El expresidente Ernesto Samper aseguró que lo que vivió durante su gobierno, con el proceso 8.000, fue una especie de persecución a su gobernabilidad en la que no tuvo cómo defenderse y en que la Fiscalía lo acusaba cuando constitucionalmente no lo podía hacer, por lo que sostuvo: “Fui el precursor de ese lawfare”.
Así lo manifestó el mandatario durante una charla con el periodista Mauricio Jaramillo Jassir, en su programa Paréntesis en RTVC, en el que habló de la judicialización de la política (lawfare) en América Latina.
“Estamos asistiendo a la era de los golpes pasivos, los cuales no tumban presidentes, si no se buscan todas las formas de frenar su gobernabilidad, interfieren en su mandato para que no realicen su programa de gobierno”, señaló Samper.
Y añadió: “La tendencia es que este libreto se repita con los mandatarios progresistas”.
Samper aprovechó para contar lo que ocurrió durante la investigación en su contra en el escandaloso proceso 8.000, cuando su campaña presidencial recibió dinero del narcotráfico del Cartel de Cali.
“Todos los expresidentes que hemos sido en los últimos 40 años, que es lo que lleva a la presencia del narcotráfico, hemos sido víctimas de penetración de nuestras campañas a nivel nacional, no solamente del narcotráfico, sino también de firmas asociadas con la corrupción”, dijo.
Y en su defensa, por lo que vivió durante su gobierno con un proceso en el que la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes llegó a pedir su renuncia, comentó: “Se violaron las normas del debido proceso, no tuve derecho a defenderme, la Fiscalía hizo de acusadora cuando constitucionalmente nadie puede acusar al presidente de la República, distinta a la Comisión de Acusaciones”.
Ante esto, Samper entiende por lo que está pasando en estos momentos el presidente Petro al compararse y asegurar que el 8.000 fue “un golpe blando”: “Yo creo que fui el precursor de ese lawfare”.
Afirmó que por eso mira casos como el del presidente Lula da Silva o en su momento el de la expresidenta de Brasil Dilma Rousseff, “una mujer que el parlamento corrupto la acusó de haber violado una norma presupuestal para poder sacarla del poder y poner una persona (Michel Temer) que le allanara el camino a (Jair) Bolsonaro”.
En su momento, Ernesto Samper ya se había referido al golpe blando en el Gobierno Petro.
En entrevista con SEMANA afirmó que en Colombia se están cumpliendo algunos de los elementos que hacen parte del libreto de golpes blando de Estado.
“Por ejemplo: el cuestionamiento permanente de la confianza de la economía atribuyéndola a factores internos y despreciando los factores externos, la actitud omisiva de las Fuerzas Armadas en algunas circunstancias, como ocurrió con el paro armado del Clan del Golfo. Hay algunos elementos preocupantes como la persecución de algunos dirigentes progresistas, como podría ser el caso del gobernador de Magdalena, Carlos Caicedo. Son circunstancias que coinciden con este libreto”, destacó.
Y agregó: “Es un libreto que están promoviendo los partidos de derecha apoyados en poderes fácticos, como puede ser en algunos países, grupos económicos o grupos comunicacionales, intervenciones directas de jueces y fiscales respaldados mediáticamente. Ese es un fenómeno que se comienza a percibir en varios países”.
La entrevista a Samper generó reacciones.
El concejal de Bogotá por el Centro Democrático Daniel Briceño dijo que en RTVC “ya ni disimulan”.
“Para respaldar la paranoia del golpe blando del presidente Gustavo Petro ahora llevan a Ernesto Samper para que diga que el proceso 8.000 también fue una especie de golpe blando - guerra jurídica. Una burla con el país”, manifestó.