La Secretaría de Salud de Bogotá le había advertido al exsuperintendente nacional de salud, Luis Carlos Leal, que la intervención a la Subred Integrada de Servicios de Salud Centro Oriente no estaba funcionando y que, por el contrario, los indicadores de esa entidad prestadora del servicio de salud habían empeorado.
SEMANA tuvo acceso a una carta que ese despacho le envió a Leal alertándole sobre las situaciones que se evidenciaron en esa EPS que fue intervenida en mayo de 2024 por una orden del exsuperintendente que tuvo lugar en un contexto en el que se efectuaron intervenciones a múltiples entidades, como Nueva EPS y Sanitas.
La misiva de cuatro páginas fue radicada en la oficina de Leal el 6 de septiembre, justo semanas antes de que estallara el escándalo que el mismo exsuperintendente reconoció en una rueda de prensa sobre los malos manejos en las EPS intervenidas. Lo particular es que esas EPS estaban siendo administradas por los mismos agentes interventores que él delegó.
En el texto la Secretaría de Salud puso en conocimiento de la Superintendencia de Salud el desempeño financiero y la producción de la subred, dando cuenta de que después de la intervención los estados financieros marcaron en números negativos para los meses de mayo, junio y de julio, según el indicador que se revise.
Para julio, la subred Centro Oriente registró un resultado del ejercicio de -48.876 millones de pesos y la Secretaría de Salud advirtió que “este déficit podría haber sido aún mayor sin las transferencias gestionadas a través del Confis por la Secretaría Distrital de Salud para su fortalecimiento financiero”. Sin los giros del Distrito esa EPS estaba en riesgo de colapsar.
En ese mismo mes se presentaron pérdidas operacionales de 36.606 millones de pesos y los datos fueron acompañados de una tabla en la que la Secretaría de Salud le dejó claro a la Superintendencia de Salud que las cuentas de la EPS empeoraron después de abril, teniendo en cuenta que a partir de mayo la responsabilidad de los estados financieros estuvo a cargo del agente interventor.
“La Subred Integrada de Servicios de Salud Centro Oriente presentó un margen bruto positivo en mayo. Sin embargo, a partir de ese momento, ha mostrado una tendencia decreciente, alcanzando valores negativos en julio. Además, se ha registrado un incremento del déficit operacional en junio y julio de 2024, con aumentos del 30% y 46%, respectivamente en comparación con abril del mismo año. Como resultado, el déficit del ejercicio en junio es un 31% mayor en comparación con abril”, se lee en la carta.
Los costos de funcionamiento de la EPS representaban para entonces el 102% de los ingresos de la entidad y en la misiva la secretaría advirtió que la pérdida del resultado operacional se había vuelto más significativa en relación con los ingresos, pasando del 29% que reportó en abril al 44% que registró en julio.
La subred tiene un contrato con Capital Salud para el que durante ese periodo analizado se presentó una disminución en la prestación de los servicios durante mayo, junio y julio, exactamente después de la intervención.
“Es necesario tomar acciones que aseguren que los usuarios puedan acceder a los servicios de salud tanto a través de la Subred como de la EPS Capital Salud, enfocando la gestión en resolver el agendamiento de consultas y procedimientos”, detalló la Secretaría de Salud.
Y, si bien ese retroceso en las cifras afectaba directamente a los usuarios de la otra EPS que presta servicios en Bogotá, la Secretaría de Salud le advirtió al exsuperintendente Leal que esas demoras podían afectar el contrato que tienen ambas entidades y que también es crucial para la sostenibilidad financiera de la Subred Centro Oriente.
En todo caso, la intervención a la Subred Centro Oriente tiene un ingrediente que va más allá de una medida contra una EPS, pues esa entidad tiene a cargo el Hospital San Juan de Dios, institución sobre la que el gobierno nacional ha manifestado sus intereses.