SEMANA: ¿cuál es la importancia de haber sido seleccionada para la beca de la Escuela de Diseño de Harvard?
María Mercedes Jaramillo (M.M.J): es una oportunidad de poder gastarme un tiempo corto, pues porque diez meses es tan solo un pequeño paréntesis en la vida, para digerir un poco lo que nos ha pasado en este cargo de la Secretaría de Planeación y pensar qué sigue, esencialmente para eso está hecha esa beca.
SEMANA: ¿Hasta cuándo irá en el cargo?
M.M.J.: sin duda muy pronto debe anunciar la alcaldesa quien será mi sucesor, eso le corresponde a ella, pero en todo caso esa será muy pronto porque yo debo estar a más tardar en inicios de agosto en Boston.
SEMANA: ¿Cuál es el balance que hace de estos dos años y medio que estuvo al frente de la Secretaría de Planeación?
M.M.J.: yo llegué a Planeación el 12 de enero de 2021, en pleno pico de la pandemia, y en ese momento había una coyuntura precisa que tenía que ver con la emergencia sanitaria por supuestos, pero además la emergencia económica por llevar prácticamente diez meses encerrados, entonces la primera urgencia que había y por la cual la alcaldesa me designó en este cargo, era combatir la pobreza y en particular, la feminización de la pobreza, fue así como logramos consolidar e institucionalizar el programa del Ingreso Mínimo Garantizado, con el cual hemos logrado reducir el índice de pobreza multidimensional en Bogotá.
Ahora, lo más importante que ha hecho Planeación en el sentido de las transformaciones estructurales para la ciudad, es dejarle a Bogotá un POT después de tres administraciones que llevaba infructuosamente intentando revisar el primer POT que hubo en Bogotá, y finalmente lo dejamos. Es un gran Plan de Ordenamiento Territorial.
POT de Bogotá
SEMANA: ¿Por qué cree que fue un gran logro dejarle este POT a Bogotá?
M.M.J.: porque de cara al cambio climático y ante un anhelo ciudadano ampliamente expresado en los últimos 20 años en Bogotá por los colectivos ambientalistas, animalistas, por las mujeres, estamos dejando un POT que reverdece a Bogotá y eso es fundamental.
Este POT deja 30 % adicional de estructura ecológica principal, eso en la capital de un país es una decisión audaz y muy importante; tomar la decisión definitiva sobre esos debates eternos de 20 años sobre si debemos o no urbanizar una reserva forestal, eso lo zanjamos en este POT y por eso dejamos protegida la reserva forestas Thomas van der Hammen.
Tampoco vamos a endurecer el borde del río Bogotá, ni los humedales de la ciudad, no vamos a seguir expandiendo la ciudad contra los cerros orientales. La capital va a poder crecer, tiene pensado crecer en 3.800 hectáreas de suelo de desarrollo que aún tiene para eso, lo que equivale 38 kilómetros cuadrados.
SEMANA: ¿En qué parte se va a dar ese crecimiento?
M.M.J.: esencialmente en Lagos de Torca, es decir, en el norte de la ciudad; también en lo que nos queda disponible por urbanizar en el sur occidente en Bosa, hay grandes planes parciales que están ahí en desarrollo, y el borde Usme, la ladera sur oriental. Todas estas zonas suman más de 3.800 hectáreas que es más de la mitad de Manhattan.
SEMANA: ¿Por qué cree que el POT no logró tramitarse en el Concejo para lograr un acuerdo de ciudad y por el contrario, terminó siendo expedido por decreto?
M.M.J.: el Plan de Ordenamiento Territorial es típicamente un instrumento que moviliza todos los intereses particulares posibles de 8 millones de ciudadanos, que son necesariamente divergentes, y cuando se formuló el POT lo que nosotros intentamos fue asegurarnos que nuestros irrenunciables estuvieran en contemplados en el proyecto, pero además tratar de generar el mejor equilibrio entre los legítimos intereses de los habitantes de Bogotá y eso implicaba intentar que todo el mundo gane en bienestar, en mejor calidad de vida, etc., y que nadie pierda por los impactos de una modificación normativa, eso es hacer un POT y lo cierto es que el trámite tiene 90 días, pero nunca inició el debate y a mí sí me quedó esa frustración de no haber logrado un acuerdo distrital.
