los recursos económicos. Lo hizo a través de una consignación a una cuenta bancaria del Ministerio de Hacienda y Crédito Público.

Aunque se estima que los tiquetes aéreos de Rodolfo Hernández podrían costar hasta 2 millones de pesos mensuales, él cree que ese dinero podría terminar en manos de los jóvenes que le adeudan al Icetex. Él sabe que la cifra es mínima, pero financiaría a dos o tres jóvenes que no tengan para asumir el compromiso académico. De hecho, Hernández hace parte de los senadores que firmarán para bajarse el sueldo de congresista, un acuerdo de ley liderado por el senador Jota Pe Hernández.

SEMANA conoció que Hernández renunciará al Senado para lanzarse a la Gobernación de Santander. La decisión está tomada, pero no será en las próximas semanas, como inicialmente se pensó.

Lo hará entre noviembre y diciembre porque su campaña en su departamento está casi hecha por el amplio reconocimiento a su trabajo como alcalde de Bucaramanga y excandidato presidencial.

El Senado no es el escenario apetecido de Rodolfo Hernández. De hecho, sería feliz viviendo en la capital de Santander, su tierra, pero se ha ido acomodando al ambiente político.

No hace ruido, no lidera grandes debates ni se hace sentir en el Capitolio, pero desde esa plataforma política puede ayudar a algunas regiones. Por ejemplo: está esperando a que se posesione el nuevo ministro de Transporte, Guillermo Reyes, para jalonar proyectos en materia de infraestructura para Yopal, Santander, Vichada, entre otras zonas del país.

Está pendiente de encontrarse nuevamente con el presidente Gustavo Petro para finiquitar grandes inversiones para Santander, su departamento, entre ellas, acueducto, alcantarillado y planta de tratamiento de aguas negras. Lo mismo que un proyecto de mejoramiento vial, entre otros. La idea de Rodolfo Hernández es que el presidente de izquierda visite Santander. Quiere llevarlo hasta Piedecuesta, el lugar donde nació.

Volviendo al papel del santandereano en el Senado, SEMANA estableció que ya tiene estructurado un proyecto sobre la paz del país, una iniciativa que modificará la Ley 80 de contratación y otro que promete atacar la corrupción.

Rodolfo Hernández no tiene afán de irse. El Consejo Nacional Electoral aún no le notifica la decisión de otorgarle la personería jurídica a la Liga de Gobernantes contra la Corrupción, su nuevo partido político. Además, tendrá que esperar que le definan el monto de la financiación por parte del Estado.

Mientras sigue en su curul del Senado, avanza en la estructuración de su partido político y examina cómo se conformarán los directorios municipales de cara a las elecciones regionales del 2023.

En noviembre o antes si algo extraordinario ocurre, el ingeniero dará un paso al costado y se unirá a la carrera por la Gobernación de Santander, un escenario que ya tiene aventajado frente a sus demás contrincantes.