Toda una polémica se ha desatado en el país tras las palabras del comisionado de paz, Danilo Rueda, en el sentido de que Iván Márquez y la Segunda Marquetalia tendrían la intención de hacer parte de la llamada paz total.

“Podemos afirmar que él (Márquez) es uno de los que ha enviado los mensajes y que hay un grupo de ellos que directamente se acercan a este diálogo de exploración de las posibilidades de un diálogo hacia la paz”, aseveró.

Además, dijo que Márquez está entre “enfermo” y “convaleciente”, y explicó que no ha hablado directamente con él, pero sí con personas cercanas a su círculo.

Tras conocerse esta información, han sido de todo tipo los argumentos, a favor y en contra, frente a la posible inclusión de la Segunda Marquetalia, liderada por Márquez, en un nuevo proceso de paz, a pesar de que traicionaron lo pactado en La Habana con las Farc.

Pero, sin duda, uno de los pronunciamientos más llamativos fue el del expresidente Ernesto Samper, quien en buena medida justificó que Márquez y sus secuaces hayan abandonado el acuerdo de paz.

“Estoy con @ComunesCoL en el regreso de Iván Márquez y cientos de firmantes del Acuerdo de Paz a la @JEP_Colombia”, trinó Samper.

Luego soltó la perla: “Tienen el derecho porque salieron aterrorizados por el entrampamiento y amenazas de extradición y porque la premisa de la #PazTotal es que se puede barajar de nuevo”.

Lo dicho por Samper no deja de generar controversia si se tiene en cuenta que, de ser incluido en esta nueva negociación, ya sería la tercera vez que Márquez participa en un proceso de paz.

Ya lo había hecho en 1984, durante el gobierno de Belisario Betancur. Tras la firma de los Acuerdos de cese al Fuego, Paz y Tregua de esa guerrilla con ese gobierno en marzo de ese año, Márquez salió a hacer política bajo la bandera la Unión Patriótica (UP), partido fundado en mayo de 1985 en el que se vincularon miembros provenientes de la guerrilla de las Farc, el Partido Comunista, líderes sociales y sindicales, entre otros.

Márquez fue el coordinador en Caquetá de esta colectividad. Fue elegido concejal y en 1986 fue elegido representante a la Cámara por Caquetá en nombre de este partido de izquierda.

Sin embargo, en 1987, luego de una llamada de Jacobo Arenas, entonces líder de las Farc, decidió traicionar lo acordado y volvió a las armas con la excusa de que la Unión Patriótica estaba siendo sometida a un genocidio.

En las negociaciones de los acuerdos de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las Farc en La Habana (2012-2016), el hoy líder de las disidencias tuvo una segunda oportunidad de hacer la paz.

En esa ocasión fue nada menos que el jefe de la delegación de paz de la extinta guerrilla y portavoz de este proceso a nombre del grupo insurgente.

Luego de la firma del acuerdo en 2016, las Farc tuvieron la oportunidad de convertirse en partido político y se les otorgaron 10 curules en el Congreso durante dos periodos: 2018-2022 y 2022-2026; justamente uno de estos escaños en el Senado estaba destinado para Márquez, quien de manera inexplicable decidió no tomar posesión.

El 29 de agosto de 2019 anunció que regresaba a la lucha armada a través de un video en internet. En las imágenes aparecía, junto a Jesús Santrich, alias Romaña y alias El Paisa, todos estos hoy ya muertos en medio de la guerra.

De esta manera, queda en evidencia que ya en dos oportunidades Márquez ha traicionado la paz a pesar de que el Estado le ha tendido la mano. Ahora, según lo dicho por el comisionado de Paz del gobierno de Gustavo Petro, tendría una nueva oportunidad. ¿La tercera será la vencida?