SEMANA: Es decir, que hubo intereses de por medio para frenar la discusión del POT en el Concejo...
M.M.J.: el debate de un Plan de Ordenamiento Territorial es un debate de intereses, legítimos todos, siempre y cuando estén por encima de la mesa, por supuesto, porque si están por debajo de la mesa, no; en esta ocasión no se dio el debate, pero sí se expresaron los intereses, para nadie es un secreto que por ejemplo el sector constructor estuvo muy encima en todo el proceso, fue muy crítico y también nos ayudó en mejorar el proyecto de acuerdo, pero también hubo otros sectores con intereses como los ambientalistas, comunidades étnicas, comunidades LGTBI, el gremio de los bares, en fin...
SEMANA: ¿A la alcaldesa Claudia López también le quedó esa frustración de no lograr un acuerdo distrital con el POT?
M.M.J.: por supuesto, la alcaldesa era la más entusiasta sobre la posibilidad de lograr un acuerdo distrital, yo no sé si justamente porque era posible conseguir un acuerdo no fue posible iniciar el debate...
SEMANA: ¿En algún momento dudaron expedirlo por decreto?
M.M.J.: fue una conversación, por supuesto, es que después de semejante esfuerzo y con la convicción de que se podía obtener un acuerdo, pues era muy frustrante tener que sacarlo por decreto, pero finalmente tomamos una decisión pragmática y yo creo que fue la mejor decisión porque llevábamos demasiado tiempo en lo mismo y no teníamos más tiempo para seguir discutiendo sobre lo mismo. Lo mejor que le puede pasar al próximo alcalde es no tener que formular un POT.
SEMANA: ¿Cómo va la reglamentación del POT?
M.M.J.: la reglamentación va bien. Hemos venido avanzando por orden de prioridad. Lo más urgente era asegurarnos que todas las dudas, inquietudes, dificultades que podían tener los curadores urbanos para licenciar con el decreto 555 de 2021, estuvieran resueltas para que la ciudad pudiera continuar los procesos de licenciamiento. De eso nos ocupamos al principio.
Una vez resuelta esa parte, hemos empezado a sacar los decretos que ya tienen más que ver con innovaciones del Plan de Ordenamiento que tocaba reglamentar, como por ejemplo, el decreto de vivienda colectiva y de soluciones habitacionales con servicios, eso qué es, Bogotá es una ciudad que envejece, cuyos hogares tienden a ser cada vez más pequeños y ambas cosas hacen que exista en Bogotá cada vez más una demanda de soluciones de vivienda no típica; entonces hay más gente joven queriendo vivir en un apartamento más pequeño, pero en un edificio con servicios compartidos, club house, gimnasio, piscinas; pero también hay un problema en Bogotá que tiene que ver con los paga diarios en donde viven mucha gente con condiciones muy precarias, entonces ese decreto de vivienda colectiva nos permite resolver un perfil de demanda en específico que es cada vez más recurrente en Bogotá y la posibilidad de proveer vivienda pública en arriendo para los hogares más vulnerables.
Nuevas localidades en Bogotá
SEMANA: ¿Y qué hace falta en esa reglamentación del POT?
M.M.J.: ya para la firma de la alcaldesa está por ejemplo el nuevo manual de espacio público, con el cual mejoramos la calidad de los andenes para que las baldosas no escupan agua, para que sean más verdes, capaces de drenar agua lluvia.
