SEMANA: ¿Qué falló en la concertación entre el Gobierno y los partidos?
Germán Escobar (G.E.): La negociación se dio, en general, en buenos términos. Por supuesto, es un proceso donde hay unas diferencias. El tema con los equipos técnicos, a medida que avanzaba ese diálogo, nos dábamos cuenta de que había unas diferencias profundas con respecto al modelo de sistema de salud que consideramos. Fue totalmente evidente en la conversación con el presidente hace dos días. Uno de los puntos clave de esa conversación fue que reafirmó la postura del Gobierno en torno a que el aseguramiento del sistema de salud sería asumido enteramente por el Estado.
Pasaríamos a un aseguramiento público y estatal de monopolio. Cabe recordar que el Partido Liberal llegó a la conversación con una línea muy clara de que se debía preservar el aseguramiento como lo conocemos y se pensó en conciliar con esa posición del Gobierno y complementar ese aseguramiento con la posibilidad de uno por parte del Estado, pero de manera complementaria y competitiva.
Cuando el presidente Gaviria tiene los detalles de esa reunión en Palacio y de la posición inamovible del Gobierno, ahí ya se hizo un análisis. Se decidió no acompañar al Gobierno.
SEMANA: En la negociación hubo muchas contradicciones al interior del Gobierno. Se pactaba una cosa y después salían con otra. ¿Cómo fue eso?
G.E.: Creo en la buena fe de las personas. Creo que los técnicos del Ministerio de Salud fueron con buena fe a las negociaciones. Lo que pasa es que los complejos son complejos. El concepto de aseguramiento tiene dentro de él una serie de funciones propias de lo que es y, cuando fuimos evolucionando la conversación y llegamos a ese nivel de detalle técnico, nos dimos cuenta que tal vez lo que se había conversado y conciliado desde el punto de vista político, al decantarlo al detalle técnico, había un cortocircuito. Había que volver a esa conversación y elevar esos temas al nivel político. Esa fue la reunión en Palacio, ese 1 % hizo la diferencia.
SEMANA: ¿Cree que el Gobierno fue intransigente?
G.E.: Creo que el Gobierno asume una posición poco conciliadora sobre las líneas de los partidos, en especial del Partido Liberal, que recogen el sentimiento de una parte importante del sector salud y la población. Ha manifestado que debe construirse sobre lo construido y trabajar sobre las capacidades que se han adquirido. El debate en el Congreso va a ser muy caldeado porque es un proyecto de ley que, en esencia, nos da un sistema nuevo. Será un debate muy difícil.
SEMANA: Con respecto a la ministra Carolina Corcho, ¿cree que hubo cortocircuito en la comunicación o que existe una incapacidad de conciliar con posturas distintas?
G.E.: Estas conversaciones, en las que ella participó, fueron muy respetuosas por parte de ella. Eso lo quiero resaltar. Pero sí, en segunda medida, diría que la posición que ha defendido la ministra Carolina Corcho, que tiene un ideario y una visión del sistema de salud distinta, se ha mantenido inamovible a través del tiempo. Eso puede ser hasta valorable en algún sentido, la perseverancia de la ministra, pero también pienso que no ha habido espacio para conciliar otras visiones. Para incorporar de fondo otros argumentos, como el que ha expuesto el Partido Liberal. Se está imponiendo la visión que tiene la ministra, es respetable, pero es muy distinta a la de una buena parte de la población y del sector salud.
SEMANA: ¿El Partido Liberal presentará su propia reforma?
G.E.: Entramos a un campo político; mi intervención y asesoría es técnica. Sin embargo, el partido ha manifestado abiertamente que muy posiblemente va a presentar un proyecto. El presidente Gaviria quiere que su proyecto sea una ley estatutaria y por eso entraría por Comisión Primera. En ese sentido, los tiempos de este periodo legislativo no darían, habría que esperar a mitad de año. En todo caso, es una decisión del partido y su director. Existe una columna vertebral de propuestas del partido y sobre eso nacería la nueva propuesta.