Por otro lado, estamos reglamentando las Unidades de Planeamiento Local, que son la apuesta que hace este POT por ocuparse de una escala que nunca antes habíamos planeado, que son lo que nosotros creemos que pueden ser los territorios de Bogotá capaces de conformar ciudades de 30 minutos. Es dejar de pensar a Bogotá como un todo y por el contrario, pensar que Bogotá necesita ser planeada en escala de pequeñas ciudades, porque si no, no vamos a ser capaces de completar la ciudad, porque hay zonas con déficit de equipamientos, de empleos. La apuesta es que ya no sean 20 localidades, sino pasar a 30 localidades próximas con además tres ruralidades, es decir, tener 33 Unidades de Planeamiento Local que sean las próximas localidades de Bogotá.
SEMANA: Pero la Corte Constitucional advirtió que dividir a Bogotá en nuevas localidades es una tarea que le corresponde al Concejo...
M.M.J.: es prerrogativa del Concejo Distrital definir la división político administrativa de Bogotá, eso ya era claro, nunca estuvo duda que eso fuera así, pero como pensábamos que el Concejo iba a acordar el POT, pues era posible incluir esa modificación dentro del proyecto de acuerdo, pero no fue así y la Corte Constitucional dijo que para transformar las Unidades de Planeamiento Local (UPL), que son herramientas de planeación urbana, en localidades tiene que volver al Concejo y eso va a ser así, pero nada nos impide desarrollar la planeación de las 33 UPL como instrumentos de planeación.
SEMANA: Una de las grandes apuestas de esta administración es la renovación urbana, ¿qué balance deja en esta materia?
M.M.J.: al día de hoy hemos adoptado 11 planes parciales, unos de desarrollo y otros de renovación urbana, y esos 11 suman más de 72.000 viviendas habilitadas...
SEMANA: Vivienda VIS y no VIS...
M.M.J.: eso tiene de todo, VIS, VIP, no VIS y eso es bien importante porque básicamente ya hemos triplicado la habilitación que hiciera la administración Petro en Bogotá. Por su parte, Andrés Ortiz, ex secretario de Planeación, en cuatro años de gestión, dejó habilitadas 78.000 viviendas y nosotros estamos cerca a esa marca y nos quedan seis meses en los cuales será posible llegar a 100.000 viviendas habilitadas.
Corabastos
SEMANA: Recientemente, la Secretaría de Planeación estableció las directrices para la definición de lo público en la Actuación Estratégica Chucua La Vaca en Kennedy, ¿qué significa esto?, ¿qué va a pasar con esta importante zona de Bogotá?
M.M.J.: se trata del sector sur occidental de Bogotá, que es esencialmente el territorio de Bosa y Kennedy, allí nosotros programamos seis UPL que quisiéramos que sean las próximas localidades, entonces pasaríamos de dos a seis en el mismo territorio, pero ese territorio tiene algunas particularidades, es super denso en población, en habitantes, con un déficit tremendo de empleo formal, no hay empleo formal ni siquiera para la mitad de los habitantes en edad de trabajar y falta equipamientos, falta verde, falta gestionar mejor los activos ambientales del territorio que son bastantes porque está el río Bogotá, el río Fucha, el Tunjuelo y además hay humedales.
Entonces qué pasa con ese sector, en el centro está Corabastos, que es una plataforma de abastecimiento mayorista en alimentos importantísima no solo para Bogotá, sino para toda la Sabana, pero que es un desastre para Kennedy por la contaminación que generan los vehículos entrando y saliendo, por el desorden en los manejos de los residuos, en fin, es un desastre, y la gente allá quiere que les garanticemos condiciones de centralidad, pero que no le vayamos a transformar Corabastos en vivienda, porque ya hay suficiente vivienda y lo que hace falta es mucho más empleo; la gente nos dice que está harta de Corabastos, pero no quieren prescindir de los empleos que Corabastos genera.
Entonces Chucua La Vaca es una actuación estratégica que contiene el predio de Corabastos y que busca esencialmente transformar ese territorio, mejorando la calidad residencial para todos los vecinos, mejorar la calidad ambiental e ir conquistando el suelo de Corabastos para generar una centralidad urbana con empleos, con manzanas del cuidado que ler sirva prácticamente a 1,5 millones de habitantes que hay acá.
SEMANA: ¿qué va a pasar con Corabastos?
M.M.J.: el reto grande es que progresivamente se vaya saliendo Corabastos por fuera de Bogotá. Esta actuación estratégica depende de un brazo bogotano gestionando este proyecto, y de un brazo regional, a través de la Región Metropolitana, gestionando la desconcentración de Corabastos por fuera de Bogotá en lo que sería seguramente dos o tres plataformas de abastos regionales.
Es decir, la idea es que en Chucua La Vaca quede una plaza de mercado, grande, que le sirva a todo el territorio, pero queremos que Corabastos se transforme dentro de Bogotá en una plaza de mercado en cada UPL y por fuera, en tres plataformas de abastecimiento regional.
“La estratificación en Bogotá está mandada a recoger”
SEMANA: ¿En qué va la implementación de la nueva metodología de estratificación en Bogotá?
M.M.J.: la estratificación en Bogotá está mandada a recoger. La metodología vigente de estratificación es totalmente obsoleta para una ciudad como Bogotá, no sirve, en particular, porque es por manzanas, y eso le funcionaba a una ciudad con uno solo piso de casas, homogénea, es decir, a una Bogotá que ya fue, pero ya no es, y cada vez va a tender menos a ser una ciudad de casas homogéneas; hoy por el contrario, si uno se va a cualquier sitio de Bogotá se ve una manzana con edificios de 25 pisos de vivienda, que bien podría ser de estrato cuatro, por ejemplo, y al lado hay una casa super pobre, pero todo eso está en estrato dos, entonces no estamos teniendo en cuenta ni las condiciones de la particularidad predial ni la realidad socioeconómica de los hogares que habitan esas manzanas.
Por ejemplo, en los estratos 5 y 6 de Bogotá hay una gran cantidad de pobreza oculta, personas mayores que no tienen una pensión y a los cuales les cuesta mucho mantener una vivienda en estrato 6, pero eso no lo contempla la estratificación; y en las laderas de Bogotá hay un montón de propietarios de múltiples bienes inmuebles pero todos están en estrato dos, cuando los hogares que los poseen pues de evidentemente tienen una capacidad de pago mucho mayor...
SEMANA: ¿qué establece entonces la nueva metodología de estratificación?
M.M.J: la nueva metodología intenta corregir el problema de la mixticidad de situaciones en una manzana, es decir, que la nueva metodología no es por manzana, sino por predios y además intenta corregir los problemas de asignación de estratos que pueden estar ocurriendo por situaciones de pobreza oculta y demás. Entonces yo sí creo que Bogotá tiene que cambiar su estratificación o el país tiene que cambiar el modelo de distribución y focalizar los subsidios de una manera distinta.
SEMANA: ¿Y esa nueva metodología ya se está implementando en Bogotá?
M.M.J.: cambiar la estratificación implica en todo caso cambios en el estrato para arriba y para abajo en una infinidad de predios en Bogotá, y esa es una decisión política difícil y en época electoral no es el momento para hacer eso, lo cierto es que esta administración tuvo demasiados momentos muy inoportunos para eso, nunca hubo el momento para hacerlo y evidentemente ya no no queda el tiempo para ello.
SEMANA: Es decir que el ‘problemita’ le queda a la nueva administración...
M.M.J.: así es, pero una de las razones por la que no decidimos llevar a un buen término esta metodología es que en el Plan Nacional de Desarrollo hay una voluntad bien importante de salir del sistema de estratificación y transformar eso en un registro universal de ingresos, y si Colombia logra eso, que yo creo que es la apuesta correcta, entonces sea hace inútil la estratificación, porque es posible focalizar en función de ese registro universal de ingresos.